lunes, 7 de mayo de 2018

“¿Quién se ha llevado mi soma?”: Racionalización y Burocracia en Un mundo feliz de Aldous Huxley (ensayo)


Gabriela Karina Zúñiga López
 Grupo 1B
Introducción
Aunque Un mundo feliz (1932), de Aldous Huxley tiene un reconocido lugar en la estantería de las novelas distópicas, bien podría reconsiderarse su género como sátira utópica.  Si una utopía es un buen lugar, un mundo maravilloso, paradisíaco, entonces una distopía es un mundo malo, corrupto, caótico. En la superficie el mundo de Un mundo feliz posee las características de la utopía, pero el resto, cual témpano de hielo, se encuentra sumergido en la ruina. ¿O será al revés? Eso depende de si lo que uno busca es la felicidad o la verdad.
            Aldous Huxley (Godalming, Inglaterra, 1894), el autor de Un mundo feliz fue testigo de trascendentes cambios sociales. Antes de la publicación de la novela, en 1932, presenció la devastación de la 1° Guerra Mundial, y el surgimiento del Fascismo. Asimismo, nuevos avances científicos relacionados con la biología y la psicología no pasaron desapercibidos para Huxley. Thomas Henry Huxley y Julian Huxley, el abuelo y el hermano de Aldous, fueron destacados biólogos que habrían inspirado al escritor a incluir en la novela técnicas reproductivas humanas al más puro estilo de la eugenesia, parte fundamental de esta historia de ciencia ficción («Aldous Huxley – Modernism Lab», s. f.).
En el año 2432 de nuestra era (632 después de Ford) los seres humanos ya no tienen madre ni padre, son engendrados en frascos, como en la fecundación in vitro. Permanecen en un frasco hasta el momento de su “nacimiento” o decantación, como ellos le llaman. A lo largo de la gestación se les administra un tratamiento médico de acuerdo con la casta o clase social a la que serán asignados. Así, las clases altas -Alfa y Beta- reciben una dosis completa de oxígeno, ya que ellos están destinados a ser los más inteligentes. En cambio, las clases bajas -Gamma, Delta y Épsilon- reciben menos oxígeno e, incluso, se les suministra alcohol y rayos X. Además, mientras que para las clases altas se producen individuos únicos, para las clases bajas se producen clones en masa.
            Mediante un método de castigos y recompensas, desde los primeros meses de vida se les enseña a los ciudadanos de Un mundo feliz las normas, creencias y preferencias propias de su clase. Este condicionamiento continúa a lo largo de la infancia y adolescencia, con mensajes subliminales susurrados una y otra vez durante la noche mientras duermen.
            La frecuencia de las enfermedades en general ha disminuido considerablemente en Un mundo feliz. Nadie tiene sobrepeso u obesidad, y todos mueren antes de que la vejez se les comience a notar. Debido a la forma en que son gestados nadie tiene familia. El amor romántico también ha desaparecido, junto con la intensidad de las emociones. Nada de todo esto es necesario para la estabilidad de la sociedad. Gracias a la ciencia y la tecnología se ha logrado progresar hasta el punto óptimo para el sistema. La producción y el consumo han alcanzado también niveles balanceados. No ocurren grandes conflictos como las guerras, y los pequeños conflictos y pesares se arreglan con soma, una droga psicodélica sin efectos secundarios.
El objetivo principal de este ensayo es probar que la finalidad última de la sociedad altamente organizada, eficiente y estable de Un mundo feliz no es la felicidad de los ciudadanos. La felicidad, pues, no es el objetivo principal o último, sino, más bien se presenta como un factor imprescindible en el mantenimiento de la estructura de la sociedad de Un mundo feliz. Por medio de la racionalización y la burocracia, la felicidad es un factor determinante en la perpetuación del estatus quo y el sistema de producción y consumo.

Desarrollo
Los conceptos teóricos en los que me baso para el análisis de este ensayo surgen de la vasta y compleja teoría sociológica de Max Weber. Con el auge de la Revolución Industrial y el Capitalismo Weber observó que distintos rubros de la sociedad moderna occidental, como la economía, la política y hasta la religión, mostraban una tendencia hacia la racionalización (Giddens, 2009, p. 20).
