domingo, 23 de mayo de 2010

Proyecto de Investigación.

Proyecto de Investigación.
Universidad de Guadalajara.
Alumno: Rosa Elia Quintero Rivera.
Carrera: Lic. En Sociología.
Maestro: Rodolfo Moran.
Título: El Aborto, su controversia y la legalización.

Definición:
La Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el período no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en período viable pero antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto si el feto sobrevive como si muere.
En el lenguaje corriente, aborto es la muerte del feto por su expulsión, natural o provocada, en cualquier momento de su vida intrauterino.

Clases de Aborto
El aborto puede ser espontáneo o provocado. El espontáneo se produce o bien porque surge la muerte intrauterinamente, o bien porque causas diversas motivan la expulsión del nuevo ser al exterior, donde fallece dada su falta de capacidad para vivir fuera del vientre de su madre. Si el aborto es provocado, se realiza o bien matando al hijo en el seno materno o bien forzando artificialmente su expulsión para que muera en el exterior.
En ocasiones se actúa sobre embarazos de hijos viables, matándolos en el interior de la madre o procurando su muerte después de nacer vivos. Esto no es, médicamente hablando, un aborto, y de hecho muchas legislaciones que se consideran permisivas en la tolerancia del aborto lo prohíben expresamente, porque lo incluyen en la figura del infanticidio. Pero no ocurre así en otros casos, como por ejemplo en España, donde el Código Penal no tiene en cuenta la viabilidad del feto para que se dé el delito de aborto, y, en contrapartida, se puede matar en algunos casos a fetos viables sin recibir ningún castigo penal, al amparo de la legislación vigente precisamente en materia de aborto. Por eso utilizaremos en estas páginas la definición de aborto según el lenguaje corriente, de modo que la muerte provocada de un feto viable también será considerada como aborto.

Tipos de Aborto
El asesinato de un bebé no nacido se produce, además de algunos métodos domésticos, a través de los siguientes métodos:
- Por envenenamiento salinoSe extrae el líquido amniótico dentro de la bolsa que protege al bebé. Se introduce una larga aguja a través del abdomen de la madre, hasta la bolsa amniótica y se inyecta en su lugar una solución salina concentrada. El bebé ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos. Esta solución salina produce quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más tarde, la madre comienza "el parto" y da a luz un bebé muerto o moribundo, muchas veces en movimiento. Este método se utiliza después de las 16 semanas de embarazo.
- Por Succión Se inserta en el útero un tubo hueco que tiene un borde afilado. Una fuerte succión (28 veces más fuerte que la de una aspiradora casera) despedaza el cuerpo del bebé que se está desarrollando, así como la placenta y absorbe "el producto del embarazo" (ósea, el bebé), depositándolo después en un balde. El abortista introduce luego una pinza para extraer el cráneo, que suele no salir por el tubo de succión. Algunas veces las partes más pequeñas del cuerpo del bebé pueden identificarse. Casi el 95% de los abortos en los países desarrollados se realizan de esta forma.
- Por Dilatación y Curetaje En este método se utiliza una cureta o cuchillo provisto de una cucharilla filosa en la punta con la cual se va cortando al bebé en pedazos con el fin de facilitar su extracción por el cuello de la matriz. Durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo el bebé es ya demasiado grande para extraerlo por succión; entonces se utiliza el método llamado por dilatación y curetaje. La cureta se emplea para desmembrar al bebé, sacándose luego en pedazos con ayuda de los fórceps. Este método está convirtiéndose en el más usual.
- Por "D & X" a las 32 semanas Este es el método más espantoso de todos, también es conocido como nacimiento parcial. Suele hacerse cuando el bebé se encuentra muy próximo de su nacimiento Después de haber dilatado el cuello uterino durante tres días y guiándose por la ecografía, el abortista introduce unas pinzas y agarra con ellas una piernecita, después la otra, seguida del cuerpo, hasta llegar a los hombros y brazos del bebé. así extrae parcialmente el cuerpo del bebé, como si éste fuera nacer, salvo que deja la cabeza dentro del útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser extraída intacta; el abortista, entierra unas tijeras en la base del cráneo del bebé que está vivo, y las abre para ampliar el orificio. Entonces inserta un catéter y extrae el cerebro mediante succión. Este procedimiento hace que el bebé muera y que su cabeza se desplome. A continuación extrae a la criatura y le corta la placenta.
- Por Operación Cesárea Este método es exactamente igual que una operación cesárea hasta que se corta el cordón umbilical, salvo que en vez de cuidar al niño extraído se le deja morir. La cesárea no tiene el objeto de salvar al bebé sino de matarlo.
- Mediante Prostaglandinas Este fármaco provoca un parto prematuro durante cualquier etapa del embarazo. Se usa para llevar a cabo el aborto a la mitad del embarazo y en las últimas etapas de éste. Su principal "complicación" es que el bebé a veces sale vivo. También puede causarle graves daños a la madre. Recientemente las prostaglandinas se han usado con la RU-486 para aumentar la "efectividad" de éstas.
- RU-486 Se trata de una fármaco abortivo empleado conjuntamente con una prostaglandina, que es eficiente si se la emplea entre la primera y la tercera semana después de faltarle la primera menstruación a la madre. Actúa matando de hambre al diminuto bebé, al privarlo de un elemento vital, la hormona progesterona. El aborto se produce luego de varios días de dolorosas contracciones.
Secuelas físicas del Aborto:

