miércoles, 26 de noviembre de 2014

CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
  LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA
“SER MADRE EN EL SIGLO XXI”
¿En qué beneficia a la sociedad el amor maternal?
    EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA 
   ALMA BERENICE GARCÍA CHÁVEZ.








                                  “SER MADRE EN EL SIGLO XXI”
¿En qué  beneficia a la sociedad el amor maternal?


INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………1
ROSSEAU Y “EMILIO”……………………………………………………… …3
TIPOS DE MADRES………………………………………………………….…5
CONCLUSIÓN…………………………………………………………………   8
 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………13
















 “¿Queréis volver a cada uno hacia sus  primeros deberes?
 comenzad primero por las madres;
quedaréis asombrado de los cambios
que habéis de producir”.
Jean-Jacques Rousseau
                                                                                                           
                                                                                                                                  (Rosseau, 2003)

 La mujer tiene y tendrá siempre un papel fundamental dentro de la sociedad, una vez que esta elige el camino de la maternidad sabe  que se enfrentará a críticas y a nuevas experiencias; en ocasiones toma la elección de ser madre debido al sistema patriarcal que está impuesto desde la época del neolítico donde las féminas quedaron excluidas de la vida laboral, su rol quedó definido dentro de la vida privada: el hogar.  A través del presente ensayo trataré de ir planteando el proceso que lleva la mujer en su rol de madre y cómo es que busca forjar su identidad femenina a través de su progenie.
En el siguiente texto haré una breve descripción  de cómo surge este “amor maternal” si es una construcción natural o social. Al primer capítulo lo titulé “Rosseau y Emilio” en el  que traté de resumir esta labor que a lo largo de los años se han enfrentado las mujeres que eligen ser madres; desde el modelo del patriarcado hasta los textos de Rosseau en donde aconsejaba a mujeres de clase media sobre el cuidado de los hijos. Dejo claro que la intención no se inclina hacia ninguna postura feminista o viceversa, mi propósito es conocer las diferentes circunstancias que ha superado la mujer en su rol de madre para llegar a ser un actor fundamental que en la sociedad.              
Posteriormente desarrollé un apartado al que nombré  “Tipos de madres”. Es ahí donde defino las diferentes madres que existen hoy en día desde la tradicional hasta la que procrea mediante inseminación artificial.
  Dentro de esta tipificación explico cómo se desarrolla cada una, las probables causas que la llevan a tomar el camino de la maternidad, así como las que mediante el embarazo no planeado traen al mundo hijos que después no tienen condiciones para subsistir y en la mayoría de los casos se enfrentan al rezago social. A manera de conclusión mantengo la pregunta   ¿Existe el amor maternal? Si es así cómo surge y si se sostiene hoy en día, de qué manera podríamos rescatarlo. Hago una breve reseña sobre el libro de la autora  Estela Welldon: “Madre, virgen, puta” (idealización y denigración de la maternidad) del cual intento rescatar la idea principal, ya que en el momento que salió a la venta (1988) fue prohibido en las librerías de corte  feminista debido a que su contenido fue considerado ofensivo.
 Lamentablemente a falta de fuentes de información nacionales, que por lo demás serían útiles, la mayor parte de la biografía que consulté  se deriva estrictamente de textos procedentes de España, no por ello debe restarse merito al trabajo aquí realizado, considerando que el ser madre  es un símbolo universal.
El motivo principal de este ensayo es mostrar una postura neutral sobre lo que representa “el ser madre”, puesto que a lo largo del tiempo el concepto ha tenido diversas transformaciones de acorde a las condiciones de la época en que se vive. Al inicio mi intención era centrar el tema en la mujer que no tiene cuidado en los hijos y lo provee de cosas materiales intentando llenar la parte afectiva, una vez que comencé a investigar me encontré con un sinfín de variables que han determinado lo que hoy en día se conoce como “madre” es por eso que mi trabajo tomo una perspectiva más equitativa, reconociendo que hay mujeres que a pese a todas las circunstancias, aún desempeñan con gusto dicha actividad.




