viernes, 3 de noviembre de 2017

Millennials, ¿la esperanza de México?


          El panorama actual del país es desolador: un gobierno deficiente, desastres naturales y sociales, un pueblo que se queda callado ante las constantes injusticias que se han cometido a través del tiempo. Pareciera que la esperanza de tener un buen futuro fuera algo utópico, difícil de alcanzar.
             Sin embargo, diversos sucesos han demostrado que los jóvenes mexicanos son capaces de dirigir una sociedad en caos, y no sólo son millennials egoístas esclavizados a la tecnología. No se necesita una catástrofe natural (o social) para que las personas se unan; es indispensable la objetividad, la esperanza y los líderes para dirigir un país en ruinas. La política debe de tomar un nuevo rumbo.
            México es considerado un país “megadiverso” por la gran variedad biológica, además de la cultural e histórica, que existe en el territorio. Tiene una considerable cantidad de riqueza natural a comparación de otros países catalogados como de “primer mundo”, pero quizá la mentalidad y actitudes del mexicano hacen que no se aproveche totalmente lo que brinda la nación para sobresalir. Algunas veces, el talento que tiene el país, se ve opacado por las cosas malas que pasan continuamente.
          A través de la historia, México se ha convertido en un pueblo sometido ante diversos sucesos. Primero fueron los colonizadores españoles en el siglo XVI, los años de evangelización, la mezcla de tradiciones y esclavitud fueron invadiendo a los indígenas, destruyendo poco a poco todas las culturas prehispánicas. Posteriormente, con las ideas independentistas de los criollos se dio paso a un “cambio” y separación ante el control los españoles, pero realmente todo seguía siendo un caos y el poder era ajeno al pueblo; tomaría cien años más y una revolución para que la nación fuera tomando una estructura. Los comienzos siempre son buenos, todos están a favor de que se necesita un cambio, se revelan y obtienen la victoria, sin embargo después ya no se sabe qué hacer para que exista una estabilidad; unos cuantos tienen el poder y se repite la historia.
             En la actualidad, México se enfrenta ante una crisis política y social, donde el gobierno tiene un mal manejo de la nación, los ciudadanos están inconformes pero no hacen acciones contundentes para contrarrestar todo el desastre; se ha vuelto un círculo vicioso.
         “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, sostenía José de Maistre (1814), ¿el país es un reflejo de sus políticos? México debe exigir que los gobernantes cumplan con sus deberes, pero también a los ciudadanos les corresponde obedecer las leyes y no corromperse; todos son parte del problema. La mayoría de personas se quejan porque los políticos roban, pero no piensan que están en la misma situación cuando se da un soborno al policía de tránsito o ignora los delitos que se cometen día a día; se ha creado una hipocresía ciudadana.
  La política no solamente se basa en ser parte de partidos o exigir al gobierno lo que promete, sino también es salir a expresar lo que se piensa, abrirse a la discusión y, sobretodo, a luchar por aquello que se cree; la política no es ganar elecciones, es construir la sociedad que se necesita. Los millennials han dejado atrás los típicos estándares o estereotipos sobre la política.
      La generación actual de jóvenes mexicanos, por momentos, parece estar desinteresada de la típica política en el país: “siempre es lo mismo, el gobierno nos roba a todos”, “no me importa votar, igual van a ganar los mismos partidos”, frases que continuamente se escuchan cuando se habla de estos temas. Sólo el 62% de jóvenes votan en México (Krauze, 2016), dejándolos por debajo de la media nacional de participación democrática.
  Se les han denominado “Millennials” a las personas que nacieron entre 1985 y 1999, (diversos autores modifican el rango de años que abarca esta generación), describiéndolos como: “nativos digitales, tolerantes, egocéntricos, preparados, ninis, comprometidos, desencantados, consumistas, adictos a la tecnología…” (Ortega, 2014). Críticas que han englobado a toda una generación caracterizada por ser banal y sólo demostrar interés en las cosas impuestas por moda, aunque muchos de sus hábitos se reflejan en las generaciones pasadas. El presente y el futuro de un país está en sus jóvenes, ¿a dónde se está guiando México?