• Muerte:
Las primeras causas de muerte en relación con el aborto son hemorragia, infección, embolia, anestesia, y embarazos ectópicos sin diagnosticar [undiagnosed]. El aborto legal constituye la quinta causa de muerte de gestantes en los EE. UU, aunque de hecho se sabe que la mayoría de muertes relacionadas con el aborto no son registradas oficialmente como tales. (2)

• Cáncer de mama:
El riesgo de cáncer de mama casi se dobla después de un aborto e incluso se incrementa aún más con dos o más abortos. (3)

• Cáncer de ovarios, hígado y cervical (cuello uterino):
Las mujeres con un aborto se enfrentan a un riesgo relativo de 2.3 de cáncer cervical, en comparación con las mujeres que no han abortado, y las mujeres con dos o más abortos encaran un riesgo relativo de 4.92. Riesgos igualmente elevados de cáncer de ovario e hígado se ligan con el aborto único o múltiple. Estos porcentajes incrementados de cáncer para el caso de mujeres que han abortado se vinculan aparentemente a la interrupción no natural de los cambios hormonales que acompañan al embarazo, así como a la lesión cervical no tratada. (4)

• Perforación de útero:
Entre un 2 y un 3 % de las pacientes de aborto pueden sufrir perforación del útero; es más, la mayoría de estas lesiones quedarán sin ser diagnosticadas ni tratadas a no ser que realice una visualización mediante laparoscopia. (5) Esta clase de examen puede resultar útil cuando se inicia un proceso judicial por negligencia en la práctica del aborto. El riesgo de perforación uterina se incrementa para las mujeres que ya han tenido hijos y para las que reciben anestesia general durante la realización del aborto. (6) El daño en el útero puede complicarse en ulteriores embarazos y eventualmente puede acarrear problemas que requieran una histerectomía, lo que de por sí puede conllevar diversas complicaciones adicionales y lesiones que incluyen la osteoporosis.