Debido a que no es una tarea fácil encontrar una definición precisa de racionalización en la obra de Weber, quien incluso manejaba distintas definiciones en diferentes situaciones (Ritzer, 2011, p. 136), utilizaré aquí una definición de racionalización sintetizada de manera clara y sencilla como la aplicación del principio de eficiencia y el conocimiento científico y tecnológico en el ámbito social y económico de la sociedad industrial, mediante la burocracia (Giddens, 2009, p. 20).
Para Weber, las sociedades industriales se caracterizan por su organización burocrática, la cual tiene como finalidad principal un gobierno y administración basado en reglas legales y en el cumplimiento de objetivos. Además, Weber consideraba que las personas de estas sociedades comenzaban a modular su comportamiento de acuerdo con los mecanismos burocráticos, alejándose cada vez más de motivaciones relacionadas con la religión, superstición, costumbres, tradiciones y creencias. Junto con estas motivaciones, las emociones también quedaban relegadas para darle cabida al cálculo frío y racional (Giddens, 2009, p. 20).
La burocracia como tipo ideal tiene para Weber (1964, pp. 176, 179) ciertas características básicas: organización jerárquica, división del trabajo altamente especializada, reglas y procedimientos escritos, cualificación profesional obligatoria, impersonalidad, alta disciplina y supervisión administrativa. Estas propiedades ayudan a componer una organización eficiente en cualquier institución.
En cuanto a Un mundo feliz, la estructura burocrática se encuentra altamente jerarquizada. Con excepción de algunas regiones, el mundo está regido por el Estado Mundial. Si bien no se menciona en la novela quiénes ocupan los puestos más altos de la jerarquía, el narrador refiere la existencia de diez interventores mundiales, de los cuales el Interventor Residente de la Europa Occidental, Mustafá Mond, es, de los personajes principales, el que ostenta el rango jerárquico más elevado. En el pasado, al parecer, el cargo de líder principal lo tenía Ford, uno de los reformadores de la sociedad de Un mundo feliz.
Otra característica básica de la burocracia que constituye un aspecto fundamental de la sociedad de Un mundo feliz es la división del trabajo altamente especializada. En principio, al dividirse la sociedad en cinco clases o castas (cada una subdividida en dos), la asignación de trabajos pasa en primer lugar por el filtro de la casta, por lo que un Alfa no puede hacer el trabajo de un Gamma, ni un Gamma puede hacer el de aquel. Luego, cada departamento de, por ejemplo, el Centro de Incubación y Condicionamiento se encuentra dividido en secciones claramente diferenciadas, como la Sala de Fecundación, la Sala de Envasado, el Almacén de Órganos y la Sala de Predestinación Social (Huxley, 1999, pp. 23, 30).
Una de las desventajas de la división del trabajo altamente especializado es la incapacidad entrenada (Schaefer, 2012, p. 125) de los trabajadores, quienes llegan a realizar de manera eficiente la parte del trabajo que les toca, pero que ignoran las demás partes del proceso. Como le ocurre a Linda, la madre de John -el “salvaje” que proviene de una reserva de Nuevo México-. John le pregunta sobre los detalles de su trabajo en Un mundo feliz, cómo se hacen los productos químicos y de dónde salen. Linda responde:
-No lo sé. Se sacan de frascos. Y cuando los frascos quedan vacíos, se envía a buscar más al Almacén Químico. Supongo que la gente del Almacén Químico los fabrica o quizá van a buscarlos a la fábrica, no lo sé. Yo no trabajaba en eso, me ocupaba en los embriones (Huxley, 1999, pp. 154, 155).