   Los terremotos del 7 y 19 de septiembre de 2017 movieron los cimientos de un país roto, surgieron nuevos líderes capaces de guiar a una sociedad en caos, se vio claramente la realidad que se vive en la nación, el alma de los mexicanos estaba inundada de solidaridad y empatía. En las calles de Puebla, Oaxaca, Ciudad de México, Morelos, Estado de México y Guerrero no faltaban personas que ayudaran a quitar escombros, rescatar personas, donar o acomodar víveres; cadenas humanas recorrían los lugares afectados.
   No sólo jóvenes ayudaron a las miles de personas que quedaron en la ruina total o parcial, sin embargo, la gran mayoría de millennials promovieron, a través de las redes sociales, proyectos o iniciativas como las calcomanías de Frida la perrita, los conciertos a beneficencia, centros de acopios alrededor de todo el país para apoyar a las personas en situaciones vulnerables. Se mostraba un lado más humano de los mexicanos, en específico, de aquellos jóvenes que fueron juzgados como egoístas y desinteresados por el futuro de México; todo se convirtió en unidad con el objetivo de levantar al país.
            Se han comparado los terremotos de 2017 con el de 1985, donde la unión nacional también fue reconstruyendo a un país destrozado. Emilio Viale en 1985, después del sismo de aquel año, dijo: “¿Quién convocó a tanto muchacho, de dónde salió tanto voluntario, cómo fue que la sangre sobró en los hospitales, quién organizó las brigadas que dirigieron el tránsito de vehículos y de peatones por toda la zona afectada? No hubo ninguna convocatoria, no se hizo ningún llamado y todos acudieron”. Los millennials no vivieron el temblor del 1985, probablemente sus padres sí, pero el mexicano se une ante circunstancias difíciles, toda la fuerza del país se canaliza en superar los desastres para seguir.
          La unión y fuerza que se ha visto en el país ante lo sucedido, ¿puede también presentarse en otro tipo de situaciones? Javier Hidalgo, ex dirigente de la Coordinadora Única de Damnificados y fundador del PRD en la Ciudad de México, dijo en el 2005: “A partir del 85 los asuntos tuvieron que tratarse de manera distinta; la sociedad se hizo más exigente y ya no hubo retorno al pasado”. Los mexicanos ya no son los mismos, sus necesidades y pensamientos han cambiado, han “despertado”, y es común que se manifieste después de este tipo de desastres. Los ciudadanos están en busca de nuevas alternativas para un cambio, pero ¿serán permanentes sus acciones?
           Se dice que las pequeñas acciones van creando grandes cambios; ir paso a paso construyendo lo que se quiere, pero con actos contundentes que puedan lograr una verdadera transformación. Además de movimientos sociales, protestas o expresar las inconformidades, los ciudadanos necesitan seguir y buscar alternativas, convencer a las personas de lo que se cree, de que México puede convertirse en su mejor versión. No dejar de confiar en lo que se puede lograr, pero al mismo tiempo estar consciente que para llegar a donde se quiere, no es un suceso de la noche a la mañana. Los mexicanos deben de hacer acciones permanentes.
Las votaciones de 2018 pueden demostrar que México está inmerso en un verdadero proceso de cambios, logrando destacar que lo bueno de la sociedad se ve reflejado en las elecciones de sus gobernantes. Los jóvenes (y todos los mexicanos) deben ser conscientes de ejercer su derecho al voto, elegir a representantes más allá de un partido político o belleza, ver ciudadanos capaces de ser líderes con ideales y propuestas reales. Las decisiones que se tomen en el presente guían el futuro de toda una nación porque la democracia no se acaba en el voto, se trata de fijar una postura, presentarla a la sociedad y debatirla para encontrar un bien común.