• Desgarros cervicales (cuello del útero):
En al menos un uno por ciento de abortos realizados en el primer trimestre se producen importantes desgarros cervicales que requieren sutura. Las laceraciones de menor envergadura o el micro-fractura, que normalmente no son tratadas, pueden también a la larga perjudicar la función reproductiva. La lesión latente post-aborto puede abocar a una posterior incompetencia cervical [subsecuente cervical incompetente], parto prematuro y complicaciones durante el parto. El riesgo de lesión cervical es mayor en adolescentes, para abortos realizados en el segundo trimestre, y cuando los facultativos no usan laminaria (sic) para dilatar el cuello uterino. (7)

• Placenta previa (sic):
El aborto incrementa el riesgo de placenta previa en ulteriores embarazos (una circunstancia que pone en peligro tanto la vida de la madre como su embarazo deseado), en una escala de entre siete y quince. El desarrollo anormal de la placenta debido a lesión uterina aumenta el riesgo de malformación fetal, muerte perinatal y efusión excesiva de sangre durante el parto. (8)

• Recién nacidos discapacitados en posteriores embarazos:
El aborto se asocia con lesiones cervicales y uterinas que pueden incrementar el riesgo de parto prematuro, complicaciones en el parto y desarrollo anormal de la placenta en posteriores embarazos. Estas complicaciones reproductivas constituyen las causas principales de las minusvalías en recién nacidos. (9)

• Embarazo ectópico:
El aborto está relacionado de forma importante con un riesgo añadido de embarazos ectópicos posteriores. Los embarazos ectópicos, a su vez, amenazan la vida y pueden llevar a un descenso en la fertilidad. (10)

• Afección inflamatoria pélvica [pelvic inflammatory disease (PID)]:
Se trata de una enfermedad que puede poner en peligro la vida y conllevar un riesgo añadido de embarazo ectópico y reducción de fertilidad. De entre las pacientes que tienen una infección por clamidia [ a chlamydia infection ] en el momento del aborto, un 23 % desarrollará PID en cuatro semanas. Algunos estudios han arrojado que entre un 20 y un 27 % de pacientes que abortan sufren una infección por clamidia. Aproximadamente un 5 % de pacientes que no han sido infectados por clamidia desarrollan PID dentro de las 4 semanas posteriores a un aborto realizado durante el primer trimestre. Es por tanto razonable suponer que cuantos practican abortos previenen y tratan tales infecciones antes del aborto. (11)

• Endometritis:
La endometritis representa un riesgo post-aborto para todas las mujeres, pero en especial para las adolescentes, las cuales tienen una probabilidad 2.5 veces mayor de contraer endometritis después de un aborto que las mujeres con edades entre 20 y 29 años. (12)

• Complicaciones inmediatas:
Alrededor de un 10 % de mujeres que se someten a un aborto provocado sufrirán complicaciones inmediatas, de las cuales aproximadamente un quinto (2 %) tienen la consideración de riesgo mortal. Las nueve grandes complicaciones más comunes que pueden darse durante la práctica del aborto son: infección, efusión excesiva de sangre, embolia, desgarro o perforación del útero, complicaciones de la anestesia, convulsiones, hemorragia, lesión cervical y "shock" endotóxico. Las complicaciones 'menores' más comunes incluyen: infección, efusión de sangre, fiebre, quemaduras de segundo grado [second degree burns ], dolor abdominal crónico, vómitos, problemas gastro-intestinales, y sensibilización del Rh [ Rh sensitization ]. (13)

• Riesgos añadidos para las mujeres con múltiples abortos:
En general, la mayoría de los estudios arriba citados reflejan factores de riesgo para mujeres que se han sometido a un solo aborto. Estos mismos estudios muestran que las mujeres que tienen abortos múltiples encaran un riesgo mucho mayor de sufrir tales complicaciones. Este punto es especialmente digno de ser mencionado desde el punto y hora en que alrededor de un 45 % de todos los abortos se practican en mujeres que ya habían abortado antes.

