lunes, 11 de mayo de 2015

Luis Mario Chávez Aceves


Transgénicos: La guerra de las manos limpias


Los transgénicos u “Organismos genéticamente modificados”1 (OGM)[1] refieren a un ser vivo creado artificialmente al cual se le han insertado un virus y/o bacterias mediante “Ingeniería Genética”[2] ; Aislando el ADN de un ser vivo para introducirlo en el material hereditario de otro pueden crear organismos que no existían en la naturaleza.
Desde alimentos a los cuales se les equipa con una poderosa alternativa contra insectos y pesticidas, hasta aquellos capaces de resistir a su propia naturaleza alterando sus condiciones de maduración y putrefacción, las industrias responden a necesidades por encima de las prioridades regulares de la población y pretenden desde luego confundir y someter a los consumidores de dichos productos. Realmente es un tópico que encuentro muy interesante ya que plantea un futuro, indiferente a la ficción que expone lo que se lleva a cabo por debajo de la mesa, aunado al cinismo e hipocresía en defensa de sus intereses.
Se juega tan constantemente con el intelecto y sentido común de las personas, que parece que la inocencia intrínseca de la cual se valía  la maquiavélica empresa responsable, (de la cual hablaré más adelante) fue un recurso perecedero y hasta cierto punto mal aprovechado.
Los transgénicos, son prueba fehaciente de que el ser humano muchas veces no puede ver más allá de la primera cara en la moneda. Se trata de productos dotados de una resistencia aparentemente absoluta a los insectos o herbicidas. Para un agricultor, que recelosamente cuida su trabajo esto resulta ventajoso, pero al ver únicamente con los ojos del trabajador, se descarta por defecto, que esta práctica  potencializa un producto nocivo para el consumidor, pues se conformara por sustancias mortíferas, que no pierden esta cualidad al entrar en nuestro organismo, y para desgracia nuestra estos productos han llegado para quedarse en nuestra dieta.
Monsanto es el nombre de la empresa que dio inicio a este problema, pero actuó sola, sus inicios llevan a Missouri, Estados Unidos, en el año de 1901 en el mando de un hombre llamado,
John Francis Queeny, químico veterano de la industria farmacéutica, que en los primeros años luego de su fundaciones, distribuía  sacarina y algunos edulcorantes, pero luego evolucionó  con un objetivo inicial de distribución de productos contra las plagas agrícolas y que, más tarde concentró una buena parte de su tiempo en el desarrollo de plantas resistentes a sus propios herbicidas de esta forma, las medidas tomadas contra las plagas en los cultivos no tendrían por qué ser perjudiciales para el cultivo en sí, sino exclusivamente para la amenaza que se combate. Este país que desde el trasfondo puede verse sustancialmente beneficiado con cuantiosas sumas de dineros por mantenerse a la disposición de Monsanto cuando alguna situación que le perjudique, una demanda por ejemplo, pase de ser una diatriba para convertirse en una reprimenda, que le permita salir por la tangente, comparte la culpa que ha bombardeado la cabeza de una bien emulada acrópolis que ha sabido resistir los ataques masivos que ha recibido, y aún en la actualidad se le ve de pie.

1.  El arsenal (Tipos de transgénicos)
1.1  Plantas BT: (Bacillus thuringiensis) El desarrollo de dicha toxina, va de la mano con el desarrollo del cultivo al cual se le ha insertado. De esta forma el insecto, para el cual es mortal la exposición a dichos cultivos, se encuentra en riesgo continuamente. Ahondando, se conocen 2 derivaciones de este tipo de planta:
1.1.1. MON810: Un hibrido revestido de una célula que le brinda al cultivo inmunidad (temporal) a un herbicida conocido como “Round up”[3] también
llamado “YieldGard”[4] a base de “Glifosato”[5] , más comúnmente encontrado en cultivos de sorgo y maíz. Estas producen una proteína que las protege de las larvas de ciertos insectos entre los que destacan la especie Sesamia conocido como “taladro de maíz”.
1.1.2.- NK603 En el evento NK603 la tolerancia al herbicida glifosato se origina por inserción de dos copias en tándem del gen de la enzima 3-enolpiruvil-shiquimato-5-fosfato sintasa (EPSPS), proveniente de la cepa CP4 de la bacteria del suelo “Agrobacterium tumefaciens”[6]. La enzima EPSPS producida en esta cepa es tolerante a glifosato. Por eso, la aplicación del herbicida en plantas que llevan este gen no afecta la síntesis de aminoácidos aromáticos y por lo tanto tampoco el crecimiento de la planta.
