viernes, 26 de marzo de 2010

Adopción en parejas del mismo sexo.

El cardenal Ennio Antonelli aseguró que la adopción en parejas de homosexuales no prevalecerá, debido a que es contraria a lo que está escrito en el corazón de un hombre y una mujer. Y me pregunto: ¿Qué diablos (eufemismo que encubre un sincero y más mío qué chingados) le importan a Dios los homosexuales y su problema, aún más terrenal, de la adopción? Esto me suena más a iglesia por santurrón e hipócrita y me sabe a pecado mortal por atentar contra la inteligencia de las personas. Lo que pasa o deja de pasar en la tierra es gracias a Dios y nada más; gracias a Dios somos como somos y pensamos como pensamos (que conste que es sarcasmo). Me parece que hasta aquí llega Dios y la religión en el debate por falta de argumentos sólidos.
Por otra parte, la lider del PAN en el DF, Mariana Gómez, dice que con la reciente legislación aprobada, se expone a los menores a padecer transtornos de personalidad y discriminación. Me pregunto: qué no sucede ya con hijos de parejas heterosexuales, que por ser de alguna clase social son discriminados por las otras clases; qué no sucede ya con hijos de personas pertenecientes a culturas diferentes, huicholes por ejemplo; qué no sufren los hijos de cualquier familia trastornos debido a la violencia intrafamiliar, alcoholismo o modos de pensar dignos de la edad media. Me temo que la discriminación y la violencia definen a México y le dan identidad; qué cabrones va a ser la cultura, es aquello lo que nos refleja lo que somos en realidad.
Quizá lo más difícil de esto sea generar o modificar las leyes existentes para que las personas homosexuales y sus hijos gocen íntegramente de sus derechos, ya que son tramites que se alargan por meses o años por la apatía de nuestros queridos diputados y senadores. Además de crear soluciones para la discriminación, la violencia intrafamiliar y demás curiosidades que suceden en este bonito país.
En fin tenemos que, si bien es cierto que es peligrosa la adopción en parejas de homosexuales por el hecho de que en México se vive en un ambiente de discriminación y violencia, también es cierto que no existe algún impedimento politico o divino que demuestre que es algo malo.
Qué diablos (mismo eufemismo pero que ahora cubre un profundo y mucho más mío qué hijos de puta), sí a la adopción y, sobretodo, un llamado urgente a los políticos y a la sociedad para crear un ambiente propicio para los infantes, jóvenes y adultos de México en general en pro de la salud mental y un mejor futuro para todos, además de cigarros sin filtro gratis para soportar lo actual mientras esto sucede. Así sea.


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