Se necesita de una socialización política y una cultura evaluativa. Sin embargo, expertos afirman que la mayoría de los jóvenes no tiene la información y formación necesaria para ser participes de la vida política, debido a que en las escuelas del país no se les brindan las bases necesarias, información basada en las estadísticas reportadas en el informe de la encuesta “La cultura política de los jóvenes en México” para el Instituto Federal Electoral (2012). La iniciativa de conocer y aprender nuevas cosas de los millennials que se ve reflejada en otros fenómenos, debe canalizarse a este tipo de situaciones.
          Gracias a las herramientas que brindan los medios digitales, es más accesible y fácil el poder estar informado sobre las personas que pretenden representar a la nación; con estos instrumentos se puede cambiar las estadísticas y etiquetas que se tienen acerca de los millennials. Las redes sociales han permitido a los jóvenes ver a la política, entre otros temas polémicos, desde una perspectiva de horizontalidad enfocada a una gestión directa para objetivos muy concretos: se dan críticas y discursos de gran repercusión social con sólo 140 caracteres en una sola publicación.
          Los jóvenes deben de aprovechar de la mejor manera la libertad de expresión por medio de las redes sociales; al estar prepararnos e informarnos pueden aportar ideas que beneficien a la sociedad mexicana. También es necesario que aprendan a ser ciudadanos comprometidos y activos, cumpliendo sus obligaciones cívicas y no vivir en la mediocridad cívica.
 El pensamiento político millennial se basa en ir en contra del centralismo autoritario en la vida pública, estar a favor de propuestas ambientales, apoyar al feminismo y movimientos de la comunidad LGBT; se han hecho escuchar los jóvenes mexicanos a través de paginas web, donde se puede firmar y ayudar propuestas que surgen en beneficio de la sociedad. La juventud mexicana quiere acciones contundentes que marquen un nuevo pensamiento de progreso; ya no les interesa las típicas campañas electorales con propaganda basura, prefieren a políticos como Pedro Kumamoto, el diputado independiente de Jalisco, que ha logrado convencer a otras personas con sus ideales de cambio.
  A los millennials ya no parece importarles elegir un partido político, ellos empiezan a guiarse por lo independiente a través de relaciones libres y esporádicas, como parte de una nueva dinámica participativa; prefieren las causas a las casas políticas. Son exigentes e intolerantes con los valores de la política; quieren transparencia y rendimiento de cuentas sobre lo que se realiza. Consideran que las acciones personales y colectivas son la auténtica identidad: eres lo que haces, no lo que dices.
  A través de los ideales de la juventud, México va adquiriendo un nuevo sentido de pertenencia y consciencia, las personas se ven mayormente comprometidas social o personalmente a realizar acciones que vayan construyendo al país. Cada mexicano debería preguntarse día a día ¿qué estoy haciendo para que mi país sea mejor? No basta con creer que se puede y esperar a que alguien más lo haga, la fuerza que se tiene ante diversos sucesos, ese amor por la patria, debe de ser la motivación diaria para progresar.
 La fuerza de los jóvenes, la experiencia de los adultos y la sabiduría de los viejos, puede ser la clave para el cambio que necesita el país. No sólo los millennials son los responsables de las decisiones que se van a ir tomando en el transcurso de estos años; todos los ciudadanos deben de asumir la responsabilidad y cumplir con sus obligaciones al ser parte de la nación.
            La espontánea participación de los jóvenes para ayudar a los lugares afectados por los temblores debe de ser el principio para la reconstrucción del país, no sólo de una ciudad o algunas poblaciones, sino para crear una política más cercana a las personas y más lejos de los estereotipos o intereses privados. El director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez, dijo días después de los sismos de septiembre: "Es pronto para saber si el nuevo modelo colectivo se mantiene en una identidad generacional que logre dialogar con otra generaciones y apuesta por la reconstrucción nacional". Aún se desconoce si el movimiento seguirá firme o será efímero como tantos otros fenómenos en la actualidad, pero ha sido una muestra de la capacidad y fuerza de los mexicanos ante las adversidades.