1.1.3.-Amflora: Una variación de patata fabricada con el fin de aprovechar los beneficios técnicos del almidón de la patata común; un ejemplo, la fabricación de papel.
Si sólo se tratara de eso, no generaría ningún problema, independientemente de los riesgos que cualquier planta resistente a los herbicidas podría causar. Pero si tomamos en cuenta que la patata entre otros cultivos similares es, en un momento dado, responsable de enfermedades como la tuberculosis, entonces recae la incertidumbre que cuestiona si los beneficios potenciales de este cultivo equilibran la balanza sobre sus riesgos, esta resistencia obstaculizaría o en el peor de los casos, impediría el tratamiento de enfermedades, “lo cual significa un riesgo que le causa desesperación a la medicina”[7] y por ende les da razones de peso para oponérseles rotundamente.
1.2.-Plantas tolerantes a herbicidas:
Básicamente implica la confección de cultivos resistentes (no inmunes) a herbicidas (valga la redundancia)  “Generados por la misma empresa de donde se originan las semillas”[8]  esto deviene en un grado de contaminación mayor que al parecer es pasado por alto, debido a que la exposición recurrente a estas toxinas que suponen una forma de preservación, sólo ve por los intereses de la empresa, desacreditando cualquier somera insinuación de que sus productos ponen en riesgo a los consumidores.
Como exponente y cúspide de las maquinaciones arcanas detrás de estos alimentos “inocuos” para el ser humano se encuentra la empresa Monsanto, la cual al parecer ha sabido ganarse la admiración del público,
desafortunadamente por las razones equivocadas. A continuación expondré algunos antecedentes de este pequeño gran imperio desde sus inicios en el mercado y como desde que tan remotos tiempo consiguió desagradar prolíficamente al pueblo al cual se dirigía.
2 Un futuro brillante que hacía falta pulir
Monsanto es una proveedora de productos químicos para  la agricultura, en su mayoría herbicidas, insecticidas y transgénicos”[9] Entre sus productos más conocidos se encuentran el glifosato bajo el nombre de  Roundup y el maíz genéticamente modificado MON810. A lo largo de su historia, Monsanto ha ido evolucionando en sus negocios. Fundada a principios de los años noventa, supo (en su momento) como posicionarse, al convertirse en la principal fuente de alimentos de esta categoría.
El negocio en puerta que proporcionó la “transgénesis” [10] tuvo que tomar forma, pues, su intento por adentrarse en el comercio y posicionarse como favorito sobre los alimentos de origen habitual, no encontró un buen sitio de aterrizaje. El primer alimento transgénico que se comercializó fue un tomate,  modificado con la copia de una “Enzima que atacaba las pectinas de la pared celular vegetal”[11] y como consecuencia, “El tomate tardaba más tiempo en pudrirse”[12] ; esto data del año 1994 en Estados Unidos y fue producido por la empresa Calegne que más tarde sería absorbida por Monsanto, bajo el nombre de “Flavr-Savr”[13] <<Tomate Mc. Gregor>>  con una variación en su color y sabor que en realidad no ayudo mucho; La elección fue la incorrecta, el tomate no era de los más conocidos y dicho sea de paso, no tenía un buen sabor por lo que fue rechazado en poco tiempo, pero sirvió como precursor de una oleada de marcas de cereales modificados genéticamente que empezaron a comercializarse de 1996 hasta la fecha. Estados Unidos fue el primer país en cultivar transgénicos para uso comercial de forma significativa, casi el 60% de los ensayos de campo con transgénicos se realizan en ese país. Si bien hoy es bien sabido o quiero creer que ya es del consentimiento de todos, que el consumo de alimentos transgénicos conlleva a riesgos, anteriormente colocaba el mensaje de que los alimentos transgénicos presentarían  una solución a la escasez de alimento, sin embargo se ha diferido bastante en ello.
3 Lo bueno y lo malo
“El debate sobre si sus efectos sobre el medio ambiente y la salud son dañinos o no, es incesante desde que se empezó a experimentar en los laboratorios.”[14].
