Introducción
La importancia
de la literatura en los estudios de interés de ciertos campos como la
psicología, la sociología, la historia, entre otros, es claramente observable
si hacemos consciente que no hay obra literaria por más que aparezca en el género de ficción, que no
responda a un contexto histórico-social. Ya sea a modo de respuesta, de
cuestionamiento, de negación o de afirmación, la literatura se mantiene
estrechamente unida a su tiempo y a su espacio, y nos puede ayudar a los
científicos sociales, como herramienta desde donde nos podemos situar, para
poder adquirir un ángulo que quizá no hubiera sido sencillo conseguir por otro
medio.
Ahora cuando nos encontramos con ese
tipo de literatura que tenía como
motor describir lo más fielmente la realidad histórico-social que lo rodeaba,
el interés de los científicos sociales en esta debe ser mayor. Así en la
investigación particular de una sociedad, tenemos la posibilidad de apoyarnos
en análisis exhaustivos del comportamiento y psique humana que se contienen de
manera extraordinaria en la literatura. Con base en lo anterior, en este ensayo
trataré de aplicar el concepto de anomía de Emile Durkheim, para analizar y
comprender más a fondo la novela Crimen y castigo (1972) de Fiodor Dostoivesky.
El objetivo principal será reflexionar si la situación de la Rusia Zarista
retratada en esa novela y el accionar de los personajes, en especial del
protagonista, pueden ser explicados o no, desde una perspectiva sociológica. Lo
primero que haré será hacer un breve
recorrido por la vida y pensamiento de
Dostoiveski, después por los acontecimientos más importantes de la novela y el
contexto en que esta se sitúa y a continuación, explicaré el concepto de anomía
para finalizar analizando la obra aplicándolo.
Biografía y comentarios de la obra de Fiódor
Mijaílovich Dostoievski
Nació el 30 de octubre de 1821 en Moscú,
su padre fue un cirujano militar que trabajó en un hospital para pobres de
Marinksi, para más tarde comprar una propiedad en 1831 y adquirir siervos y un título
nobiliario. Su padre era un hombre medianamente instruido y de tradiciones y
costumbres conservadoras, conocido por la severidad de su temperamento. Su
madre, descendiente de una familia de comerciantes, era una persona instruida y
con carácter dulce, transigente y profundamente religiosa, de dónde podemos
intuir la influencia del cristianismo ortodoxo fuertemente visible en la obra
de Dostoievski.
Nacido en la época del reinado del
zar Nicolás I, la Rusia Zarista estaba pasando por una etapa de dura represión
en pro a debilitar y detener las ideas liberales occidentales provenientes de Europa
que empezaban a florecer en las mentes de los más jóvenes, como el intento de
reformar una Rusia zarista que en todo el transcurso del siglo xix sufrió una
crisis que acarreó su inevitable disolución Aún a pesar de todos los métodos
represivos del Zar, las ideas revolucionarias y liberales no podían ser
totalmente extinguidas, y la industrialización empezó a transformar poco a poco
a Rusia, haciéndola pasar por una etapa de profundas crisis, siendo notables en
las abismales diferencias de clase. Dostoiveski ingreso a la academia de
ingeniería militar de San Petersburgo en 1838, donde permaneció 5 años. A
partir de esa experiencia y con base a un gusto por la literatura desde la
niñez, decide abandonar su carrera militar para buscar seguir su pasión, que
serían la pluma y las hojas hasta el
final de sus días.
El recorrido por la
narrativa Dostoievskiana es un proceso incesante entre comprenderte y
comprender lo otro, siempre desde un profundo temor y una constante desgracia.
Él entendía al humano
como el lugar donde múltiples y heterogéneas dimensiones luchan y chocan entre
sí, donde lo malo no es simplemente malo. Negaba y fragmentaba la aparente
universalidad, que empezaba a reinar el pensamiento
en esa época, donde la razón y su capacidad “divina” podían nombrar, describir
y definir cada acto humano. Incrédulo de esa ciencia que empezaba a obtener
autoridad sobre el alma humana, llamada psicología, él la veía con
desconfianza, y la desentrañaba con un profundo análisis y desarrollo
psicológico en sus personajes.