Si el cambio está en los jóvenes, los sucesos pasados han hecho ver que el progreso ha comenzado. Los millennials levantarán a México con la fe que le han devuelto, y desde de la tristeza nacional se ha fortalecido un sentimiento de esperanza. A través de las redes sociales, desconfiando del gobierno actual, dejando atrás los medios de comunicación tradicionales y rememorando el ejemplo de solidaridad que también se originó desde el terremoto de 1985, y sigue en el 2017, la juventud actual ya no será catalogada como egoísta y tendrá en sus manos la oportunidad de empezar una transformación política y social.
          México tiene todo lo necesario para lograr ser una potencia mundial, sólo falta que los mexicanos lo crean y hagan lo que a cada uno le corresponde. Empezar por acciones simples que guían a una transformación nacional; la fuerza la tienen todos. Las elecciones de 2018 dejarán ver si los últimos acontecimientos se reflejaron en las decisiones de los ciudadanos.




Fuentes de información:

·      Aranda, J. (2017). La Jornada: El sismo de los millennials. La Jornada. Consultado el 9 de octubre de 2017. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2017/09/27/cultura/a04a1cul
·      Beauregard, L. (2017). Después del terremoto, ¿el cambio?. EL PAÍS. Consultado el 12 de octubre de 2017. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2017/10/03/mexico/1506999965_188441.html
·      Crail, A. (2017). La solidaridad de los Millennials, un ejemplo para todo México. Life & Style. Consultado el 12 de octubre de 2017. Disponible en: https://lifeandstyle.mx/mundo/2017/09/22/la-solidaridad-de-los-millennials-un-ejemplo-para-todo-mexico?internal_source=PLAYLIST
·      Garfias, F. (2017). ¿Quién dijo que los millennials son una generación perdida?. Excélsior. Consultado el 12 de octubre de 2017. Disponible en: http://www.excelsior.com.mx/opinion/francisco-garfias/2017/09/21/1189804
·      Krauze, E. (2016). Democracia en construcción (Ensayista liberal 6). Google Books. Consultado el 9 de octubre de 2017. Disponible en: https://books.google.com.mx/books?id=eW58DQAAQBAJ&lpg=PT288&dq=Millennials%20en%20M%C3%A9xico&hl=es&pg=PT289#v=onepage&q=Millennials%20en%20M%C3%A9xico&f=false
·      Linares, J. (2017). El mito de los millennials que se terminó con el sismo del 19 de septiembre. Quién. Consultado el 12 de octubre de 2017. Disponible en: https://www.quien.com/actualidad/2017/09/22/el-mito-de-los-millennials-que-se-termino-con-el-sismo-del-19-de-septiembre
·      Lobo, E., & Cerezoli, M. (2017). El momentum millennial: cambio generacional y política | MPR Group. Mpolitico.com. Consultado el 9 de octubre de 2017. Disponible en: http://mpolitico.com/2016/07/25/el-momentum-millennial-cambio-generacional-y-politica/
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·      Ortega, I. (2014). Millennials: Inventa tu empleo (1era ed., pp. 29-33). España: Universidad internacional de La Rioja. Disponible en: https://books.google.com.mx/books?id=j6WyDAAAQBAJ&lpg=PA14&dq=Millennials&hl=es&pg=PA52#v=onepage&q&f=true
·      Ramírez, M. (2017). Los millennials o la generación que está levantando a México. Vogue México. Consultado el 12 de octubre de 2017. Disponible en: http://www.vogue.mx/agenda/cultura/articulos/millennials-jovenes-ayuda-a-mexico-terremoto-19-septiembre-2017/8278

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