Además de la disciplina y la supervisión administrativa, y la impersonalidad que los ciudadanos de Un mundo feliz aplican en sus trabajos -y, de ser posible, en sus vidas-, la cualificación profesional, acorde a cada puesto de trabajo, queda asegurada por la predestinación social, puesto que cada casta posee lineamientos específicos relacionados con el tipo de trabajo, comportamiento, actitudes y creencias que en el futuro cada individuo adulto deberá ejercer. De modo que la cualificación profesional es aprendida desde muy temprana edad, por medio del condicionamiento neopavloviano y la hipnopedia, un método subliminal. En cuanto a las reglas y procedimientos escritos, de nuevo la madre de John, Linda, nos ofrece un ejemplo con su manual: “El Condicionamiento químico y bacteriológico del embrión. Instrucciones prácticas para los trabajadores beta del Almacén de Embriones” (Huxley, 1999, pp. 153, 154).
En Un mundo feliz el funcionamiento y la estructura de la sociedad dependen en gran medida de la racionalización y la burocracia. La reproducción humana, la salud, la educación, el trabajo, las relaciones sociales, la economía y hasta la muerte son controlados y administrados eficientemente en la sociedad de Un mundo feliz. El ciclo completo de la vida humana está intervenido por la ciencia y la tecnología.
La reproducción vivípara de los seres humanos es vista como algo obsceno; dejó de practicarse hace muchos años. Huxley, anticipándose a la fecundación in vitro, describe con detalle el nuevo método de reproducción humana. En el Centro de Incubación y Condicionamiento de la Central de Londres son gestados en masa miles de hombres, mujeres y hermafroditas. Con el método Bokanovsky un óvulo puede subdividirse hasta noventa y seis veces, y junto con la técnica de Podsnap -que acelera la maduración de los óvulos- se pueden producir alrededor de once mil individuos que en la actualidad nos recuerdan a los clones (Huxley, 1999, pp. 28-32).
Solamente a los Gamma, Delta y Épsilon se les aplica el método de Bokanowsky. Además, a estos se les aplica rayos X y una dosis masiva de alcohol, con el objetivo de ralentizar su desarrollo físico e intelectual. Por su parte, los Alfa y los Beta eran predestinados a convertirse en individuos únicos y diferenciados, por consiguiente, recibían cantidades óptimas de oxígeno y nutrientes. “El método Bokanovsky es uno de los mayores instrumentos de la estabilidad social” (Huxley, 1999, p. 28), dice el Director de Incubación y Condicionamiento. Así pues, mediante este sistema, cada aspecto y etapa de la reproducción humana es controlado de manera racionalizada, gracias al avance científico y tecnológico.
Desde que son embriones, los ciudadanos de Un mundo feliz son sometidos a un proceso de condicionamiento que continúa hasta la adolescencia. A algunos se les condiciona a tolerar el calor o productos químicos como el cloro, el plomo, el asfalto, la sosa caustica, entre otros. El Director de Incubación y Condicionamiento le comenta a un grupo de estudiantes que recorren el Centro: “(…) éste es el secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento se dirige a lograr que la gente ame su inevitable destino social” (Huxley, 1999, p. 37).
En la época (1932) en que Huxley escribió Un mundo feliz, las teorías sobre el condicionamiento como forma de aprendizaje comenzaban a prosperar. El método del condicionamiento neopavloviano les enseña a los ciudadanos de Un mundo feliz a odiar los libros -que no sean manuales de trabajo-, a aborrecer los paseos en el campo, a tener prejuicios hacia los individuos de las otras castas, o que les enseña a ser consumistas. De manera más sutil, el método de la hipnopedia transmite mensajes subliminales. Un altavoz instalado en la cabecera de las camas de los niños Beta repite en un susurro incesante:
Los niños Alfas visten de color gris. Trabajan mucho más duramente que nosotros porque son terriblemente inteligentes. De verdad me alegro muchísimo de ser Beta porque no trabajo tanto. Y, además, nosotros somos mucho mejores que los Gamma y los Deltas. Los Gammas son tontos (…) (Huxley, 1999, p. 50).
El condicionamiento continúa su proceso racionalizador, implacable e ineludible, repitiéndose una y otra vez por las noches mediante la hipnopedia,
Hasta que al fin la mente del niño se transforma en esas sugestiones, y la suma de estas sugestiones es la mente del niño. Y no sólo la mente del niño sino también la del adulto a lo largo de toda su vida. La mente que juzga, que desea, que decide… formada por estas sugestiones. ¡Y estas sugestiones son nuestras sugestiones! (…) ¡Sugestiones del estado!” (Huxley, 1999, p. 51),
recita triunfal el Director de Incubación y Condicionamiento.
Desde la etapa embrionaria los ciudadanos de Un mundo feliz son predestinados a pertenecer a una de las cinco castas o clases sociales: Alfa, Beta, Gamma, Delta o Épsilon. Esta estratificación comprendería una evidencia más de la presencia de la racionalización en Un mundo feliz. El método de reproducción humana y el sistema de condicionamiento neopavloviano tienen como objetivo controlar y delimitar el comportamiento de la sociedad feliz. En ese contexto los factores biológicos determinan los sociales. El método de condicionamiento es tan efectivo que muy pocos ciudadanos pueden cuestionarse el orden social. Bernard Marx es uno de ellos, el psicólogo Alfa más que se debate entre la inercia del placer y el consumo condicionados y la perspectiva de la dolorosa verdad.
El Estado Mundial de Un mundo feliz busca la estabilidad social, la cual consigue gracias al sistema de castas. El método de reproducción humana y el condicionamiento neopavloviano causan que las posibilidades de movilidad social resulten prácticamente nulas. Como asegura Mustafá Mond, el Interventor residente de la Europa Occidental: “(…) todos están condicionados de modo que no pueden hacer otra cosa más que lo que deben hacer” (Huxley, 1999, p. 264). Los ciudadanos de Un mundo feliz no anhelan escalar a una clase social más alta, ni sueñan con ser exitosos, ricos, amados y hermosos; esas ideas no se las han implantado subliminalmente. Quizás eso ocurra en otras sociedades.
En la misma línea, la racionalización se presenta en otro aspecto del ciclo de la vida humana. Esto es, los conocimientos científicos y tecnológicos son aprovechados por la sociedad de Un mundo feliz para llevar una vida saludable y estética hasta el momento de la muerte. Esta es vista como algo natural, ya que a los niños se les condiciona a no temerle, a no darle importancia. Es difícil descifrar la edad de una persona porque todos se conservan joviales, incluso cuando mueren. La estabilidad social requiere una masa de trabajadores sanos y útiles, que nunca, o casi nunca, se enfermen ni se jubilen.
Las mujeres Alfa y Beta poseen saludables y “neumáticos” cuerpos, con excepción de Linda, la madre de John. Linda era una Beta que trabajaba en el Almacén de Embriones, se había perdido en un viaje que hizo junto con el Director de Incubación y Condicionamiento a una Reserva de salvajes, en Malpaís, Nuevo México, una zona “incivilizada”. Linda estaba embarazada cuando ocurrió. El Director de Incubación y Condicionamiento regresó solo a Londres. Dieciséis años después Linda y su hijo John fueron descubiertos por Bernard Marx y Lenina Crowne, quienes los llevan de regreso a la civilización. Pero Linda ya no es la misma, su cuerpo no es delgado ni “neumático”, tiene maltratado el rostro y los dientes amarillos. La sociedad feliz ya no quiere aceptarla de nuevo y la rechaza por representar un peligro para la estabilidad social (Huxley, 1999, pp. 173-175). La racionalización del cuerpo es tan efectiva que produce uniformidad entre los individuos y, al mismo tiempo, rechazo ante los que son diferentes.
La racionalización es aplicada en Un mundo feliz para controlar las emociones y las relaciones interpersonales. El concepto de amor romántico ha desaparecido del panorama. Como consecuencia del método de reproducción humana in vitro nadie tiene familia, ni relaciones amorosas que los distraigan de mantener en orden el sistema de producción y consumo. Las relaciones sexuales se practican libremente y sin compromiso alguno, incluso se enseña a los niños a emularlas, como parte de su condicionamiento.
Asimismo, para aliviar cualquier altibajo emocional que pudiera presentarse, los sucedáneos del cristianismo y el alcohol -el culto a Ford y el soma- son la mejor opción, libre de efectos secundarios, como explica el Director de Incubación y Condicionamiento (Huxley, 1999, p. 80). Los rituales cristianos se secularizan y se racionalizan al regularizarse y uniformarse en el Fordismo, puesto que toda la sociedad que se halla bajo el dominio del Estado Mundial tiene que practicar los mismos rituales, el mismo sucedáneo de religión. La uniformidad produce estabilidad, el condicionamiento social la refuerza.
En el clímax de la historia, pregunta John, el salvaje: “¿Cómo puede gustaros ser esclavos? (…) ¿Cómo puede gustaros ser niños? (…) ¿No deseáis ser libres y ser hombres? ¿Acaso no entendéis siquiera lo que son la humanidad y la libertad?” (Huxley, 1999, p. 237). A lo que más adelante el Director de Incubación y Condicionamiento responde: “Actualmente el mundo es estable. La gente es feliz; tiene lo que desea y nunca desea lo que no puede obtener (…) Nuestros hombres están condicionados de modo que apenas puedan obrar de otro modo que como deben obrar” (Huxley, 1999, p. 246). Solo hombres como Bernard Marx y su amigo Helmholtz Watson son lo suficientemente conscientes de su individualidad como para vislumbrar que las cosas quizás podrían ser de otro modo.
El Director de Incubación y Condicionamiento, “la ciencia personificada” (Huxley, 1999, p. 24), le explica a John que la estabilidad social no necesita de la verdad, la belleza y el arte. Por otro lado, Mustafá Mond, el Interventor, le advierte que la ciencia es peligrosa, solo es necesaria hasta cierto límite (Huxley, 1999, pp. 247-53). Agrega Mond:
El propio Ford hizo mucho por sustituir el énfasis puesto en la verdad y la belleza a la comodidad y la felicidad. La producción en masa exigía este cambio fundamental de ideas. La felicidad universal mantiene en marcha constante las ruedas, los engranajes; y no la verdad y la belleza” (Huxley, 1999, p. 254).

Conclusión
Así pues, como afirma Mond, la felicidad es el elemento que mantiene andando a la sociedad de Un mundo feliz, al estatus quo. Sin todo lo que hay debajo de esa felicidad que, a John, el salvaje, le parece falsa y superficial, sería difícil sostener la estructura y el funcionamiento de ese “maravilloso mundo nuevo” (Huxley, 1999, p. 234). El condicionamiento, la pertenencia a una casta social inamovible, la estabilidad social, económica, emocional y física, en suma, la burocracia y la racionalización de todos los aspectos de la vida provocan en los habitantes del mundo feliz un estado de bienestar y felicidad. Mustafá Mond le confiesa a John, el salvaje, que tiene razón, que el precio a pagar es la libertad (Huxley, 1999, p. 246). Ser feliz y esclavo, o ser libre pero desdichado. El Estado Mundial no tiene como objetivo último la felicidad de los ciudadanos, entendida esta como la satisfacción que puede derivarse de la satisfacción de las necesidades económicas, sociales, culturales, educativas, sino que una de sus finalidades consiste en utilizar la felicidad, racionalizar la felicidad, para mantener el mecanismo de la máquina andando.
En conclusión, una obra tan rica y compleja como Un mundo feliz no puede ser abarcada en la brevedad de un ensayo como este. Temas tan importantes como la división de castas sociales, la comparación del mundo feliz con nuestro mundo actual, la referencia a figuras históricas del comunismo, como Karl Marx, Vladimir Lenin, León Trotsky, Federico Engels, Ford (fordismo, taylorismo) entre otros, merecen también una revisión. Aquí, pues, se intentó analizar la estructura de la sociedad de Un mundo feliz a través de los conceptos de racionalización y burocracia, de la teoría sociológica de Max Weber.

Referencias
Aldous Huxley – Modernism Lab. (s. f.). Recuperado 16 de abril de 2018, a partir de https://modernism.coursepress.yale.edu/aldous-huxley/
Huxley, A. (1999). Un mundo feliz. México, D. F.: Grupo Editorial Multimedios.
Giddens, A. (2009). Sociology. Cambridge, Reino Unido: Polity Press.
Schaefer, R. (2012). Sociología. México, D. F.: McGraw-Hill.
Weber, M. (1964). Economía y sociedad. México, D. F.: FCE.

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