Lo útil del enamoramiento irracional
Si hay algo irracional ¿puede ser útil?
Si hay algo irracional ¿puede ser útil?
Basto Molina, Elías Leonel[1]
Las relaciones de pareja (no precisamente de matrimonio)
son una parte extensa y compleja que forma parte de la mayoría de las
sociedades, cada individuo, o al menos la mayoría, de cada sociedad, ha tenido
cercanía o está familiarizado con este tipo de relaciones, y estas son más
relevantes de lo que aparentan ser, con grandes impactos en casi cada área de
nuestra vida, ya sea como una meta a la cual aspirar o un fastidio del que
queramos alejarnos, las relaciones amorosas en pareja están muy presentes.
Algo a lo que pretendo llegar con esto es clarificar el
cómo inicia una relación. Ver lo profundo que esto puede llegar a ser ya que
incluso estando en una relación de noviazgo o matrimonio hay cosas que no
llegamos a visualizar con la claridad necesaria.
El por qué hay relaciones tóxicas, por qué hay personas
que no son valoradas por su pareja y por qué hay matrimonios disfuncionales tal
vez sean cuestiones que no podamos responder con certeza nunca, ya que cada
caso, individualmente hablando, es especialmente particular, sin embargo la
comprensión de cómo funciona una relación puede servirnos de apoyo y soporte para evitarnos muchos problemas o
pasar más fácilmente por los vientos tormentosos que pueden sacudir una
relación, sin embargo podemos estudiar, desde sus inicios, cuáles fueron los
motivos por los que se enamoraron.
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Algo que siempre deberemos tener en cuenta es que el
enamoramiento es peligroso, y no debemos fiarnos de él. En muchas
ocasiones se ha escuchado la frase “el
amor es ciego”, sin embargo yo cambiaría la palabra “amor” por “enamoramiento”
y agregaría que no sólo es “ciego” sino una infinidad de características
irracionales que podríamos relacionarle. El enamoramiento, si no se controla,
según se dice, podría llegar a convertirse en un padecimiento.
Lo primero que tenemos que comprender es qué es el
enamoramiento y qué tan útil resulta ser para una relación.
El enamoramiento podría definirse como: la disposición
interna de querer ver sólo aquello que resulta agradable al corazón de la
persona, las cualidades que son “perfectas” para sí, sublimar a aquella persona
que nos ha deslumbrado, enfatizar las virtudes que uno(a) ha estado buscando en
el ideal de una pareja, o por decirlo coloquialmente, un “príncipe azul” o
“princesa encantada”, sin embargo no sólo provoca resaltar todo lo positivo de
una persona, sino, al mismo tiempo minimizar errores, ignorar detalles
desagradables, aspectos que podríamos desaprobar bajo otras circunstancias o
incluso, justificar muchos de los defectos de una persona, que indudablemente
están ahí, dándonos finalmente la apreciación de una persona que está basada
más en fantasías propias que en una realidad.
Otro de los aspectos que caracterizan al enamoramiento es
que todos los espacios en blanco, de lo que uno no conoce respecto a la otra
persona, indefectiblemente los va a llenar con ideas fantásticas que algunas
veces casi rayan en la “beatificación”. A esto yo le llamo:
“Enamoramiento en
bruto”.
Me gusta pensar en la relación de pareja como una piedra
preciosa, como el diamante, en la que el enamoramiento es el hallazgo de algo
valioso pero que necesita ser trabajado y pulido.
¿Por qué es necesario?
A pesar de ser irracional y a pesar de ser casi
literalmente “bruto”, el enamoramiento es un proceso natural, resulta necesario
para establecer el fundamento de una relación sentimental de pareja, siendo el
que propicia el primer vínculo entre dos personas, ya que sin él “ni los feos,
ni los inútiles, ni los mediocres, ni los malvados tendrían pareja alguna vez”.
El enamoramiento, hoy en día, forma parte del ritual de
los enlaces emocionales de una persona con otra. Cabe mencionar que no siempre
fue así, ya que en épocas pasadas los enlaces conyugales eran, en su mayoría
arreglados y dispuestos por los padres o tutores de los novios. El éxito de
tales matrimonios se basaba en el cumplimiento cabal de los deberes y los roles
de pareja. Para ello los padres debían hacer la elección de entre los mejores
candidatos para desempeñar dichos roles y no se tenía en cuenta la atracción,
las emociones ni sentimientos, obviamente no había lugar para el enamoramiento.
Las cualidades eran netamente objetivas: estatus, solvencia económica, alianzas
de poder, etc.
No obstante, aunque la cultura del enamoramiento hoy en
día, en donde se le permite a las parejas elegir basándose en criterios
subjetivos y sentimentalismos ha ganado terreno, esta no ha garantizado que el
éxito en las relaciones de pareja haya aumentado, sino por el contrario, supone
mayor fracaso. Porque el enamoramiento se ha trabajado solamente en el plano de
la irracionalidad, naufragando en los mares tempestuosos de las emocionas
humanas.
