El 1 de octubre asistimos a una conferencia, la cual
trataba sobre lo ocurrido el 2 de octubre de 1968, así que el profesor nos pidió
que hiciéramos un análisis de los expositores para ver que debemos y no debemos
hacer al exponer un tema.
El moderador se la paso haciendo caras, con una postura
inadecuada e interrumpiendo a los expositores, para mí es un claro ejemplo de
lo que no debemos hacer.
Celina fue la primera en hablar; tuvo una buena
entonación, se la pasó leyendo lo que no le permitió interactuar con el
público, leía muy rápido; la note nerviosa e insegura.
Jonathan Ávila: estuvo nervioso, pude notar que se la
pasaba jugando con una lapicera, su entonación variaba de acuerdo a lo que
leía; al querer dar su punto de vista se perdía en el tema, no sabía como
explicarlo.
Juan Manuel Negrete: para mí fue el mejor, se le notaba
la experiencia, no utilizo ningún apoyo pues sabía lo que diría, cumplió con
las tres reglas de la oratoria. Utilizo un lenguaje coloquial que fue fácil de
comprender, logró que su tema nos envolviera y no fuera tedioso de escuchar.
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