lunes, 20 de mayo de 2019

Andrea Alejandra Ibarra Orozco
Racismo y biopolítica en México

En este escrito se trata de abordar estos dos conceptos de manera muy suave, ademas de poder comprender cuál es la unión que tienen y de qué manera impactan en nuestras sociedades actuales, además de tener como objetivo principal, el poder considerar el valor y el potencial que está en nuestras manos, pero también de concientizar lo que está en manos del gobierno y como esa combinación influye en nuestras prácticas cotidianas, en nuestra manera de pensar y percibir a los individuos que nos rodean, esa modulación y ese equilibrio que tratan de imponernos y las consecuencias de ello. Se explica también de cómo nuestras emociones expresan y revelan los significados y valoraciones culturales, pero sobre todo esos niveles a los que nos llevan esas perspectivas y su internalización en personas y grupos sociales.   Desde el punto de vista sociológico, el racismo resulta un grupo humano que se define asi mismo y/o es definido por otros grupos como diferente a los demás grupos, en virtud de unas características físicas innatas e inmutables.En nuestra escala de discriminaciones, nos desenvolvemos en un espiral en el que todos jugamos a blanquearse, pero siempre está la serpiente que nos puede hacer bajar, pues el más blanco siempre desprecia al que no lo es “aunque la mona se vista de seda, mona se queda” valla que tiene sentido escuchar cuando la gente dice este tipo de comentarios, pues en el vocabulario que usamos a diario, aborda muchos aspectos racistas y menospreciarlos.Siempre estamos jugando a subir y empujando a alguien atras, por que para subir siempre tiene que quedar uno atrás, lamentablemente nuestra cultura así lo impone, todas las valoraciones en las que nos sentimos realizados y hasta superiores, o inferiores a los demás. Giramos en  un clasismo privado, familiar y la vez presente en la cultura del consumismo,en antros, espacios recreativos y claro en la arena política.El problema va más allá de una conciencia social, pues estamos permeados de racismo más de lo que alcanzamos a percibir, más allá de conocer  el racismo, o verlo de una manera graciosa y reproducirlo en el humor de lo cotidiano. Es decir el humor mexicano es intrínsecamente discriminatorio, pues siempre ha sido una de las manifestaciones de racismo en México, las consecuencias de esto nos llevan a darnos cuenta, que este humor no es inocente, pues nos genera un ambiente donde la discriminación es aceptable. Actualmente hay prácticas tan culturalmente normalizadas que nos resultan imperceptibles en nuestro actuar diario, pero es ahí donde existe esta reflexión y una autocrítica, así como el valor de asumir cuando nos estamos acomodando sin querer, en el papel de opresor.  Pero qué hay más allá de este racismo visto como humor? en realidad todos tenemos pensamientos racistas, pero desde dónde vienen? desde cuando tenemos esa visión y esos rasgos racistas, o simplemente que nos dejamos llevar por que lo que los demás dicen o hacen, cómo visten, de que familia vienen, pero toda esa estratificación de la cual formamos parte, en realidad son situaciones más biológicas, aquí entra el término de biopolítica, la cual se define como esa relación entre la política y la vida, dicho concepto el cual es desarrollado por el filósofo francés Michel Foucault, el cual analiza cómo se habían transformado las formas de gestionar la vida individual y la social en occidente, con lo cual, Foucault nos dice que la biopolítica es el conjunto de cálculos y tácticas que intervienen sobre una población mediante la gestión de vida, este concepto nos ha aportado una forma de comprender como se ha generado la organización de nuestras sociedades y nuestras formas de gobierno donde se promueven modos de vida. Ese espiral que apuesta a la modernidad y se eleva en una nueva dimensión de lo posible, es decir ahora como una realidad ya consolidándose. Al darnos cuenta de nuestras formas de gobierno sobre la vida, cuya realidad ya nos invade y continúa atravesando cuerpos, tanto el individual como el poblacional, esa intención por querer conocer un poco más de eso que llamamos gobierno y cómo influyen las decisiones que este toma en el resto de los individuos, la pregunta básica que todos nos hacemos, sobre como gobernar a los hombres, y cuál es la mejor manera de hacerlo, es necesario decir que nos cuestionamos esta forma de poder que no se reduce al poder que provenga del soberano, ya no es el poder centralizado de este, más bien este poder se desplaza a las múltiples y diferentes instituciones que se encuentran en un Estado, a las cuales se unen los análisis y los cálculos que van a tener el papel de regular precisamente los movimientos de la población, es entonces cuando el poder se transforma en normalizador, es decir impone y pretende “proponer” y establecer ciertos parámetros y límites que ya no se pueden traspasar y que de hacerlo, trae consigo la aplicación de algún instrumento, técnica o estrategia para regular y establecer nuevamente el equilibrio.  