lunes, 20 de mayo de 2019

Gestación subrogada                                                          Paloma Sandoval Rayas

¿Qué es?

La gestación subrogada, maternidad subrogada, gestación por sustitución, vientre de alquiler o subrogación es la práctica por la que una mujer acepta quedarse embarazada, llevar la gestación a término y dar a luz a un niño, todo ello para otra persona o pareja, las cuales son o se convierten en progenitores del niño.
Desde el comienzo como práctica comercial en los años 1970, la gestación subrogada suscita fuertes controversias éticas, legales y sociales.1​ Las distintas posiciones respecto a la subrogación se diferencian principalmente entre aquellas que la consideran como un derecho reproductivo o el ejercicio de la libertad individual y las que la consideran una forma de explotación relacionada con cuestiones de clase social, etnia y raza.

Debate sobre la legalización:

La gestación subrogada desde siempre genera polémica ¿Por qué? por el dudoso terreno moral en el que se mueve. Las personas a favor argumentan que la razón por la cual se legaliza que una mujer alquile su vientre es por cuestiones altruistas para dar a luz al hijo de otra pareja, defienden su carácter "libre" y no intervencionista, los opositores denuncian la "mercantilización" del embarazo y del cuerpo de la mujer.

Argumentos:

En contra:

  •        La adopción es mejor: ¿Dónde puedes conseguir un hijo si tú y tu pareja son estériles o biológicamente les resulta imposible? La gestación subrogada es una respuesta parcial a ello, pero no la única. La adopción parece la alternativa natural: niños que afrontan situaciones difíciles en sus países y que o bien son huérfanos o bien han sido abandonados por sus padres. El resultado es el mismo (aunque el niño o la niña no sean hijos biológicos), difumina los espacios morales turbios y ayuda a niños huérfanos.¿Problema? Los trámites para adoptar son cada vez más difíciles (plazos de hasta ocho años en las internacionales) y las cifras se han desplomado.

  •         La gestante pierde el control sobre su cuerpo: Dicho de otro modo, desde el momento en el que se firma el contrato, su futuro está desvinculado del bebé que porta, pero paradójicamente unido: tanto durante el embarazo como después su cuerpo sufrirá transformaciones como resultado de la gestación, pero su capacidad de decisión queda anulada. Si no hay reversibilidad, queda atrapada en una situación donde su cuerpo gesta, pero otros deciden.


En otras palabras: "¿Podrá interrumpirse la gestación o continuarla contra el criterio de la parte subrogada?". Para los opositores, es un aspecto clave, unido a otro fundamental: en la actualidad la gestante siempre será la madre "legal" del niño y, al parirlo, quien decidirá sobre su futuro. La gestación subrogada abre la puerta a lo contrario.

  •    La idea de mercantilizar la reproducción: Es la idea que engloba a todas los demás dentro del feminismo, ninguna legislación puede impedir un intercambio económico (y por tanto expone a mujeres en situaciones desiguales a vender su maternidad a cambio de compensaciones de cualquier clase), y los "vientres de alquiler" representarían otra forma de control reproductivo y sexual de las mujeres en el siglo XXI.


Es una línea argumental anti-neoliberal que asocia los derechos reproductivos al mercado y que iguala embarazo con una relación mercantil. El embarazo, para sus defensores, no es "una técnica reproductiva", en tanto que convertiría a las mujeres no en madres sino en meras "incubadoras", sino procesos vitales en los que las gestantes ponen su cuerpo, mente y vida al servicio de la maternidad.


A favor:
             la ley es altruista, veta intercambios económicos: Es decir, quiere anular el anterior argumento opositor, echando por tierra la idea de "vientre de alquiler" y bautizándolo en su lugar como "gestación subrogada", por la cual una mujer se prestaría libremente al embarazo. Los costes generados durante el embarazo, eso sí, sí se podrán compensar.
Es el argumento más repetido por sus defensores. Para asegurar que las condiciones se den de tal modo, debe ser mayor de 25 años, con un mínimo nivel de ingresos y haber tenido al menos un hijo con anterioridad. Ninguna mujer podría repetir. La idea es evitar abusos y asegurar el altruismo, evitando que mujeres desesperadas a nivel económico pongan sus cuerpos a servicio.
             Regularlo iguala el acceso a la práctica: La práctica existe y, en la actualidad, quienes desean tener un hijo por esta vía tienen que recurrir o bien al mercado negro (demasiado arriesgado) o bien al extranjero. Y los costes de todo ello son muy altos: en Canadá, por ejemplo, además del viaje, la cifra puede ascender hasta los 16.000 euros. Naturalmente, es un privilegio que a día de hoy sólo se pueden permitir familias adineradas con los recursos necesarios para ello.
La idea de fondo de este argumento es una igualdad en el acceso.
             Asegura la libertad de cada uno: Para los más fervientes defensores de la gestación subrogada, el dilema último se resuelve apelando a los más nobles valores de la historia de la humanidad: la libertad de elección. Las mujeres que desearan prestarse altruistamente a la gestación subrogada podrían hacerlo dentro de un marco regulado, seguro, protegidas y no expuestas al mercado negro.
Es una línea de pensamiento, en contra de la expresada en el último punto "en contra", de carácter liberal, que antepone la libre elección (se entienda del modo que se entienda y, desde un punto de vista teórico, sin dependencias socioeconómicas) de cada persona a la voluntad abolicionista de otros colectivos. En este caso, las mujeres decidirían "libremente" sobre qué hacer con su cuerpo dentro de una legislación garantista.

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