• Riesgos añadidos para las adolescentes:
Las adolescentes, que suponen aproximadamente un 30 por ciento de las mujeres que abortan, se exponen a un riesgo mucho más alto de sufrir numerosas complicaciones relacionadas con el aborto. Esto reza tanto para las complicaciones inmediatas como para los perjuicios reproductivos a largo plazo. (14)

• Peor estado de salud general:
En un estudio realizado sobre 1.428 mujeres, los investigadores descubrieron que los embarazos malogrados y en particular los debidos a aborto provocado se asociaban de manera significativa a una salud general más deficiente. Los abortos múltiples correspondían a una valoración todavía peor de la salud presente. Mientras que la interrupción del embarazo por causas naturales iba en detrimento de la salud, el aborto provocado resultó estar más estrechamente relacionado con una salud deficiente. Tales hallazgos confirman investigaciones anteriores que arrojaban que durante el año siguiente a un aborto las mujeres visitaban a su médico de cabecera un 80 % más por toda clase de razones y un 180 % más por razones psico-sociales. Los autores también se encontraron con que si hay un compañero presente y que no presta apoyo [not supportive], el porcentaje de aborto natural se eleva a más del doble y el de aborto provocado es cuatro veces mayor que si él está presente y apoyando. Si el compañero está ausente, el porcentaje de aborto provocado es seis veces mayor. (15)

• Riesgo añadido por factores que hacen peligrar la salud:
El aborto está en buena medida ligado a cambios de conducta tales como promiscuidad, tabaquismo, abuso de las drogas y desórdenes alimenticios que en conjunto contribuyen a incrementar los riesgos de padecer problemas de salud. Por ejemplo, la promiscuidad y el aborto están ambos relacionados con un aumento de las tasas de PID y embarazos ectópicos. Cuál de los dos contribuye más es algo todavía incierto, pero deslindarlo puede ser irrelevante si la promiscuidad es de por sí una reacción al trauma post-aborto o a la pérdida de autoestima.

Secuelas psíquicas del Aborto
• Necesidad de tratamiento psicológico:
En un estudio realizado sobre pacientes post-aborto a sólo 8 semanas de haber abortado, los investigadores hallaron que el 44 % se quejaba de trastornos nerviosos, el 36 % había sufrido alteraciones del sueño, el 31 % tenía arrepentimientos por la decisión tomada y al 11 % le habían sido prescritos fármacos psicotrópicos por su médico de cabecera. (2) Un estudio retrospectivo que abarcaba un período de cinco años en dos provincias canadienses detectó que el recurso a los servicios médicos y psiquiátricos era sensiblemente mayor entre mujeres que habían abortado. Lo más revelador fue la conclusión a la que se llegó, según la cual el 25 % de mujeres que habían abortado visitaban a los psiquiatras frente al 3 % del grupo de control [ 3 % of the control group ]. (3) Las mujeres que han abortado tienen bastantes más probabilidades que otras de requerir el ingreso posterior en un hospital psiquiátrico. Adolescentes, mujeres separadas o divorciadas, y aquéllas en cuya historia clínica figura más de un aborto encaran un riesgo especialmente alto. (4)
Puesto que muchas mujeres tras un aborto recurren a la represión como mecanismo de defensa [as a coping mechanism], puede darse un largo período de negación antes de que una mujer requiera tratamiento psiquiátrico. Estos sentimientos reprimidos son susceptibles de causar afecciones psicosomáticas y psiquiátricas o de conducta en otras facetas de la vida de la mujer. En consecuencia, algunos asesores [counselors; al parecer, se refiere a ciertos peritos de los procesos judiciales norteamericanos] informan del hecho de que la angustia [distress] por un aborto que no se quiere reconocer es lo que en realidad subyace en muchas de sus pacientes, incluso aunque se hayan dirigido a ellos en demanda de terapias para problemas que
aparentemente nada tienen que ver con ello. (5)

• Disfunción sexual:
Entre un treinta y un cincuenta por ciento de mujeres que han abortado declaran sufrir disfunciones sexuales, tanto de breve como de larga duración, que comienza inmediatamente después de sus respectivos abortos. En concreto pueden incluir uno o varios problemas de los que se detallan a continuación: ausencia de placer en las relaciones, dolor añadido, aversión al sexo o a los hombres en general, o desarrollo de una forma de vida de tipo promiscuo. (12)

