El escenario europeo se distingue por su multiculturalismo; distintas razas, religiones, y nacionalidades se convergen en uno y varios territorios del continente. Hace unas décadas, éste fenómeno pudo haberse visto como un progreso civilizatorio, el fin de uno de los grandes conflictos de la humanidad; no obstante, parece ser que la historia es cíclica, el racismo y la ultraderecha renacen en Europa, movimientos con los que muchos simpatizan y a otros preocupan. Factores como el desempleo, crisis económica, desintegración social, e intolerancia religiosa parecen ser los catalizadores para la popularización de dichas ideologías. Después de los estragos que la Segunda Guerra Mundial causó en Europa, el fascismo pretendía ser erradicado de la memoria de los europeos para que nunca volviera a ocurrir algo parecido; sin embargo, y a pesar de que no todos se pueden comparar con los grupos fascistas de la Segunda Guerra Mundial, la ultraderecha gana puestos en los parlamentos y los ciudadanos se movilizan en contra de los inmigrantes, un escenario escalofriante.
La Segunda Guerra Mundial fue un parte aguas para la historia mundial, especialmente la europea; la necesidad de re incentivar la economía y restablecer las pérdidas demográficas propició a que los países europeos aceptaran la inmigración en masa. La mayoría proviniendo de sus respectivas antiguas colonias, las cuales habían conseguido su independencia en aquellas fechas. Fue así como Europa se convirtió en un continente multicultural, era una relación bilateral necesaria, los países del sur y la periferia buscaban una mejor vida, mientras que los europeos necesitaban mano de obra barata para reactivar su economía. En un principio, la sociedad europea miraba a los inmigrantes como símbolo de progreso, sin embargo, a partir de la década de los setenta, la perspectiva cambió negativamente. Los avances tecnológicos provocaron que la demanda por obra de mano barata no fuera ya la misma, la crisis económica, y el deterioro del estado de bienestar en muchos países (los europeos creían que los migrantes utilizaban estos servicios sin corresponder económicamente), fueron factores significativos para que hayan nacido movimientos e ideologías anti migratorias. Es necesario recalcar que al igual que surgieron movimientos anti migratorios, también los movimientos a favor de los migrantes proliferaron.
El paradigma en el occidente de Europa durante la segunda mitad del siglo XX fue contrario a la ultraderecha de la Segunda Guerra Mundial; varios países se volvieron socialdemócratas, como es el caso de los países escandinavos, quienes consolidaron una sociedad y economía estables al mismo tiempo que abrían sus fronteras y apoyaban a los inmigrantes o refugiados. Los gobiernos y la sociedad europea abandonan cada vez más este paradigma, el pensamiento y las políticas de izquierda y socialdemócratas no tienen la misma fuerza y popularidad que alguna vez llegaron a tener; asimismo, la extrema derecha e intolerancia que siempre han sido satanizadas resurge en varios aspectos de varios países, económicos, políticos, y sociales. Parece ser que la sociedad multicultural en Europa es una bomba de tiempo, un conflicto potencial sin precedentes. ¿Qué factores han provocado el resurgimiento de la ultraderecha en Europa?
La ultraderecha, aunque sigue siendo minoría, está cada vez más presente en los parlamentos europeos, su fuerza política y popularidad aumenta gradualmente. Alemania ilegalizó los partidos neo nazis, pero esto no fue suficiente para que otros partidos de ultraderecha ganaran votos, y por consiguiente, puestos en el parlamento. El Frente Nacional en Francia ganó el 15% de los último votos regionales. En Inglaterra, el Partido Nacional Británico alcanzó votos suficientes para mandar a dos representantes al parlamento. Como ya se había mencionado, en Escandinavia se repiten los mismos patrones, países como Dinamarca, Noruega, Suecia, y Finlandia, que se han caracterizado por su apoyo a la inmigración y prácticas de desarrollo social, presentan un revés político e ideológico, inclusive llegando al extremismo, ese tema en específico se desarrollará más adelante. Durante décadas, los países escandinavos tuvieron una mayoría representativa de izquierda, hoy no se puede decir lo mismo. La creación de estos partidos puede darse por el conjunto de ideas y la sinergia de varias personas con intereses en común, sin embargo, lo que llama más la atención, son los votos que reciben; existe un sector significativo de la población que comulga con sus ideas, y se han vuelto explícitas.
“Tiempos de infelicidad tienden a favorecer a partidos extremistas” (Reynié). Es posible que el contexto político, social, y económico colabore para el éxito de estos partidos; una sociedad que está inmersa en innumerables problemas apunta hacia terceros para encontrarle una causa a esos problemas. Falta de empleo, crisis económica, crisis cultural, inseguridad, intolerancia religiosa, etc. Algo similar ocurrió con el partido nacionalsocialista de Adolfo Hitler, sus ideas llegaron en el tiempo y psique social oportuno para triunfar; apareció en un momento de debilidad y crisis política, prometiéndole la gloria a un pueblo fuertemente golpeado y humillado después de la Primer Guerra Mundial. Mucha gente cree que son los extranjeros o las políticas de izquierdas las culpables muchos problemas sociales actuales. El historiador húngaro Atilla Pok, dijo esto respecto a los partidos de ultraderecha en su país: “Un gran número de votantes no cree en la élite establecida, ya sea de derecha o de izquierda. Votaron por la plataforma más nueva, ruidosa, y con el discurso más claro”.