Hasta este punto el enamoramiento resulta algo inútil e
infructuoso, lo que me da pie para introducir una faceta diferente del enamoramiento,
el que puede engendrar una relación fértil y estable:
“Enamoramiento
racional”.
Posterior a la etapa del enamoramiento en bruto los
defectos saltan a la vista, a medida que las dos personas se van conociendo más
profundamente. Sobviene el desencanto porque es inevitable toparse con una
realidad que requiere que las emociones del individuo hayan madurado. Una
persona que no posee emociones maduras no es capaz de llevar un enamoramiento
racional, basado en la realidad, por lo que al toparse con esta se decepciona y
muchas veces renuncian al trabajo de perfeccionar o solidificar su relación. El enamoramiento racional
insiste en las cualidades y virtudes, más que en los errores y defectos.
Desechar lo que estaba basado en fantasías y aceptar la
realidad de la otra persona tal como es, aprender a valorar la relación por sus
virtudes, decidiendo dejar en un segundo plano los defectos (que siempre
estarán allí). Esto requiere de trabajo constante, dedicación y comprensión,
para que aquel diamante en bruto culmine en una piedra preciosa.
Uno de los trabajos para enriquecer la relación es interpretar
las diferencias a favor y no en contra, convirtiendo los defectos del otro en
un complemento de los defectos propios. De lo contrario, el enamoramiento que
pudo haber engendrado un amor maduro se puede convertir en una guerra para
cambiar al otro que podría durar toda la vida. O peor aún, “aniquilar” la
relación.
Es en este sentido en el que podemos afirmar que una
pareja puede mantenerse enamorada a pesar del tiempo y de las circunstancias.
”Enamorado de un
ideal”
¿Qué ocurre cuando has “creado” una persona ficticia, de
la cual realmente estás enamorado, de un alguien que sólo existe en tu mente?
La necesidad de idealizar a la persona perfecta, que suplirá todas las tus
necesidades y fantasías puede llevar al corazón a aferrarse a una promesa de
que pronto llegará la persona ideal, siempre bajo la incertidumbre de si algún
día será cumplida. Se puede vivir enamorado de una persona que no existe. Se
pueden hacer votos de fidelidad por alguien que aún no ha llegado. Se puede
llegar a coexistir con lo irreal sin temor a ser lastimado o decepcionado. Este
enamoramiento está basado en el producto creado al gusto y capricho de las
emociones humanas.
Relacionado a esto pueden desarrollarse enamoramientos de
ídolos populares, celebridades o personajes ficticios, los cuales están fuera
de su alcance, a los que jamás conocerán en persona o en la vida real, y por
quien nunca serán correspondidos. Formando poco a poco la idea de que la
persona que deberá formar parte de nuestra vida debe cumplir los requisitos
para que nuestros sentimientos sean complacidos, o meramente ignorando a
cualquier candidato real al estar enamorado de un actor de farándula, por poner
un ejemplo.
Todo esto influencia, indudablemente, las posibles
relaciones que una persona podría llegar a tener, ya sea para bien, o en la
mayoría de los casos para mal, haciendo que la mágica relación de la que nos
hemos hecho expectativas gracias a ideales y fantasías termine por ser una
rotunda decepción.
Noviazgo en jóvenes
Quisiera incluir algunas estadísticas recopiladas por el
Consejo Nacional de Población (conapo) que me han parecido interesantes para
este ensayo:
En México de acuerdo
a la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares
(ENDIREH) 2016, cerca de dos de cada tres (63.1%) mujeres adolescentes de 15 a
19 años solteras tiene una relación de noviazgo.
Actualmente del
total de mujeres de 15 años o más que han tenido una relación de pareja, 61.1
por ciento se encuentran casadas o unidas, la mayoría de éstas (85.4%) fue
porque así lo quisieron, pero 8.5 por ciento fue porque se embarazó y
decidieron casarse o vivir juntos, mientras que, 3.5 por ciento fue porque
quería irse o salirse de su casa, y 1.9 por ciento porque se embarazó y se vió
obligada a unirse por distintas razones. [2]
Dicha información publicada a principios de este año.
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El enamoramiento busca satisfacer las necesidades
emocionales propias. Atribuir ciertas virtudes, reales o irreales a otra
persona de quien uno desea ser suplido. Tomar la decisión consciente o caer en
el espejismo de un subconsciente para mantener en un plano relevante sólo lo
positivo y lo hermoso, sin que llegue a estorbar lo no tan bello en una
relación de dos personas, aún a pesar de haber conocido lo más oscuro uno del
otro.
[1]Alumno: Elías Leonel Basto Molina. Grupo
1º B, CUCSH, Universidad de Guadalajara. Correo:
elileo_basto@hotmail.com