ROSSEAU Y “EMILIO”
               
   Durante  la época conocida como paleolítico las mujeres  eran participes en  las actividades que se realizaban tales como la  recolección de frutos, por ejemplo. Una vez que la economía se transforma, los grupos configuran diversos cambios: uno de ellos fue la exclusión de mujeres y niños en cualquier actividad de producción de bienes; estos  pasaron a ser dependientes de los hombres quienes se encargaban de dichas actividades.  Las relaciones sociales se fragmentaron en dos ámbitos: privado y público. Es así como surge el modelo patriarcal, el cual  aparece en la época del neolítico; los nómadas buscan una economía de asentamiento así como producir bienes excedentes, lo cual significa que ya no solo querían subsistir y cubrir necesidades hasta aquel momento básicas, sino que  iban en busca de la acumulación de riqueza.
 La mujer queda entonces en este sistema patriarcal adscrita a las tareas del hogar y labores que solo tengan relación con el ámbito privado ,  el cual a lo largo de los años no se  ha valorado de la misma forma que las actividades que desarrolla el sexo masculino .Al respecto Mabel Burin(1987) opina: “El trabajo materno no solo produce sujetos psíquicos, si no que un sujeto es alguien incluido en una estructura social, y como tal esta sujetado tanto en la relación a las condiciones en que fue producido, como en las condiciones en las cuales a su vez producirá.” Es importante resaltar que la madre transmite valores sociales con los cuales el primogénito se desarrolla en etapas posteriores, cuando tenga que enfrentarse al mundo y a demás sujetos quienes fueron concebidos de diversas maneras.
En 1718 cuando Rosseau escribe el “Emilio” la mujer se  enfrentaba  a la duda de cómo ser madre. Una vez que las tasas de mortalidad disminuyeron, se tomó mayor aprecio por los hijos y fue ahí donde las familias tenían mayor importancia, pasando desde las madres aristócratas o burguesas hasta las campesinas, siendo estás últimas quienes presentaban mayores conflictos durante la labor del ser madre. El autor mediante “consejos” va describiéndole a la madre cómo es que debe tratar al hijo desde el afecto hasta la alimentación. Algunos consideraron el escrito como un ensayo moral y pedagógico  mientras que otros solo lo tomaron como meras aventuras producto de la imaginación Tal obra detalla de manera precisa  el estilo de vida de la sociedad  francesa y la forma en que “el ser madre” significaba para cada estrato de dicha sociedad, en palabras del autor: “Desde que las madres, despreciando a su primer deber, no han querido alimentar ya a sus hijos han sido confiados a mujeres mercenarias que, al encontrase de este modo madres de hijos extraños por los que la naturaleza nada les dice no han buscado sino ahorrarse trabajo”. En  aquella época las llamadas nodrizas desarrollaban un papel fundamental dentro de la crianza de los hijos, ya que las mujeres burguesas de clase media no tenían mayor aspiración que la maternidad; llevaban a sus hijos para que fueran alimentados por campesinas y en ocasiones, debido a las diversas epidemias como  la sífilis los críos morían; las nodrizas entonces, se veían orilladas a entregarlos no precisamente a sus madres de sangre. El autor del Emilio critica severamente esta forma de crianza.
Muchas de las mujeres de aquella época tomaron aquel libro como una guía para lograr ser buenas madres, por su parte la aristocracia femenina se mostraba renuente a desempeñar dicho papel. Otras tales como la mujer burguesa lo hacía por intereses meramente personales, al descubrir que mediante el hijo se podía poseer cierta superioridad  económica y social; incluso  muchas de ellas adoptaron  falsamente el papel de madre ejemplar posando en importantes cuadros. No en todos los casos fue igual, por su parte las campesinas se vieron compelidas a  integrarse a la vida laboral debido  a la precariedad de la situación en la que vivían. Esto nos da una idea del grado de repercusión que tuvo la obra del pensador ginebrino en la mentalidad femenina de la época.



