martes, 22 de noviembre de 2011

¿La pobreza es un mal necesario? ¿Necesario para quién?


En el presente ensayo, me gustaría refutar, con mis experiencias, vivencias y creencias algunas percepciones de la pobreza. Así mismo, hacer un planteamiento de porqué creo que existe pobreza en México y para finalizar, hacer una invitación de cambio al los jóvenes.

Alguna vez hablando con un amigo, éste afirmó: “Los pobres son pobres porque no han sabido aprovechar las oportunidades que se les presentan en la vida” y entonces explicó: “Mi abuelo nació en condiciones de pobreza ya que su familia era de un estrato social marginado, pero siempre le echó ganas y cuando junto unos centavitos compró unas telas, hizo algunos manteles y se puso a venderlo en la calle, poco a poco fue juntando dinero y fue comprando y produciendo más telas y así, poco a poco, creó un negocio. Puso una tienda y le empezó a ir bien… Al momento de su muerte, mi abuelo era una de las personas más ricas de todo el estado. Mi abuelo supo tomar y aprovechar la primera, y quizás única, oportunidad que se le presentó en la vida”.

Seguido de esto, comenzamos un debate entre aquellos que pensaban así y, por el otro lado, los que diferíamos. No importa realmente quien ganó o perdió el debate, lo cierto es que me dejó pensando mucho acerca del tema.

Poco a poco, me fui dando cuenta de la parte que toma “la suerte” en esta historia, ya que si nos imaginamos un caso igual pero en el que, al momento de llegar a su casa con el dinero que le sacó a las telas, la primera vez que vendió, su papá borracho lo golpea le quita todo el dinero y al día siguiente pasa lo mismo y lo mismo y lo mismo, creo que llega un punto en el que te cansas no sólo físicamente sino psicológicamente.

Y de una forma muy burda, creo que es lo que le pasa a muchas familias que –vale la pena aclarar- no son pobres, sino que viven en condiciones de pobreza: intentan salir adelante y la sociedad las ignora, las rechaza, las margina, las discrimina; llegan candidatos y les prometen una sarta de cosas que no se cumplen, llegan personas y las estafan, las roban, las extorsionan, y después de años y años y años de esta situación ¿tú no te agotarías? ¿En serio crees que no quieren aprovechar las oportunidades y que “son pobres porque quieren”? Por citar un ejemplo me gustaría citar a Doña Lydia, ciudadana “irregular” de Guadalajara y habitante del asentamiento de Embarcadero, en la colonia Ferrocarril: “Mi hija tiene 8 años y tiene síndrome de Down, mi marido me golpea y se acuesta con mi madre, mi hermano me tiene amenazada de correrme del terreno. Pero me tengo que aguantar todo, porque si dejo a mi esposo ¿quién me mantiene? Y si trabajo ¿Quién cuida a mi niña? Y si me voy ¿A dónde llego?”

Y hay quien dice, lo poco que ganan los gastan en chelas y porros, y quizás sí, pero yo no veo al alcoholismo o la drogadicción como la causa de la pobreza sino como una de tantas consecuencias de ésta. Y claro que llena de rabia llegar con “El Payaso” y que te diga: “Yo los mil pesos que gano se van directito pa’ más droga” y que voltees a ver su casa y esté hecha pedazos, pero es sólo una prueba más de que la pobreza no es sólo la “carencia de bienes materias” como lo define la academia, sino que es pluridimensional y tiene un trasfondo mucho más profundo que la falta de dinero, es más bien, entre otras cosas, una falta de oportunidades.

Ahora bien, imaginemos un caso de un chico que nace en una familia “acomodada”, el cual tiene todas las posibilidades económicas que necesite, no importa si deja pasar una o dos o tres “oportunidades” porque siempre vendrá otra. Y así, hay un margen que divide a los unos, con los otros. Hay una enorme brecha de oportunidades entre “unos y otros”.

“Unos y otros”, creo que lo primero que debemos de hacer es darnos cuenta de que todos somos uno, de que no somos unos y otros sino que somos todos. Y todos juntos podemos lograr que se rompa ese margen que nos separa y todos juntos podemos trabajar porque todos tengamos una vida digna, para que todos tengamos las mismas oportunidades.