Nos enseña a ver al
humano como una continua e incesante ambivalencia, donde cada acto tiene en sí,
múltiples causas y múltiples interpretaciones de esas causas, y su forma de
mostrárnoslo es en sus insuperables narrativas psicológicas, donde cada
personaje define muy bien cada uno de los distintitos pensamientos o
reflexiones que tiene Dostoievski (desde
su realidad compleja) de cada situación importante en la historia que nos
narra.
Sus historias están
llenas de angustia, tanto así que pareciera que esta emoción tan humana, fuera
la piedra angular que guía la mayoría del hacer de sus protagonistas.
El que sus historias
sean guiadas mayoritariamente por la angustia, tiene su respuesta en el devenir
de su propia vida, que a falta de mucho, tuvo de sobra y como eterna
acompañante a esa emoción tan pesada e intensa. Su vida, como muchas otras
coetáneas a él y a mí, reflejan ese
modelo del hombre moderno, que a base de un marcado y en creciente
individualismo, que nos separa de la vida social y que nos sumerge en la
sustitución de una conexión pre-moderna de relacionarnos con los otros, a una
raquítica, plástica, robotizada y funcional “nueva” y común forma de
relacionarnos con los otros.
Lo primero que admiré y reconocí en la
primera lectura de crimen y castigo, (una de sus obras más icónicas) fue
cómo el ojo narrativo se paseaba ya sea entre la mente de un joven nihilista,
pobre, angustiado, asesino y totalmente exiliado del mundo moral por su
ausencia de valores; por calles, callejones y tugurios, donde la miseria humana
sustituye la pintura de los muros y la tragedia al nublado sol de san
Petersburgo; o por el corazón destrozado, devorado, vomitado y vuelto a comer
por la sociedad, de una prostituta cristiana, que su incondicional amor por el
otro desahuciado, negado, condenado por el ojo de dios y por el ojo de una
sociedad que sabía muy bien condenar pero no condenarse, seguía latiendo y
tenía su justificación, como canal de expiación de los pecados, como perdón absoluto
y como puente de resurrección hacía el regreso al mundo de lo correcto.
Acontecimientos más
importantes en Crimen y castigo
Así es que en ese nihilista encontramos al protagonista llamado Rodión Románovich Raskólnikov de su obra Crimen y
Castigo (1972), un joven que por causas económicas tiene que abandonar la
universidad para anidarse en una habitación mísera y apenas conseguir lo mínimo
vendiendo algunos artículos a una vieja usurera para sobrevivir. En uno de los
momentos de mayor crisis en el personaje, inspirado por condiciones de vida
paupérrimas y por extrañas deducciones psicológicas, es que decide asesinar a
la usurera. Esto debido a dos razones: para conseguir dinero y por la fiel
convicción de que esa vieja era una persona vil y que su existencia en el mundo
no traía nada bueno para la sociedad. A partir del crimen (acontecimiento más
importante del libro) en el cual sucede algo fortuito, (el asesinato también de
la hermana de la usurera por haberlo sorprendido en el acto) es que Raskolnikov
esconde el dinero robado y se sumerge en una profunda crisis psicológica, donde
la culpa, la reflexión y la angustia luchan en la mente de este joven
desgraciado.
A lo largo de la
novela vamos encontrando más personajes que serán de vital importancia. Uno de
ellos es el antagonista de Raskolnikov, el juez de instrucción llamado Porfirio
Petrovich, el cual gracias a su calculadora inteligencia y a sus habilidades de
detective, consigue después de varios interrogatorios descubrir que Raskolnikov
es el asesino.
Sonia Semiónovna Marmeládova, una
joven cristiana de 18 años que tiene que prostituirse para mantener a su
familia. Fueron los únicos oídos que recibieron la confesión de Raskolnikov por la creencia de la pureza
de su corazón y así Sonia se convierte en el
camino hacia la resurrección de él, cuando este confiesa a la policía y
es condenado a 8 años de prisión en Siberia, lugar al que Sonia lo acompaña por
el amor incondicional que le tiene.