El nacer en el Estado mexicano, tener la sangre mexicana, que tus padres también lo sean, trae consigo muchos factores, te hace un ciudadano residente de este país y por tanto obtienes los derechos humanos que el Estado tiene para ti, y así se clasifican estas normas a lo largo del mundo, esas reglas bajo las que se rigen los seres humanos, en Estados Unidos por ejemplo, obtendrás los derechos de dicho país, mientras no hayas nacido ahí eres un indocumentado, no tienes valor para el país, no puedes percibir los derechos de educación o de salud que imparte el gobierno, en cambio en México no existen este tipo de racismos, a por lo menos no es esa medida, pero no son solo son nuestros derechos humanos lo que se adquiere, sino también las reglas y normas que se deben seguir, para mantener ese equilibrio que el gobierno trae, después de todo entre la población y el individuo se abre precisamente la dimensión del gobierno, pues si este establece alguna estrategia política para intervenir a la población tienen que hacerlo en la medida que el individuo pueda aceptar la estrategia libremente sin ser coaccionado de alguna manera. Estas estrategias son aplicadas con éxito, debido a que los individuos llevan a cabo las acciones según sus objetivos. Con esto logramos entender que biopolítica, población y gobierno se entrelazan para producir un estado observable en las acciones del individuo. Después de todo como nos dice Foucault, analizar los programas de conductas, implica analizar también los regímenes de prácticas. De esta manera se explica lo que deriva de estas cuestiones biológicas, de nuestra descendencia, de esa identidad que adoptamos de esas prácticas que a lo largo de nuestra vida y desde que somo pequeños tenemos ya ese sentido de pertenencia, ya sea a un país, un grupo, una institución, todos tenemos tendencias racistas, pues es parte de los pensamientos que aquejan las sociedades modernas, pero también de años atrás, cuando se crean las relaciones de clase, en los tiempos de la Revolución Industrial, donde existía un racismo en la época burguesa, que combinado con el clasismo, daba este sentido de mandato y egocentrismo al que se dirige al proletariado en su doble condición de población explotada, e incluso super explotada por población políticamente amenazada. Este régimen de poder y las prácticas que reproducimos por parte de las decisiones que toma el gobierno y que tal vez se logra un equilibrio, pero un equilibrio racial, lleno de injusticias, precariedad, abusos y soberbia, creo entonces que algo no está funcionando y la balanza nunca estuvo estable. La combinación en los regímenes de prácticas donde encontramos las conexiones, los encuentros, los soportes, las obstrucciones, los juegos de fuerza, las estrategias etc, donde se sitúa el ejercicio del poder que se ejerce sobre la vida, en un espacio determinado, pero que también  produce otros efectos y otras realidades. Si nos percatamos de los mecanismos y los dispositivos de poder, bajo los que estamos regidos, tienen como cualidad básica de juntar y organizar elementos en bloques, bloques que determinan la capacidad, la experiencia, y esa conducta previamente conducida, pero también poseen la capacidad para separar, y aislar los elementos para producir la negación de la misma experiencia, todo el tiempo nos movemos a base de competir, ese evento que vivimos a diario, en el intento de realizarse y sobresalir, o simplemente de sentirse apto y funcionar en un sistema de gobierno, adaptarte y ser moldeado por estas instituciones, escuela, trabajo, etc, el sentirte superior a otros, sin darnos cuenta que la lucha es colectiva, y que varios estamos parados donde mismo, esta falta de solidaridad, sororidad y toda la indiferencia que atraviesa nuestras ideas, pensamientos y claro nuestras acciones en la vida cotidiana, y esto se vuelve ya un cuestionamiento de género, de raza y de clase como privilegios, pero que al mismo tiempo podríamos renunciar a un poco a ellos para no volvernos parte de ese sistema al que tanto criticamos. Actualmente tenemos divisiones económicas raciales y por ende clasistas, esto nos creó una sociedad mexicana con tolerancia a la desigualdad, pues aceptamos y consideramos nuestra sociedad como desigual y dividida desde mucho antes, la desigualdad económica y la pobreza que aquejan al país, dando lugar a que las personas con alto poder adquisitivo se conducen con soberbia y arrogancia respecto al resto de la población, haciendo más notoria la asimetría con sus excesos y extravagancias. El cuanto tienes, cuanto vales, genera un prejuicio de valor de pertenencia o no a una clase social determinada y esto debido a las condiciones socioeconómicas del individuo o del grupo social, pero el problema se vuelve más grave cuando la estratificación de las clases sociales, coincide con sentimientos discriminatorios, pues todo tiene que ver con el poder, el nivel económico, el acceso a los medios de producción y al reconocer esto podríamos hablar un poco de clases sociales, las cuales impactan de manera problemática y