Pongamos en tela de juicio esto por un momento. Se están disputando las posturas entre los que velan por su salud, esquivando la seductora presentación de los transgénicos en el aquí y el ahora, mientras que otros con las manos amarradas aducen que los transgénicos son una lúcida ventana al futuro. Nadie puede culpar a la gente, en el año de 1901 (año de fundación de Monsanto) de ser ultrajada con unas cuantas palabrejas bien ensayadas, pero para desgracia de estos embaucadores, el truco comienza a verse obsolescente, la misma excusa y las mismas pautas derrumban los cimientos de su creación como un golpe al talón de Aquiles. Cuando una invención rebasa numéricamente la aceptación y usanza del publico comparado a su antecesora, entonces esta se hace a un lado y debe ver crecer a la que ocupe su lugar. Algún cálculo se hizo mal, ya que son tantas las diatribas contra la empresa, que le sería más conveniente retirarse del mercado. Sus abominables creaciones denigran a la agricultura, lo poco aceptable que ofrecen; Buen sabor y formas de producción más rápidas que no funcionan para estar en las expectativas de gente que cada día se encuentra más informada.
4 En las trincheras
La resistencia activista con la que responden sus antes asiduos consumidores, es un tanto abrumadora, en la bandera con la que emprenden su marcha las siguientes palabras quedan impregnadas: “Soberanía alimentaria”[15], pelean por un derecho que se busca recuperar, emula bastante bien a una lucha en la que se tenga mucho que ganar como que perder, las perdidas reales se esconden debajo de los números, quizá se buscaba evitar que alguna mala noticia en lugar de alentarlos a continuar los desmoralizara. Con ella cada persona recuperará la libertad de consumir los alimentos cuyo origen sea de su elección en lugar de monopolizar y desprestigiar a los más veteranos practicantes del cultivo. Cada uno de los puntos siguientes reporta un avance:
1.-Europa encabeza el movimiento al ser el mayor conglomerado que busca arremeter en los planes de la transgénesis y su futuro brillante. Con fuerza avasalladora, le pisa los talones, pues, a falta de declaraciones y amen de los silencios torpes que Monsanto comete al no buscar desmentir un buen puñado de acusaciones que carga, anteriormente solamente se había conseguido limitar los transgénicos a los considerados no menos riesgosos sino más útiles. El MON810 ofrece protección contra los insectos, pero al verse esa cara de la moneda, no previeron que los insectos que buscaba abatir desarrollarían una resistencia preocupante a este herbicida. Si la amflora no tuviera la potencial función de reemplazar a la patata común hubiera sido descartada como alternativa desde antes de masificarse y sin embargo, está es de las pocas plantas “genéticamente modificadas” que fue aceptada en Europa, pero esto crea incertidumbre, pues la “planta” en cuestión plantea más riesgos de los que su antagonista hubiera eventualmente provocado. El miedo es entendible, la poca información fiable que se tiene de sus creaciones deja las cabecillas del grupo con un nudo en la garganta.
Con huelgas de hambre desde 2005 a 2008 se pensaba ser lo suficientemente persuasivo para inducir la rendición de Monsanto, pero las cosas no fueron así, se frenó una producción del maíz MON810 que comenzó con unas cuantas hectáreas hace aproximadamente una década (500 para ser exactos), para que en los últimos informes se nos diga que esto no hace temblar ni siquiera un poco a su deleznable confianza en sí mismos; Con una considerable ascensión, ahora son “181,5 millones de hectáreas”[16]
2.-En España: Hace algunos años se desato una movilización que demostró ser mucho más severa que la que involucró a varios sectores de Europa. A “diferencia de otros países europeos, “el gobierno español ha sido excepcionalmente receptivo a la introducción del maíz transgénico de Monsanto, pero enfrenta resistencia local y regional generalizada debido a la presión pública.”[17] Esto demuestra una determinación mucho mayor al grado de objetar las maniobras más predecibles, por algunas más efectivas, con lo que queda claro el desagrado por parte del público a su tendenciosa propuesta pseudo-agricola.
3.-México: ha sido enlistado como un recién llegado para la causa, esto data de no poco más de 3 meses, cuando la intriga que provoca la omnipresencia del maíz  transgénico, al globalizar en cierto sentido una histeria colectiva incluso en lugares donde la presencia de los transgénicos (sea MON 810 o NK 603) y la posibilidad de que estos ejemplares se introduzcan de forma silente en sus alimentos, tomando en cuenta 2 cosas que tienen resonancia en el problema:
La primera es que Estados unidos como sede de Monsanto y como sitio del cual México importa una considerable cifra del maíz que se consume, se estima con miedo a pronunciar que la cantidad se halla en las “10 millones de toneladas por año”[18].
En segundo lugar, se toma en cuenta un factor que probablemente sea incluso más importante que el primero que se mencionó, Estados Unidos se ha mantenido como el mercenario de Monsanto, y su fiel aliado, al organizar campañas, como respuesta donde se enaltezcan los beneficios de estos alimentos.
