Gestación subrogada
Paloma Sandoval Rayas
¿Qué es?
La gestación subrogada,
maternidad subrogada, gestación por sustitución, vientre de alquiler o
subrogación es la práctica por la que una mujer acepta quedarse embarazada,
llevar la gestación a término y dar a luz a un niño, todo ello para otra
persona o pareja, las cuales son o se convierten en progenitores del niño.
Desde el comienzo como
práctica comercial en los años 1970, la gestación subrogada suscita fuertes
controversias éticas, legales y sociales.1 Las distintas posiciones respecto a
la subrogación se diferencian principalmente entre aquellas que la consideran
como un derecho reproductivo o el ejercicio de la libertad individual y las que
la consideran una forma de explotación relacionada con cuestiones de clase
social, etnia y raza.
Debate sobre la legalización:
La gestación subrogada desde
siempre genera polémica ¿Por qué? por el dudoso terreno moral en el que se
mueve. Las personas a favor argumentan que la razón por la cual se legaliza que
una mujer alquile su vientre es por cuestiones altruistas para dar a luz al
hijo de otra pareja, defienden su carácter "libre" y no
intervencionista, los opositores denuncian la "mercantilización" del
embarazo y del cuerpo de la mujer.
Argumentos:
En contra:
- La adopción es mejor: ¿Dónde puedes conseguir un hijo si tú y tu pareja son estériles o biológicamente les resulta imposible? La gestación subrogada es una respuesta parcial a ello, pero no la única. La adopción parece la alternativa natural: niños que afrontan situaciones difíciles en sus países y que o bien son huérfanos o bien han sido abandonados por sus padres. El resultado es el mismo (aunque el niño o la niña no sean hijos biológicos), difumina los espacios morales turbios y ayuda a niños huérfanos.¿Problema? Los trámites para adoptar son cada vez más difíciles (plazos de hasta ocho años en las internacionales) y las cifras se han desplomado.
- La gestante pierde el control sobre su cuerpo: Dicho
de otro modo, desde el momento en el que se firma el contrato, su futuro está
desvinculado del bebé que porta, pero paradójicamente unido: tanto durante el
embarazo como después su cuerpo sufrirá transformaciones como resultado de la
gestación, pero su capacidad de decisión queda anulada. Si no hay
reversibilidad, queda atrapada en una situación donde su cuerpo gesta, pero
otros deciden.
En
otras palabras: "¿Podrá interrumpirse la gestación o continuarla contra el
criterio de la parte subrogada?". Para los opositores, es un aspecto
clave, unido a otro fundamental: en la actualidad la gestante siempre será la
madre "legal" del niño y, al parirlo, quien decidirá sobre su futuro.
La gestación subrogada abre la puerta a lo contrario.
- La idea de mercantilizar la reproducción: Es la
idea que engloba a todas los demás dentro del feminismo, ninguna legislación
puede impedir un intercambio económico (y por tanto expone a mujeres en
situaciones desiguales a vender su maternidad a cambio de compensaciones de
cualquier clase), y los "vientres de alquiler" representarían otra
forma de control reproductivo y sexual de las mujeres en el siglo XXI.
Es una
línea argumental anti-neoliberal que asocia los derechos reproductivos al
mercado y que iguala embarazo con una relación mercantil. El embarazo, para sus
defensores, no es "una técnica reproductiva", en tanto que
convertiría a las mujeres no en madres sino en meras "incubadoras",
sino procesos vitales en los que las gestantes ponen su cuerpo, mente y vida al
servicio de la maternidad.
A favor:
• la ley es
altruista, veta intercambios económicos: Es decir, quiere anular el anterior
argumento opositor, echando por tierra la idea de "vientre de
alquiler" y bautizándolo en su lugar como "gestación subrogada",
por la cual una mujer se prestaría libremente al embarazo. Los costes generados
durante el embarazo, eso sí, sí se podrán compensar.
Es el argumento más repetido por sus defensores. Para
asegurar que las condiciones se den de tal modo, debe ser mayor de 25 años, con
un mínimo nivel de ingresos y haber tenido al menos un hijo con anterioridad.
Ninguna mujer podría repetir. La idea es evitar abusos y asegurar el altruismo,
evitando que mujeres desesperadas a nivel económico pongan sus cuerpos a servicio.
• Regularlo
iguala el acceso a la práctica: La práctica existe y, en la actualidad, quienes
desean tener un hijo por esta vía tienen que recurrir o bien al mercado negro
(demasiado arriesgado) o bien al extranjero. Y los costes de todo ello son muy
altos: en Canadá, por ejemplo, además del viaje, la cifra puede ascender hasta
los 16.000 euros. Naturalmente, es un privilegio que a día de hoy sólo se
pueden permitir familias adineradas con los recursos necesarios para ello.
La idea de fondo de este argumento es una igualdad en el
acceso.
• Asegura
la libertad de cada uno: Para los más fervientes defensores de la gestación
subrogada, el dilema último se resuelve apelando a los más nobles valores de la
historia de la humanidad: la libertad de elección. Las mujeres que desearan
prestarse altruistamente a la gestación subrogada podrían hacerlo dentro de un
marco regulado, seguro, protegidas y no expuestas al mercado negro.
Es una línea de pensamiento, en contra de la expresada en el
último punto "en contra", de carácter liberal, que antepone la libre
elección (se entienda del modo que se entienda y, desde un punto de vista
teórico, sin dependencias socioeconómicas) de cada persona a la voluntad
abolicionista de otros colectivos. En este caso, las mujeres decidirían
"libremente" sobre qué hacer con su cuerpo dentro de una legislación
garantista.
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