principal, pues el juicio de una persona por su pertenencia, lleva a diferentes niveles de discriminación, los cuales la mayoría de veces se perciben de arriba hacia abajo, aunque claro existen casos donde resultan de manera inversa. Estas prácticas se vuelven un pensamiento colectivo, que se ha conservado con el paso de los años, lo único que se modifica son los factores por los cuales existe, es decir el intercambio de gobierno, decisiones y normas que trae consigo cada uno. Soberbia, autoritarismo e impunidad y estas prácticas que prevalecen, intolerancia política, social, religiosa, sexual, ideológica, y podemos mencionar también los años de esclavitud y explotación de personas a lo largo del mundo, ese rechazo entre nosotros mismos, ese espiral en el que nos movemos.El racismo no es erróneo porque las razas no existan, sino porque viola gravemente los ideales morales de las sociedades modernas en las que vivimos.El arquetipo y la estructura emocional que trae consigo, periodos de emoción a cierto grupo social, que es lo que causa en una persona ese pertenencia a cierto grupo, y como el arquetipo te predispone a vivir de cierta manera y con cierta expresividad, estas emociones que son el resultado de nuestro entorno y de un mercado capitalista víctima del consumismo de la ilusión. Estas perspectivas de vida que cada quien como individuo toma, es decir que es lo que el mundo me ofrece, que es lo que el Estado me ofrece, vives y te propones metas a las posibilidades que tienes a tu alcance. Todo lo que nos rodea, todo ese mercado al que estamos expuestos y del que formamos parte, cosmopolita, postmoderno y global, el cual nos vende hasta el amor, aprendemos de amor por como lo venden, a través de canciones, películas, donde nos habla de algo completamente banal, puesto que el compromiso amoroso tiene de por medio muchos intereses económicos, el buscar a una persona la cual “convenga” no solo por la cuestión afectiva sino también por la economía, claro que aquí entra de nuevo este tema racial. El cine mexicano simplemente de los años 2000 a la actualidad maneja este tipo de situaciones, romanticas raciales, puesto que el morbo que genera entre la audiencia nacional las relaciones sentimentales de personas pertenecientes a estratos sociales distintos, un sin número de ejemplares de la cinematografía mexicana. El grueso cine comercial mexicano ha sido dominado por la comedia romántica, y su profundo clasismo que la caracteriza y parece gustar a gran parte de la sociedad mexicana. Alejandro González Iñárritu nos da otro ejemplo de cómo el gobierno influye y lo hace desde su crítica a la podredumbre de la clase política y de los poderes fácticos en (La ley de Herodes 1999).En la actualidad esto va más allá, no basta simplemente con el cine y las películas, con la innovación de las nuevas tecnologías y el internet, las prácticas ahora normalizadas nos llevan a tratar de entender cómo se transmiten y se apropian las ideas y los prejuicios, si analizamos por ejemplo los “memes” y su contenido banal, nos permite darnos cuenta sobre la sociedad que los crea, es decir nos posicionamos en esa postura tan vacía, que habla por sí misma de una sociedad, o de todo un país. Se convierten en sociotransmisores y neurotransmisores, entre neuronas, se favorecen las conexiones, es decir, promueven la pertenencia y la convivencia, y a la vez también como habla social y como reflexiones que esa habla produce en forma de texto e imágenes, el problema es el contenido de estas. Crecemos rodeados de biopoder y biopolítica, esta cuestión biológica, que nos hace ver a los nuestros y a los otros distintos y clasificados, junto con todas esas valoraciones racistas a nivel casi inconsciente, cómo se construyen desde cada género, clase social, nuestras creencias y de qué manera podemos modular esa unión entre lo biológico y lo cultural. Esa manifestación sociológica, que nos dice que todo gira en base a la clase social y cómo nos moldea la cultura, la edad, el género, el nivel educativo y hasta la sangre. Pero siendo sinceros, quitarse esos rasgos racistas es muy complicado, estéticamente tenemos esos estereotipos, pues entra también las etnias de las que venimos, nuestro lenguaje, la fisonomía que caracteriza a un individuo y el lugar de donde viene, la intención de control que ejerce el Estado y de la que somos partícipes y que además resulta eficaz para el sistema, esas presiones sociales que nos acompañan las cuales podemos llamar dispositivos de poder en la actualidad, aunque si le damos un poco más allá de complejo que tienen todas estas prácticas nos damos cuenta que todo se vuelven  “valoraciones” y que si está en nuestras manos modificar un poco estas prácticas y estos pensamientos, para poder consolidar sociedades más equitativas y más conscientes de que todos tenemos un mismo cuerpo y que a pesar de todas las diferencias que existen, somos iguales, seres humanos los cuales ganamos cada vez más nuestra integridad y el valor que podemos darnos a nosotros mismos.

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