Otro de los personajes importantes e
icónicos de Crimen y castigo (1972), es Semión Zajárovich Marmeládov, un
exfuncionario alcohólico padre de Sonia que tiene en la miseria a su familia,
su primer y más importante encuentro con Raskolnikov, en una cantina, casi al
inicio de la narración, es considerada una de las mejores escenas de la
literatura Dostoievskiana. Este personaje muere atropellado por una carreta.
Hemos expuesto anteriormente la
tendencia de Dostoievski, esa particularidad de mirar el mundo desde los ojos de los condenados, de los inmorales,
de los insignificantes, de aquellos míseros humanos que caminan en el borde de
esa línea que determina lo bueno y lo malo de su condición de humano-moderno,
es para mí una de las tantas atribuciones que Dostoievski nos deja a la
posteridad para el entendimiento de la modernidad. Esto es lo que nos ayuda a conocer desde un ángulo
adecuado, la realidad de la Rusia
Zarista y a empezar a comprender el actuar de sus personajes como dependientes
al contexto socio-político-económico que los rodeaba.
Anomia en crimen y castigo
Durkheim considera a la sociedad como “el
conjunto de sentimientos, ideas, creencias y valores que surgen a partir de la
organización individual a través de este tipo de grupo y que tiene una
existencia diferente y superior a cada uno de sus miembros, es decir, que
existe gracias al grupo pero no está en ninguno de ellos de forma
individual.”(López, 2009, p.4)
El concepto de solidaridad mecánica y de solidaridad
orgánica, son fundamentales para que podamos entender el concepto de anomía.
La
solidaridad mecánica se daba en sociedades tradicionales o pre-modernas “en
las cuales existe una división mínima del trabajo, se desarrolla una conciencia
colectiva que hace énfasis en la solidaridad de grupo” (López, 2009, p.6) Es
decir que en esas sociedades, la división del trabajo no estaba tan
especializada ni diversificada, y esta se regía por una fuerte integración de
la comunidad, por lo tanto el grupo era la fuerza dominante de la sociedad. Y
la solidaridad orgánica que es el resultado de remplazar la primera en relación
a que la sociedad ha crecido junto con las especializaciones que cambian
drásticamente la división de trabajo, “ es decir, una conciencia colectiva que
se basa en la interdependencia mutua de los miembros de una sociedad”
(López, 2009, p.8) y por lo tanto los miembros de la sociedad se comunican
entre sí en pro a un sistema funcional de partes inter-vinculadas, donde al
especializarse cada vez más un individuo, este necesitará que alguien más haga
lo que él no puede hacer.
Este cambio entre solidaridad
mecánica y solidaridad orgánica, lo podemos ver claramente en el contexto de la
Rusia Zarista de esa época, donde la industrialización empezaba a surgir y los
lazos entre los individuos pre-modernos empezaban a ser remplazados por los
lazos modernos-industriales-capitalistas, sumiendo a Rusia en una profunda
crisis social, y de la cual Dostoievski hace mención : “iba tan miserablemente
vestido, que nadie en su lugar, ni siquiera un viejo vagabundo, se habría
atrevido a salir a la calle en pleno día con semejantes andrajos. Bien es
verdad, que este espectáculo era corriente en el barrio que nuestro joven
habitaba.”(Dostoiesvki, 1972, p.83) Así Dostoievski, nos va dejando pistas, agudas
reflexiones sobre el contexto socio-histórico que habitaba, ya sea con la
elección misma de la trama que desarrollaba y de los personajes que creaba, o
en los pensamientos de sus personajes. Así en este momento de transición que
afectaba a Rusia entre la pre-modernidad y la modernidad, y con lo que
acarreaba el cambio de la división de trabajo y de los procesos productivos, es
que podemos encontrar la anomía, entendiendo a esta como “la ausencia de un
cuerpo de normas que gobiernen las relaciones entre las diversas funciones
sociales que cada vez se tornan más variadas debido a la división del trabajo y