 5.-Comienza el flaqueo por parte de Monsanto
Luego de varios años de reticencia por parte de la empresa a las rigurosas normas a las que se le sometió para influir en su producción y en el número de consumidores, se dice que han mostrado una bandera blanca al ceder a una peculiar petición que eventualmente podría ser en mi opinión el acabose de la empresa: “Etiquetar transgénicos”[19], lejos de generar bienestar, esta propuesta acarrea bastantes dudas, porque aunque la mayor parte del campo en que operan estas creaciones, se ha vuelto una suerte de zona de no agresión la verdad es otra muy diferente, pues no se ha universalizado esta propuesta que comienza a aplicarse, sólo la categoría en la que se ha de encontrar, sin temor a vacilar el mayor conglomerado de consumidores está seguro, pero los espacios pequeños, pasan desapercibidos. Desgraciadamente, dado que esta riña lleva ya muchos años, son cada vez más los individuos inclinados a ideas y argumentos limitados, por lo cual redunda la ética perdida, hacia los que se ven movidos por un factor omnipresente (el reducido valor monetario individual) y que se ha vuelto el antagónico de aquello que agobia a sus opositores, una contienda de opiniones entre el dinero(los costos) y la salud. A pesar de esto no retiro la posibilidad  de que eventualmente, Monsanto pierda los escasos adeptos que tiene, pues esta medida amenaza con corroborar, lo que difícilmente habían mantenido en secreto y mientras más desfavorable les sea su terreno, más probabilidades tendrá de secarse y no recuperarse.
El debut de nuevos ejemplares transgénicos, ha hecho temblar a sus antecesores, esto, de la mano con las constantes negativas y objeciones expuestas dada la poca confianza que inspiran, hace pensar que las maquinaciones comienzan a colapsar pero es muy difuso y apresurado pensar en esto.
6.- ¿Qué es lo que sucede ahora? (Los avances y los supervivientes)
El glifosato ha sido finalmente enlistado como un compuesto cancerígeno en animales de laboratorio, y probable cancerígeno para los humanos”[20], será cuestión de tiempo para que  también se tomen en cuenta los datos de Latinoamérica, para que sea puesto en la categoría más alta como cancerígeno en humanos
Estoy seguro que más de uno aceptará la idea de que un problema no le compete a él mismo ni a las personas habitantes de un país o región si no han visto algo similar que les haga tomar consciencia, pero sucede que su influencia se propaga a un ritmo preocupante: hace algunos días fue dada a conocer una nueva amenaza que al parecer, tenía mucho tiempo en las sombras, pero que ahora toma desprevenido al negocio de la transgénesis.
Como ya mencione, se tiene la creencia de que una tortilla hecha inocentemente con maíz de Monsanto, está circulando por las mesas de Latinoamérica, Esto en mi opinión tiene mucho sentido, se trata de un alimento masificado que ha sido alterado, y ¿Por qué no? Corrompido, que representa cultura y tradiciones en buena parte de Latinoamérica, lo cual lo convierte en un blanco fácil para hacerse con más consumidores, los mismos que delegan fuerzas externas para deshacerse de esta verdadera plaga, ahora rebozan con el producto que han luchado por expulsar, bajo la sospecha de que se le han inyectado propiedades “cancerígenas”[21].
Técnicamente, aunque esta conjetura, es a duras penas eso, no deja de hacernos con una imagen muy bizarra (en sentido anglicista) de Estados Unidos si miramos con ojos atentos la estrecha relación que tiene con esta empresa.
Desde hace algunos años se ha planteado una suerte de medida, para descartar e identificar posible presencia de estas enzimas en algún cultivo, haciendo uso de una lista de posibles ingredientes intrínsecos en productos transgénicos, por ejemplo:
 “Soya en forma de harina”[22], “Maíz en forma de harina, aceite[23],  algodón y canola. Esto no quiere decir que todos los productos que contengan alguno de los ingredientes mencionados, sean consecuentemente transgénicos, pero permite establecer parámetros, tener más cautela al elegir un alimento o bien eso es lo que se pretende.
Se ha encasillado a productos revestidos con marcas de renombre, por parte de Green peace, en una lista dual, en la cual, se clasifican los productos que han sido certificados como libres de transgénicos y a aquellos que lo ponen de manifiesto al negarse a pasar por esta prueba, particularmente me llevé una sorpresa cuando descubrí que muchos de los productos que llevo gran parte de mi vida consumiendo tienen este lóbrego origen; Algunos como por ejemplo “Jumex”[24] han de ser, con justa razón una muestra deleznable de a qué punto llega el cinismo y la farsa, llegando al punto de disfrazar sus creaciones, en un afán por generar confianza.