• Planteamientos suicidas e intentos de suicidio:
Aproximadamente un 60 por ciento de mujeres que experimentan secuelas post-aborto declaran albergar ideas suicidas, con un 28 por ciento que intenta realmente suicidarse, de las cuales la mitad lo ha hecho en dos o más ocasiones.
Investigadores finlandeses han identificado una estrecha relación estadística entre el aborto y el suicidio en un estudio basado en registros. Los 73 suidicidios identificados se asociaban en el espacio de un año a embarazos que acababan ya de forma natural, ya por aborto provocado. La tasa media anual de suicidio femenino en general era de 11.3 por cada 100.000. La tasa de suicidios asociados con nacimientos era significativamente más baja (5.9). Las tasas para interrupción del embarazo eran sensiblemente más altas. Para el aborto natural, la tasa era de 18.1 por cada 100.000 y para el aborto provocado de 34.7 por cada 100.000. La tasa de suicidio dentro del año posterior a la práctica del aborto era tres veces más alta que la tasa general femenina, siete veces más elevada que para las mujeres que llevan a término su embarazo, y casi el doble de alta que la de las mujeres que habían sufrido un aborto por causas naturales. (13)

• Refuerzo del hábito de fumar con los correspondientes efectos negativos para la salud:
El estrés post-aborto se vincula con una acentuación del tabaquismo. Las mujeres que abortan tienen el doble de probabilidades de convertirse en grandes fumadoras y de sufrir los correspondientes riesgos sobre la salud. (14) Las mujeres que han abortado tienen también mayor probabilidad de continuar fumando durante los posteriores embarazos deseados, con el riesgo añadido de muerte neonatal o anomalías congénitas. (15)

• Abuso del alcohol:
El aborto se vincula de forma significativa con un riesgo doblemente añadido de abuso del alcohol entre las mujeres. (16) El aborto seguido de abuso del alcohol se vincula con conductas violentas, divorcio o separación, accidentes de tráfico, y pérdida del puesto de trabajo. (17) (ver también New Study Confirms Link Between Abortion and Substance Abuse)

• Abuso de las drogas:
El aborto se halla significativamente ligado a abuso posterior de las drogas. Además de los costes psico-sociales que supone tal abuso, la adicción las drogas se vincula con riesgo incrementado de contraer infecciones por VIH/SIDA, malformaciones congénitas y conducta agresiva. (18)

• Desórdenes alimenticios:
Para algunas mujeres al menos, el estrés post-aborto se asocia con desórdenes en la ingestión de alimentos tales como comer compulsivamente [binge eating], bulimia, y anorexia nerviosa. (19)

• Descuido de los niños o conducta abusiva hacia ellos:
El aborto se vincula con mayores niveles de depresión, conducta violenta, abuso del alcohol y de las drogas, embarazos 'de sustitución o reemplazo', y relajación de los lazos que unen a las madres con los hijos habidos posteriormente. Estos factores se asocian estrechamente con el trato abusivo hacia los niños y parecen confirmar particulares valoraciones clínicas que vinculan el trauma post-aborto con abuso infantil subsiguiente. (20)

• Divorcio y problemas crónicos de relación:
Para la mayor parte de las parejas, un aborto crea problemas imprevistos en su relación. Las parejas que han recurrido al aborto están más expuestas a divorciarse o a separarse. Muchas mujeres que abortan desarrollan una mayor dificultad para establecer lazos duraderos con un compañero. Esto puede deberse a que el aborto se relaciona con reacciones tales como baja autoestima, mayor desconfianza hacia los hombres, disfunción sexual, abuso de substancias y niveles incrementados de depresión, ansiedad y cólera pasajera [ volatile anger ]. Las mujeres que se han sometido a más de un aborto (que representan alrededor del 45 % de todos los abortos) tienen mayor probabilidad de requerir ayudas públicas, en parte porque también tienen más probabilidades de acabar constituyendo familias mono parentales. (21)