la especialización, características de la modernidad” (López, 2009, p.6) así la
sociedad “cumple dos funciones: la
integración y la regulación; cuando la segunda no es ejercida adecuadamente los
individuos se encontrarán en una situación de anomia, concepto que ocupa un
papel central en su obra” (López, 2009, p.4) Entonces ¿podemos decir que el
régimen zarista en donde se desenvuelve Dostoievski y se mueve Raskolnikov en Crimen y castigo, estaba pasando por un momento
de anomia? Donde las relaciones entre los individuos estaban cambiando
drásticamente, con la llegada del pensamiento liberal, burgués, capitalista. Dejando
al régimen zarista en un momento donde la integración y la regulación pasaban
por un momento de crisis, si no, ¿Por qué existiría la historia de un joven que
a culpa de la miseria y de un nulo contacto con su exterior, decidiera asesinar
a una vieja usurera que vivía de estafar a los demás, y todo eso para conseguir
dinero y una justificación más grande a su existencia? ¿No será que Raskolnikov
tenía un nulo reconocimiento con su comunidad? Y ¿su nihilismo respondía a la
aflicción, el caos y la confusión que la industrialización y la modernidad
estaban llevando y transformando en San Petersburgo? Debido a que la
transformación ha sido rápida la sociedad ha cambiado los mecanismos y las
relaciones de producción, sin embargo, la reglamentación moral, la tabla de
valores de la sociedad, cruza por un periodo de atraso con respecto a los
cambios políticos, económicos y sociales, que es necesario renovar y que se
amolde a ese nuevo cambio de vida, como consecuencia de esto “se ha producido
una situación de competencia sin regulación, lucha de clases, trabajo rutinario
y degradante, entre otros, en el que los participantes no tienen clara cuál es
su función social y en la que no hay un límite claro, un conjunto de reglas que
definan qué es lo legítimo y lo justo” (López, 2009, p.6)
Entonces la rápida
transformación debilita el poder de
“regulación” de la sociedad, dejando al individuo sin fuertes límites sobre lo
que debe o no debe hacer, así Raskolnikov, al no tener una acotación sobre su
acción individual muy clara, debido al cambio de la fe por la razón, del juicio
por la tradición, “A raíz de este debilitamiento identificado como anomia, los
individuos han dejado de tener clara la diferencia entre lo justo y lo injusto,
lo legítimo y lo ilegítimo” (López, 2009. p7). De esta forma, Raskolnikov
respondiendo a estímulos exteriores decide cometer el crimen, para después
sufrir las consecuencias de la condena por la sociedad, que él interioriza y
busca solucionar con un incesante diálogo interior, para finalizar entregándose
y deseando el suplicio como resurrección y reintegración a la sociedad.
Podemos concluir que la Rusia
zarista en esa época, estaba pasando por una “fragmentación de la estructura
cultural de la sociedad” (López, 2009, p.10). Llamada por Durkheim anomia, y
que esta era el resultado de la transformación de la solidaridad mecánica dada
en sociedades pre-modernas o tradicionales por la solidaridad orgánica, que se
encuentra en las sociedad modernas, capitalistas, industriales. Por lo tanto, Dostoievski,
en su novela Crimen y castigo nos
pasea por la mente de un individuo que sufre las consecuencias de la anomía
hasta el punto de orillarlo a cometer un acto violento y de desintegración con
su sociedad, condenándolo a condenarse en su interiorización y a esperar el
suplicio que la sociedad debe de darle, para que este pueda reintegrarse en un intento
de buscar una identificación cultural con la sociedad que lo rodeaba.
Referencia
López, M. (2009) El concepto de anomia de Durkheim
y las aportaciones teóricas posteriores. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad iberoamericana,
130-147.
Dostoievski, F. (1972) Crimen y castigo. Barcelona,
España: Credsa ediciones y publicaciones.
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