Una de las razones principales por las cuales se aceptó una gran cantidad de inmigrantes fue la carencia de fuerza laboral, la mano de obra era necesitada urgentemente, lo que alguna vez fue una necesidad, es ahora un problema. El desempleo, o la inmensa competencia por el mismo, ha sido un fenómeno atribuido a los inmigrantes ilegales. Los nativos reclaman que son los inmigrantes ilegales (o de otra raza), quienes ocupan los trabajos (por un salario menor) que por derecho deberían de pertenecerles a ellos. Actualmente, existen bastantes leyes anti migratorias y la deportación y persecución de “sin papeles” es algo de todos los días; Gran Bretaña es uno de los países con mayor protección anti migratoria, inclusive se les niega el acceso a artistas reconocidos mundialmente, por el hecho de que ingresan al país para ganar dinero. Según los ideólogos de extrema derecha, la falta de empleo está relacionada directamente con la falta de trabajo, y la solución no es más que la deportación de los inmigrante, especialmente la de los no blancos. En el 2010 el presidente de derecha francés Nicolas Sarkozy expulsó a miles de rumanos y búlgaros, la mayoría gitanos quienes llevaban años instalados en Francia de manera ilegal. Estos actos fueron reprochados tachando a Sarkozy y al gobierno francés de racista y xenófobo. Aunque la ultraderecha no ha adquirido todavía un poder realmente significativo, las políticas en contra de la migración son ya bastante duras, una tendencia que no parece disminuir; por otro lado, los grupos a favor de los derechos de los inmigrantes surgen en paralelo y como respuesta. Un factor de análisis es que la población étnica nativa no es lo suficientemente numerosa para cubrir los puestos de trabajo que la economía demanda, la población de Europa es mayoritariamente adulta.
La ultraderecha no les adjudica la culpa de sus problemas económicos solamente a los inmigrantes, varios grupos promulgan el euroescepticismo, el rechazo hacia la Unión Europea. El euroescepticismo de la ultraderecha se debe principalmente a la defensa de la soberanía estatal, y a proteger los intereses económicos del estado por encima de los comunitarios. Alegan que la Unión Europea es la causante de la crisis económica en la cual se encuentra sumergida Europa. Debido a que la ultraderecha es nacionalista por excelencia, están en contra de la unificación en cualquier sentido, además reclaman que existen países que aportan de más y las utilidades no son recíprocas. Otro aspecto el cual alegan es el libre flujo de los conciudadanos con libertades laborales y el abandono al euro.
Los grupos de extrema derecha hacen énfasis en contra del Islam y los musulmanes, alegando que son los principales responsables de varios problemas sociales y su falta de compromiso por integrarse a la sociedad europea. El Islam es la segunda religión con más adeptos en el mundo y la de más rápida propagación, tanto en Europa como en África. Según reportes del Centro de Monitoreo de Racismo de la Unión Europea, los musulmanes enfrentan discriminación en todos los aspectos de la vida. Existen varios factores por los cuales los musulmanes son percibidos como una comunidad con influencia negativa sobre la sociedad. Los barrios o zonas en donde las comunidades musulmanas habitan son con frecuencia zonas marginadas y con altos índices de delincuencia, la sociedad percibe y liga a los musulmanes directamente con la delincuencia. Los ataques terroristas del 11 de Septiembre, y los de Madrid y Londres en 2004 y 2005 respectivamente son hechos históricos que causan desconfianza. El islam presenta características ideológicas, políticas, y sociales que son antagónicas con la idiosincrasia actual occidental; por ejemplo, los valores democráticos, los derechos de la mujer, y la separación del estado y la iglesia. La integración del Islam es sin duda un reto difícil, existen políticas y planes sociales para conseguirlo, no obstante, el odio y la discriminación crecen a la par. Hoy en día los padres musulmanes tratan de enseñarles a sus hijos el ser musulmanes y occidentales, no musulmanes u occidentales. Muchos musulmanes se consideran a sí mismos como musulmanes antes que su nacionalidad europea.