TIPOS DE MADRES
  La madre, principal actor de la familia, realiza hoy en día actividades que hasta hace algún tiempo no le correspondían o de las que mejor dicho era excluida; poco a poco hemos visto la integración de las mujeres dentro de la industria; en algunos casos de familias tradicionales el sustento económico no es suficiente, es donde las madres tienen que salir de casa y dejar las actividades que ahí realizan, tanto domésticas como en relación con el cuidado de los hijos, siendo esto último de mayor importancia.  Existen también mujeres que salen a trabajar para proclamarse libres y autónomas ante la sociedad y el salario que perciben lo gastan en sí mismas, mientras que el del varón o esposo es invertido en las necesidades del hogar. Hay igualmente casos de mujeres que al superar los treinta años comienzan a sentirse solas y para llenar ese vacío optan por tener un hijo; es ahí donde el primogénito  es  utilizado como lenitivo o alivio a su soledad ; el hijo pues se cosifica y no existe una relación efectiva  madre-hijo.
Hay un tipo de madre digna de reconocer y es la que prácticamente se encarga de la crianza, en contraste existen madres naturales que optan por la vida libertaria rehuyendo toda responsabilidad hacia sus hijos; este caso se presenta principalmente en los embarazos no planeados, las madres adolescentes por ejemplo. Comparto la opinión de Welldon (1988) respecto a este tema “La madre humana continua ejerciendo sus funciones como tal mucho después de que finalice la dependencia abyecta de su hijo, prolongándose su ejercicio hasta la vida adulta de la siguiente generación, portando las características implícitas en su condición de abuela”
Existe también aquella mujer que biológicamente se ve imposibilitada para engendrar y tiene que recurrir a la adopción como vía para alcanzar la ansiada meta de ser madre. Otras recurren a métodos aún más sofisticados haciendo uso de la tecnología, me refiero a la inseminación artificial, la cual en ocasiones puede ser utilizada con fines de lucro apartándose de su verdadera finalidad,  al respecto Leonor Taboada opina: (1986) “La ciencia, en este mundo nuestro, no puede afirmarse como neutral porque tiene sus dueños que seleccionan los proyectos, que financian y lo hacen siempre  en función de sus intereses propios. De ahí que su aplicación no implique su limitación ética”.