No me parece justo que tu oportunidad se vaya porque no tuviste suerte, porque a ti te tocó un papá drogadicto, porque a ti te toco trabajar a partir de los 7 años, porque a ti te toco nacer “del otro lado”. Y a eso súmale que tus capacidades no van a ser las mismas por culpa de la desnutrición que presentaste en tus primeros cinco años de vida y que no le importas a tu gobierno ¿qué esperanzas tienes?

En México, 46.2% personas presentan en 2010 algún tipo de pobreza y al mismo tiempo, tenemos a Slim, el hombre más “rico” del mundo, con una fortuna estimada de 74 mil millones de dólares. Esto sólo nos demuestra, que México no es un país pobre, sino desigual; desigual e indiferente.

A los gobiernos, no les importa:

En el gobierno panista, la pobreza ha aumentado de manera radical en los últimos años (más de 2%), el “presidente del empleo” prefiere invertir en armas y en su estúpida guerra al narcotráfico en lugar de en empleo, en educación, en salud. La inseguridad que se vive en el país se vive a diario y de cerquitas, pero claro si tienes que mantener una familia y no tienes estudios, ni empleo, ¿cómo no te vas a unir a un cártel que te paga, y te paga bien? ¿Cómo vas a pensar con la cabeza si tú y tus hijos tienen hambre?

Y no sólo en México, sino en todo el mundo, se gasta más de un millón y medio de dólares en armas por minuto y hay más de mil millones de personas con hambre. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU dice que la deficiencia de micronutrientes “hace a las personas más susceptibles a las enfermedades infecciosas, perjudica el desarrollo físico y mental, reduce la productividad laboral y aumenta el riesgo de sufrir una muerte prematura”. Con solo 25 centavos de dólar se puede dar una taza de alimentos con todos los nutrientes necesarios para un día. Con el 10% del gasto en armas se podría eliminar el hambre[1].

A la sociedad, no le importa. Somos indiferentes ante la pobreza, nos conmueven los desastres naturales cuando los vemos en la tele y donamos comida, ropa, quizás hasta vamos a ayudar voluntariamente a la familias afectadas, pero por otro lado, un “desastre social” como lo es la pobreza nos es indiferentes, se nos hace “normal”, no ocupa una primera plana ni movilización de voluntarios.

A los jóvenes, nos vale madres, preferimos irnos de peda, preferimos seguir el paradigma que nuestros padres nos inculcaros y que “no podemos romper”, estudiemos la universidad, trabajemos para un corporativo, ganemos dinero, hagamos una familia y heredemos a nuestros hijos.

“Hurtado, autor del libro México sin sentido, reconoció que el escenario social que enfrentan los jóvenes es oscuro. “Están apáticos, casi deprimidos. Hay un desánimo muy grande, una falta de idealismo, de sueños; incluso podemos decir que cierto cinismo flota en el ambiente, aunque esto no sólo está presente en México, sino en todo el mundo.””[2]

Y creo que los jóvenes somo parte de la solución; la pirámide poblacional indica que hoy en día hay más jóvenes en México que los que nunca ha habido y que nunca habrá, ya que después de nuestra gran generación la pirámide se va a invertir.

Saben qué ¡la pobreza no es un mal necesario! La pobreza es una triste realidad que debemos de erradicar, rompamos los paradigmas y movilicémonos, demostremos que ya no queremos ser indiferentes ante la injusticia y la falta de oportunidades iguales para todos, somos iguales y tenemos los mismos derechos, hagámonos que se nos cumplan. Denunciemos esta realidad, exijamos al gobierno con acciones concretas y propuestas. Porque todos juntos podemos más, porque todos somos parte del cambio.

Referencias

Kilksberg, Bernardo. ¿Por qué? (Ensayo)

“Excluidos por el sistema, es “sorprendente” que jóvenes no exijan derechos: expertos”. Periódico la Jornada a 8/11/2011

Guía de ponentes de La Noche sin Techo, evento de derechos humanos organizado por Un Techo para mi País A.C. el 14/10/2011

www.coneval.com.mx a 17/11/2011

www.acus.com.mx a 17/11/2011

http://www.lostiempos.com/media_pdf/2011/11/02/306265_pdf.pdf



[1] Kilksberg, Bernardo. ¿Por qué? (Ensayo)

[2] “Excluidos por el sistema, es “sorprendente” que jóvenes no exijan derechos: expertos”. Periódico la Jornada a 8/11/2011

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