Conclusiones
La consciencia que demanda la situación ha sido expuesta, y aunque en un principio dudaba de que esto invitara en gran medida a una catástrofe, hoy estoy convencido de que es un tema del cual puede decirse mucho; la negligencia es algo que se paga caro, es bien sabido, pues si se indaga un poco a fondo podremos caer en cuenta de las dimensiones de la cadena que Monsanto ha estado forjando con los años.
Será difícil no lo dudo, despojarse de la allegada presencia de estos productos en nuestro consumo cotidiano es algo, con lo que difícilmente se puede romper y más aún, si hacemos un recuento de en cuantas formas se ha disfrazado (y puede disfrazarse), tantas marcas  difundidas y a su vez popularizadas por los medios han encontrado formas más eficaces para salir ilesas de los constantes ataques y puestas en duda de la inocuidad de su origen, y no creo que se les pueda culpar, pues el mundo que apenas alcanzaba a brindar una sensación de confort a sus habitantes, fue despojado de sus herramientas, ahora espero que, para bien, las personas tomen las precauciones que consideren prudentes, para obviar estas repercusiones y no se conviertan en números de estadísticas ni en piedras base para la edificación del coloso en  que se ha convertido Monsanto, que el esfuerzo por abolirlo, no sea en vano.

 
Referencias
1.Rodríguez Ferri, Elías F  et, al  2003 “Lo que ud debe saber sobre los alimentos transgénicos y organismos alterados genéticamente” 70pp editorial Caja España
2. Zacune, Joseph “La lucha contra Monsanto: resistencia de los movimientos de base al poder empresarial del agronegocio en la era de la ‘economía verde’ y un clima cambiante” 75pp Edición: Ronnie Hall.


[3]Zacune, Joseph “La lucha contra Monsanto: resistencia de los movimientos de base al poder empresarial del agronegocio en la era de la ‘economía verde’ y un clima cambiante”p.18.
[6] http://www.argenbio.org/index.php?action=novedades&note=306 consultado el 2 de mayo de 2015 a las 2:30 pm
[7] http://www.who.int/foodsafety/areas_work/foodborne-diseases/en/ consultada el 2 de mayo de 2015 a las 2:30 pm
[9] http://es.wikipedia.org/wiki/Monsanto consultado el 2 de mayo de 2015 a las 3:15 pm
[10]Zacune, Joseph “La lucha contra Monsanto: resistencia de los movimientos de base al poder empresarial del agronegocio en la era de la ‘economía verde’ y un clima cambiante” p. 22.
[11] http://www.fundacionmhm.org/pdf/Mono9/Articulos/articulo4.pdf consultado el 2 de mayo de 2015 a la 3:20pm
[12]  http://www.fundacionmhm.org/pdf/Mono9/Articulos/articulo4.pdf consultado el 2 de mayo de 2015 a la 3:20pm
[13] Rodríguez Ferri, Elías F “Lo que ud debe saber sobre los alimentos transgénicos y organismos alterados genéticamente” p.11
[15] Zacune, Joseph “La lucha contra Monsanto: resistencia de los movimientos de base al poder empresarial del agronegocio en la era de la ‘economía verde’ y un clima cambiante” p.5 
[17] Zacune, Joseph “La lucha contra Monsanto: resistencia de los movimientos de base al poder empresarial del agronegocio en la era de la ‘economía verde’ y un clima cambiante” p.9
[18] http://www.jornada.unam.mx/2015/04/17/opinion/020a2pol consultado el 7 de mayo de 2015 a las 10:50pm
[20] http://www.jornada.unam.mx/2015/04/17/opinion/020a2pol consultado el 8 de mayo de 2015 a las 11:40pm
[21] http://www.jornada.unam.mx/2015/04/17/opinion/020a2pol consultado el 8 de mayo de 2015 a las 11:40pm
[22] http://www.banderasnews.com/1012/images/gmcornesp.pdf consultada el 9 de mayo de 2015 a las 9:25pm
[23] http://www.banderasnews.com/1012/images/gmcornesp.pdf consultada el 9 de mayo de 2015 a las 9:25pm

[24] http://www.banderasnews.com/1012/images/gmcornesp.pdf consultado el 9 de mayo de 2015 a las 10:00pm

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