  A comienzos del siglo XX la mujer se integra a la vida industrial, a la vez existe un descenso en las tasas de mortalidad infantil y disminuyen las de natalidad  gracias al desarrollo de métodos anticonceptivos y la practica social del aborto. La industria entonces hace que el rol de la mujer sea determinante, porque pasa a tener dos facetas, la de ser madre y ser empleada. Burin (1987) “No siempre ha sido fácil para la mujer combinar los papeles de madre y asalariada y la adaptación a esta nueva imagen ha estado obstaculizada por la resistencia al cambio de la sociedad en general, puesto que se empeñan en que la mujer siga cumpliendo la función tradicional de madre y eje de familia.” La estructura social en la que vivimos está basada en la fuerza de trabajo, para que esta pueda mantenerse en pie requiere pues de la producción de bienes y esto deriva la producción de fuerza, no obstante en dicho sistema no se toma en cuenta la importancia jerárquica que tiene en este caso la labor de la maternidad.
Por su parte Lucy Irigaray (1977) arguye: “Todos los sistemas de intercambio que realizan las sociedades patriarcales y todas las modalidades de trabajo productivo que en ellas se reconocen, se valorizan, se retribuyen son asunto de hombres. Las mujeres los signos, las mercancías se reenvían siempre para su producción al hombre, de un grupo de hombres a otros hombres y sus productos constituyen el objeto de uso y las transacciones entre los hombres exclusivamente” su postura me parece un tanto radical, si bien es aceptable desde el punto de vista de la economía , esto no quiere decir que el hombre excluya de toda actividad a la mujer; incluso, en las últimas décadas la mujer ha ido tomando fuerza en cuestiones que solo le competían al hombre, pero ¿qué tanto se ha beneficiado la sociedad con esto? ¿Qué se ha aportado y que merece realmente una valorización para poder encontrar esta utópica equidad que se ha buscado por tantos años?
 Irigaray (1989) invita a redescubrir esa labor de ser madre como algo que pueda aportar a los demás y lo plantea de la siguiente forma: “ Se trataría de una constitución de la subjetividad femenina basada en la afectividad, en la corporeidad, en la cotidiana reafirmación de la vida, que podría definir a las mujeres mediante una exaltación positiva de la sexualidad femenina, tierna, difusa, indiferenciada, receptiva, a un redescubrimiento de la maternidad como algo distinto” es así como nos deja abierta la invitación a llevar una reflexión importante sobre las féminas como sujetos activos que puedan generar transformaciones sociales.
De manera un tanto general podemos señalar algunos tipos de madre que se tienen en la actualidad y cómo es que se desarrollan estos dentro de la sociedad, así como las probables decisiones  y características que las llevan a elegir ese camino:
-La madre tradicional: mayoritariamente son aquellas que optan por el matrimonio y la formación de  una familia (padre-madre-hijos/as). Esta mujer se caracteriza por haber crecido en el seno de alguna familia donde le son impuestos ciertos patrones  de conducta por demás conservadores ,aunque en ocasiones ella toma la decisión debido a la manera en que fue criada;  dichas mujeres optan por atender y ocuparse de los hijos tanto en el aspecto afectivo como en el económico,   hacerse cargo del hijo(a) en cualquier circunstancia, poniéndolo a él por encima de sus intereses personales o laborales es su meta primordial, en palabras de Rosseau (2003) :“ Pero que las madres se dignen a alimentar a sus hijos: las costumbres se reformaran por sí mismas, los sentimientos de la naturaleza despertarán en todos los corazones, El estado se repoblará ; este primer punto, este solo punto volverá a reunir todo. El atractivo de la vida domestica es el mejor antídoto de las malas costumbres. Molestarse por los hijos que se cree importuno; se torna agradable; hace al padre y la madre más necesarios, más queridos uno a otro, estrecha entre ellos el vínculo conyugal. Cuando la familia está viva y animada, las preocupaciones domesticas constituyen la ocupación más preciada de la mujer." El planteamiento utópico que hace Rosseau está lejos de verse en este momento o en cualquier sociedad futura, sin embargo las madres, en especial las tradicionales no dejan de ser un punto neural del que surgen muchos temas a tratar, pero es necesario que este prototipo de mujer no se extinga : “ Las madres siguen existiendo, no solo por los deseos personales, sino porque el sistema las necesita; tanto para reproducirse numéricamente como para producir fuerza de trabajo, no de una forma coactiva físicamente , pero si a través de la interiorización del deber ser madre, es el sentido de la vida femenina, es prestigioso y orienta la trayectoria vital de las mujeres en la maternidad"