La radicalización de la extrema derecha se ha tornado violenta, activa, organizada, e idealista. Los ideales se han materializado hasta el punto de llegar a la violencia, movimientos ciudadanos de ultraderecha, generalmente juveniles, atacan a la gente no blanca, incluso crean literatura de odio con visiones hacia un futuro en el cual recuperan Europa para los blancos. El caso más reciente y controversial es el del noruego Anders Behring Breivik que asesinó a 76 personas en dos actos terroristas, uno en la zona gubernamental de Oslo, y otro en la Isla vacacional de Utoya. El autor de los asesinatos es un joven de raza blanca, cristiano, y de clase media, se considera a sí mismo como ultraderechista, perteneció al partido político de ultraderecha, pero abandonó debido a que no eran muy enérgicos. Es defensor de la cultura noruega y está contra de los musulmanes, marxistas, e izquierdistas quienes, según él, llevan al país a la ruina y decadencia. Escribió un libro manifiesto de 1500 páginas llamado “Una declaración europea de independencia”, en el cual se muestra en contra del Islam y las políticas de migración.
Los movimientos neonazis proliferan en toda Europa, la mayoría de ellos jóvenes y con una estética similar. Sus ideales son los mismos que los de la Alemania nazi, su modus operandi es violento, se dedican a atacar, golpear, e incluso matar gente de otras razas. Estos grupos existen desde hace décadas, podría decirse que sus motivos son simplemente la xenofobia y el racismo, aunque el debilitamiento social y económico podría ser factor de su crecimiento. Rusia es un país en donde estos grupos han aumentado abruptamente y los ataques y asesinatos son parte de la cotidianidad. La inmigración hacia Rusia comenzó hace relativamente poco, después del fin de la Unión Soviética, hace 20 años, fue cuando la inmigración comenzó (no se puede comparar el número de extranjeros en Rusia con otro países, no son muchos). La organización no gubernamental en pro de los derechos humanos Amnistía Internacional declaró el caso como “fuera de control”. Otro dato alarmante es que la mitad de los neonazis del mundo se encuentran en Rusia. Se estima que en territorio ruso existen más de 50,000 neonazis, provocando 400 heridos y 40 muertos en el último año, todos ellos extranjeros, homosexuales, activistas de izquierda, o indigentes. Están altamente organizados, llevan a cabo marchas con frecuencia en las ciudades principales como San Petersburgo y Moscú, filman sus ataques y asesinatos que pueden ser vistos en internet, mantienen campamentos militares fuera de las ciudades en donde se entrenan al estilo militar. “Rusia para los rusos” es el lema que se puede escuchar en sus múltiples marchas, sus ideales son claros, nacionalistas y xenófobos, aunque pudiera parecer una paradoja al autoproclamarse “neonazis”, ya que Rusia fue el país que más vidas perdió luchando contra los nazis, y fueron estos mismos los que despreciaban a la raza eslava tachándola de inferior. El gobierno ruso ha recibido severas críticas en contra por su falta de acción en el caso, incluso se rumora que algunos miembros del gobierno están coludidos y que apoyan a estos grupos. Se dice que el mismo primer ministro Vladimir Putin, utiliza el nacionalismo para distraer al pueblo de los problemas económicos que atraviesa el país. Según Alfredo Bauer, experto en neonazismo, el fenómeno en Rusia podría ser causa de una crisis de identidad cultural y económica que proviene de la transición económica junto con la crisis misma, esto acentuó las diferencias sociales y la marginación, que junto con una débil identidad democrática provocaron la desestabilización social.
El avance de la ultraderecha en Europa no parece ser tan avasallador, sin embargo, es sin duda alguna significativo, el hecho de que surja en varios países al mismo tiempo es un indicativo de que distintos países enfrentan los mismos problemas. Parece ser la respuesta y solución a los retos políticos, económicos, y sociales que vive Europa actualmente, desde el periodo de las grandes guerras la sociedad europea no había estado sumergida en una crisis de la magnitud como la actual (no se pretende hacer una comparación con las guerras). La culpabilidad de la crisis es atribuida a varios factores de los cuales la ultraderecha está en contra, globalización, migración, políticas de izquierda, etc. Parece natural culpar al paradigma actual, ¿pero será la extrema derecha, el odio, el nacionalismo, y la xenofobia la solución? Es cuestión de tiempo y ver de qué manera se hace frente a estos grupos que crecen y se radicalizan cada vez más. Más que un síntoma de fracaso del multiculturalismo, es un ejemplo de lo poco que ha logrado el hombre en cuestión de tolerancia y solidaridad, la globalización pretendía ese cambio, pero el derrumbamiento de fronteras se ha inclinado a favorecer sólo a la minoría, las respuestas en contra eran de esperarse. Los errores del hombre en la historia han servido de lección para cambiar y no repetirlos, pero parece que eso no sucede, el avance que supuestamente se había logrado al fin de las grandes guerras se está desvaneciendo hacia el fracaso. El resurgimiento de la ultraderecha es una llamada de atención a todos los aspectos negativos que afectan a la sociedad mundial hoy en día, tanto políticos, económicos, y sociales; lo último que el mundo necesita es este tipo de pensamientos retrógradas, evitar la propagación de la ultraderecha es cuestión de analizar el por qué de su existencia, mutatis mutandis, cambiar lo que se tiene que cambiar, como los mismos ultraderechistas dicen.
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