• Abortos de repetición:
Las mujeres a las que les ha sido practicado un aborto arrostran un riesgo añadido de volver a abortar en el futuro. Las mujeres que cuentan con una experiencia abortiva anterior tienen una probabilidad cuatro veces mayor de volver a interrumpir voluntariamente su embarazo que aquéllas que no tienen historia abortiva previa. (22)
Este riesgo incrementado se asocia con el aborto anterior por la baja autoestima, un consciente o inconsciente deseo de llevar a cabo un embarazo 'de sustitición', y una mayor actividad sexual post-aborto. Los abortos posteriores pueden producirse por culpa de deseos conflictivos de quedar embarazada y tener un hijo y presiones continuas en favor del aborto, como puede ser el abandono por parte del nuevo compañero. En los abortos de repetición se da cuenta también de cierta clase de auto-punición. (23)
Aproximadamente un 45 % de todos los abortos son ahora abortos de repetición. El riesgo de caer en un patrón de aborto de repetición debería ser comentado con la paciente a la vista de su primer aborto. Es más, puesto que las mujeres a las que se les ha practicado más de un aborto se exponen a un importante riesgo añadido de sufrir secuelas físicas y psíquicas, tales riesgos cualificados deberían ser ampliamente comentados con las mujeres que optan por abortar.

Los católicos ante el Aborto
¿Qué entiende la Iglesia por aborto?
La Iglesia Católica entiende por aborto la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en cualquier momento del embarazo desde el instante mismo de la concepción. Así ha sido declarado el 23 de mayo de 1 988 por la Comisión para la Interpretación Auténtica del Código de Derecho Canónico.

La cuestión del aborto provocado, ¿es sólo un problema científico, político o social?
Ciertamente, no. Esta cuestión es, desde luego, un problema científico, político y social grave. Pero también es, y en gran medida, un serio problema moral para cualquiera, sea o no creyente.

¿Tenemos los católicos obligaciones adicionales acerca de la cuestión del aborto, respecto de los no católicos o no creyentes?
Todo hombre y toda mujer, si no quieren negar la realidad de las cosas y defienden la vida y la dignidad humanas, han de procurar por todos los medios lícitos a su alcance que las leyes no permitan la muerte violenta de seres inocentes e indefensos. Pero los cristianos, entre los que nos contamos los católicos, sabemos que la dignidad de la persona humana tiene su más profundo fundamento en el hecho de ser hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, que quiso ser hombre por amor a todos y cada uno de nosotros.
Por eso los católicos, si vivimos nuestra fe, valoramos en toda su dimensión el drama terrible del aborto como un atentado contra esta dignidad sagrada. Más que de obligaciones adicionales, pues, habría que hablar de una más profunda y plena comprensión del valor de la persona humana, gracias a nuestra fe, como fundamento para nuestra actitud en favor de la vida, ya que sabemos que el olvido de Dios lleva con más facilidad al olvido de la dignidad humana.
En el catolicismo todo se personaliza; dolor, sufrimiento, salvación y sacrificio. Su oposición al aborto no es más que una extensión del paraíso al que aspira, puesto que para ellos (los verdaderos católicos) el mundo ya está condenado; Cristo murió por los hombres y dejó en cada uno de nosotros la minúscula posibilidad de redimir los errores de toda la especie. ¡Qué injusto que mientras en el mundo contemporáneo (del que participan también los Ateos, Musulmanes y Taoístas) se labran avances de salud y anticoncepción, el 90% de la población Mexicana que dice ser Católica abogue por modos de vida excluyentes e insostenibles!



Despenalización del aborto en México: mujer y hombre.
En la historia de las sociedades modernas el dilema sobre la defensa de la vida y la legalización del aborto es un tema que ha generado amplias controversias. En muchas partes del mundo, desde hace varias décadas, han existido avances significativos.El tema sobre legalizar o no el aborto va más allá de asuntos penales, morales, culturales o religiosos, se trata de una decisión íntima y personal que sólo compete a la conciencia de la mujer. En los lugares donde el aborto está penalizado, como es el caso de México, se cancela el derecho individual de las mujeres a decidir, si continúan o no con su embarazo, además de que coartan las libertades fundamentales del ser humano, en este caso las del sexo femenino.El aborto es una práctica cotidiana que se ejerce en la clandestinidad. Reconocer esta realidad resulta difícil pues sería aceptar que la penalización del aborto ha sido derrotada por la frecuencia con la que éste se práctica.En México se llevan a cabo, de acuerdo con estimaciones oficiales, un millón de abortos clandestinos, de los cuales también se estima que mueren por lo menos 10 por ciento de las mujeres que se lo practican. Aunado a ello hay que destacar que existe un mercado negro de abortos que se realizan en condiciones de salubridad confiable sólo para las familias pudientes, capaces de absorber las cifras millonarias que generan, mientras que las mujeres que no tienen recursos son víctimas de verdaderos mercenarios, y por si eso no fuera poco se exponen a situaciones de insalubridad que ponen en riesgo su vida. La realidad del aborto en México es que se trata de un problema de salud pública y de injusticia social, pues las mujeres más pobres son las que sufren las mayores complicaciones. Pero no sólo se trata de eso. Un hijo o hija no deseados es contrario a los intereses de la mujer y de la sociedad, pues está demostrado que niños y niñas no deseados por sus madres tiene graves problemas en su desarrollo personal y social, como es el caso de niños producto de violaciones, abusos, vejaciones; llegan a familias desintegradas, con madres solteras, de bajos ingresos o menores de edad y sin la madurez sicológica para criarlos.En el tema de la despenalización del aborto, el Estado debería asegurar la libertad de la mujer para decidir. Sin embargo, la actual legislación establece lo contrario. Esta es una de las razones principales para reformar la ley. Es importante que se legisle, que haya una apertura, porque el aborto se va a seguir dando de manera clandestina y el riesgo para la mujer y lo que implica a futuro es un daño mayor que el que puede resultar con una legislación. Recordemos que en el 2000, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó reformas al Código Penal, a través de ellas, se crearon cuatro excluyentes de responsabilidad penal por aborto. Tales reformas permitieron la interrupción del embarazo cuando esté en riesgo la salud de la madre, si hubo violación, por malformación del producto y por conducta culposa de la mujer. La IV Legislatura de la ALDF, específicamente asambleístas del PRD, PRI y la Coalición Socialdemócrata, quieren reformar la ley para incluir una quinta causal aplicable en las primeras 12 semanas del embarazo.Los diputados locales, en su carácter de representantes populares, tienen no sólo el derecho de promover la reforma, sino de hacer valer su mayoría para analizar, discutir y, en su caso, aprobar la iniciativa. Pero ese no es el caso. El aborto es un tema relevante en la sociedad mexicana, por ello se deben escuchar todas las voces, todas las propuestas, se esté a favor o en contra de la despenalización. Lo que no es conveniente es caer en posturas extremas que desatienden la realidad social y que limitan los derechos de la mujer. Lo que la ciudad y el país requieren es un convenio en beneficio de la población. En una democracia, el beneficio común debe estar por encima de los intereses sectarios o de grupos. Vivamos nuestra democracia y trabajemos por fortalecerla.
28Mar07
La despenalización del aborto en México, como entidad de opiniones divergentes, depende de un latente balance entre clero y clase política. Esta verdad, que lo medios tradicionales promueven a su antojo buscando imponer su ideología y llevar al estatus de única para todas las clases sociales del país, presiona constantemente las relaciones humanas, alineando a los individuos en bandos que chocan unos contra otros y lastimando la cohesión social, se politiza la posible legalización del aborto en la nación.
Sólo en un país anémico de objetividad, lo sexual y los derechos individuales se tornan blanco de la política y religión. Bien lo dice Alan Riding en su libro “Vecinos Distantes. Un retrato de los Mexicanos”:
Los políticos y el clero han creado un complejo modus vivendi, que se da a muchos niveles ocultos y, aunque ocasionalmente alterado por confrontaciones, se mantiene unido en razón de las graves consecuencias que se derivarían de su desplome.
El aborto legalizado es una ruptura paradigmática del México viejo, aquel México sumiso y atento a los caprichos fundamentalistas del Catolicismo. Amarga las largas y retorcidas lenguas de los eclesiásticos porque desmarca a la mujer como sufrida e ídolo inmaculado; peor aún, es una revolución ideológica (muy atrasada) en un país que creían bajo su yugo. El aborto no es para ellos un problema de salud, es un obstáculo a su supervivencia. El derecho al embarazo interrumpido es el comienzo del desplome
Así pues, el mexicano también se contradice al exaltar la muerte. Por un lado, la celebra, desafía y hasta juega con ella, pero no la concede. Se quiere evitar la legalización del aborto porque esta supone depositar en la mujer un derecho que embiste la supremacía del género masculino.
Si en la pornografía (dicen) el hombre cosifica a la mujer, entonces esta acaba de responder con un poder abrumadoramente superior: una cosa es entretener con sexo, satisfacer necesidades post modernas de voyerismo con avalanchas de películas, revistas y demás es donde el “sexo débil” es reprimido, expuesto y violado metafóricamente, pero decidir el fin de un embarazo se encuentra en un nivel completamente distinto.
Al hombre no puede gustarle lo anterior, pues en cierta medida ve rechazada su participación en el proceso reproductivo. Su semen no importa, el acto sexual y sus consecuencias terminan, por primera vez en nuestra cultura, cuando ella lo decide… y no hay más.
Lastima entonces el aborto porque los hombres han pensado que los genitales femeninos les pertenecen. En el México de hace apenas unas décadas, el recato, la ingenuidad y virginidad eran virtudes apreciadas y buscadas en las compañeras de alcoba; hipócritas los que aún hoy exigen dichas cualidades y, por otro lado, consumen ávidamente cantidades copiosas de materiales eróticos en las tan demandadas sex shops.
Este tipo de hombre quiere ser violador simbólico de todo lo que es bueno en la mujer, intenta hacerla instrumento de un fin (reproductivo, libidinal, jerárquico) mas nunca partícipe pleno. Fines, como dice Paz, “sobre los que nunca se le ha pedido consentimiento y en cuya realización participa sólo pasivamente, en tanto que ‘depositaria’ de ciertos valores”.
Pero hoy esos “valores” son más parte de ellas que nunca y ellas deciden “retirarlos” (si me permiten la vulgaridad) a voluntad. Así pues, no habiendo enlace que las ate al falo centrismo, se convierten, de pronto, en perpetradoras de los deseos masculinos patrocinados por la religión, quien, a su vez, las sataniza como “malas mujeres” que usan al hombre, a la religión y al Estado a discreción.
Estas son las temidas nuevas mujeres Mexicanas, las que toman y se niegan a ser tomadas. No son feministas, simplemente son féminas. Su anatomía no las condena, mejor aún, las justifica.
Bibliografía:
Fuente: "el aborto" 100 cuestiones y respuestas sobre la defensa de la vida humana y la actitud de los católicosConferencia Episcopal EspañolaComité para la Defensa de la VidaMadrid, 25 de marzo de 1991

28 Mar 2007... En la historia de las sociedades modernas el dilema sobre la defensa de la vida y la legalización del aborto es un tema que ha generado...www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=292863
espacioenblanco.wordpress.com/.../despenalización-del-aborto-en-México-mujer-hombre-religión/ -

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