- La madre soltera: Expongo aquí los casos más comunes.
- Madres adolescentes: Son quienes a falta de conocimiento sobre su propia sexualidad, en otros aspectos, se embarazan prematuramente. Estas chicas optan a su vez por dejar a sus hijos en adopción o criarlos mediante circunstancias poco favorables para el desarrollo integral de sus  hijos.
- Madres separadas: provenientes de una relación de pareja estable. Las hay quienes se ocupan responsablemente de la educación de sus hijos y de esta manera repiten el patrón de la madre tradicional cumpliendo doble función madre-padre.  Y aquellas que se deslindan completamente de su labor maternal poniendo por encima de todo sus propios intereses.
- Madres adoptivas y por inseminación: Destaquemos dos tipos de papeles en este apartado: Madres que resuelven adoptar por vía legal y aquellas que recurren al bien conocido método de la inseminación artificial.  Son mujeres que con plena conciencia toman la firma de decisión de ser madres independientemente de los fines para los cuales quieran tener a sus críos.
-Madres de crianza
  Son aquellas que suplen el papel de la madre natural mediante el cuidado de los hijos, algunas de las cuales realizan su tarea por demás admirable.  La falta de responsabilidad de las principales progenitoras o situaciones  donde la madre natural tiene que laborar dejando al hijo al cuidado de terceros son algunos de los factores que hacen necesario el surgimiento de este tipo de madres.
-Madre “liberal”
 Se caracteriza por una actitud egoísta hacia su progenie, por lo que  ignora el entorno que lo rodea,  muestra falta de intereses hacia el hijo y ciertas posturas feministas. Busca un estilo de vida desenfadado, cumple con su responsabilidad económica pero no con la educación moral que es –a mi parecer- de mayor trascendencia.












  El tema “del ser madre” es sin duda muy extenso se puede tratar desde distintas áreas del conocimiento, yo quise centrarme en la madre como ser social y  a través de ello encontrar que beneficios trae consigo a la sociedad. Ser madre es una de las tareas o labores más difíciles en la actualidad, con el transcurrir del tiempo podemos ver que dicho rol ha sido transformado tomando distintos sentidos. Si bien, estamos lejos de ser la madre que algún momento  en forma utópica planteó Rosseau , podemos rescatar de esos escritos lo importante que es el “cariño maternal” como base de nuestro orden social. Un hijo que ha recibido atención de su madre será a futuro una persona que irá adquiriendo una visión más fraternal hacia sus semejantes.
A lo largo del tiempo la mujer se ha enfrentado a todas estas críticas sobre cómo “se debe ser madre” siendo que esto no se puede definir tan fácilmente, deberíamos pensar las condiciones tanto económicas como ideológicas en las que desarrolla dicha actividad. No resto merito a las mujeres que pese a tener una actividad laboral dedican tiempo a sus hijos, no hago referencia a la cantidad sino a la calidad. Es por ello que tomo una postura neutral y a la vez reconozco esta labor como algo digno, que requiere ciertas dificultades pero a la larga –dicen- trae mucha satisfacción personal.
Llegamos pues a la conclusión de que la madre no nace sino se hace pero no solo mediante el acto biológico sino mediante los esquemas y experiencias que va adquiriendo proceso de socialización. La faceta de la mujer como mamá debe ser una experiencia enriquecedora y no frustrante es por eso que yo desde mi condición de mujer hago extensa la invitación a pensar muy bien el ser madre y cuando sea así afrontar de manera firme la decisión, sobre todo disfrutarla .Por que serán ellos (los hijos) los que en un futuro determinen nuestra sociedad. Si bien es cierto ninguna mujer nace con las habilidades de cómo ser madre y a pesar de que se venden manuales o libros para ello quedaría todo en teoría y lo importante aquí es la praxis pues ella marca el camino en esta ardua y satisfactoria labor. Y no dejemos de reconocer a aquellas madres que han traído al mundo no solo personas sino seres dignos de llamarse “humanos”. Hay que nutrir al hijo con alimento pero también con afecto.



Bibliografía

García, A. (1995). Mujer, trabajo y maternidad. España: Upco.
García, A. (1995). Mujer, trabajo y maternidad. (Pp. 55-58). España: Upco.
Taboada,Leonor(1986). La maternidad Tecnológica. España: Icaria.
Burin, Mabel. (1987). El deseo maternal. Argentina: Gel.
Burin, Mabel. (1987). El deseo maternal. (Pp. 63-70). Argentina: Gel.
Martinez, Rosalía. (2000). La maternidad Social. España: Ediciones Alfar.
(2003). Emilio,o de la educación. En  Rosseau J.J, Emilio,o de la educación (pág. 53). México: Alianza.
Welldon, E. (1988). Madre,Virgen, puta. España: Siglo XXI de españa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario