Abstract
Como individuos pertenecientes a una
sociedad moderna, estamos inmersos constantemente en el uso de redes sociales,
son parte de nuestro día a día, por lo que es importante señalar la relevancia
que tiene nuestra responsabilidad moral
en el uso de las mismas. A través de una serie de comparaciones entre
los distintos beneficios y perjuicios con los que podemos encontrarnos al
utilizar las redes, pude darme cuenta que nuestra sociedad tiene una concepción
errónea acerca del papel que estas juegan en nuestras vidas, otorgándoles un
valor creciente, elevándolas o satanizándolas en gran manera sin darse cuenta
que no dejan de ser una herramienta y que funcionan conforme nosotros queramos,
puesto que somos los encargados de darles vida. Después de este análisis puedo
concluir que necesitamos realizar una
serie de cambios, principalmente
haciéndonos responsables de nuestras actitudes, no saliendo por la
tangente culpando a otros.
Conceptos
clave a desarrollar: Responsabilidad moral - Redes sociales – Comunicación
- Socialización.
En este ensayo se abordará la importancia de la
responsabilidad moral de los individuos en el uso de las redes sociales, tratando
de responder la incógnita planteada que hace referencia a los alcances de la
responsabilidad moral en el uso de las mismas, defendiendo la tesis de que las
redes sociales no son malas sino que lo realmente malo es el uso que nosotros
les damos, lo cual nos lleva a hacer un análisis de los beneficios que podemos
obtener de ellas y algunos perjuicios con los que podemos encontrarnos. Para
dar inicio me gustaría definir la responsabilidad moral como la capacidad que
tenemos como individuos para responder por acciones realizadas. Nuestra
moralidad está basada en consecuencias.
La responsabilidad moral posee dos sentidos o dos
momentos distintos. Actuar de forma éticamente responsable significa, en primer
lugar, considerar, averiguar y asumir a priori las consecuencias de una norma
ética. En segundo lugar, actuar responsablemente significa asumir el
carácter "ideal" del principio ético, y por tanto, su diferencia o
contradicción con las estructuras, procedimientos y normas de los consensos
efectivos de la comunidad real. (ITAM, 1993).
Dentro de las redes sociales se pierde esta
responsabilidad ya que no se tiene un control completo de las interacciones
realizadas dentro de ellas, por lo tanto es imposible implementar consecuencias
a cada acción mala llevada a cabo ahí. Un claro ejemplo entre las diferencias
del mundo virtual y el mundo real es la agresión hacía un individuo. Dentro del
mundo virtual es muy común encontrarnos con comentarios ofensivos o amenazantes
dirigidos a una persona, los cuales nos parecen insignificantes y hasta
divertidos en algunos casos sin darnos cuenta de los alcances que estos puedan
llegar a tener. Nosotros, creyéndonos por alguna razón superiores, continuamos
perpetrando esta situación, además sabemos que no obtendremos una consecuencia
grave por nuestras acciones, la máxima consecuencia a la que aspiramos es que
nuestra cuenta sea dada de baja, pero teniendo la alternativa de crear otra.
Sin embargo, esto no es producto de la red social en sí, sino del uso que
nosotros le damos. En cambio, en el mundo real la situación es completamente
diferente, puesto que si llegamos a realizar una acción similar como sería
ofender verbalmente o agredir de forma física a una persona, nuestras
consecuencias serán completamente distintas, por ejemplo, esa persona tiene la
capacidad de defenderse y devolvernos de inmediato la ofensa o el golpe. Es por
eso que considero que se tiene una mayor responsabilidad moral en el mundo real
que en el mundo virtual.
Los procesos de socialización se han ido
modificando con el paso de los años, lo que ha traído la evolución de las
sociedades y la aparición de distintas tecnologías. A las generaciones de los
años 2000 nos ha tocado crecer con la tecnología al alcance de nuestras manos,
por lo que no tenemos un punto vivencial de comparación en cuanto a la manera
de socializar antigua y la actual, sin embargo, podemos darnos cuenta de esto a
través de las anécdotas que nuestros padres y nuestros abuelos comparten con
nosotros. Es mucho más sencillo entablar relaciones a través de dispositivos
que de una manera directa (frente a frente). Detrás de un monitor adquirimos
una gran confianza que con el contacto personal no se tiene, pues ahí podemos
ser quienes nosotros queremos ser y no se nos juzgará por alguna cuestión
física, es ahí donde podemos mostrar el intelecto y la esencia, sin embargo, no
se tienen certezas. ¿Qué tan real o significativa puede ser una interacción
entre dos personas reales frente a un dispositivo conectadas en un espacio
virtual? Nuestra vida gira en torno a la tecnología y estamos dando valores
enormes a cosas que realmente no son importantes, nos estamos dejando dominar
por las nuevas tendencias en las que la esencia no tiene sentido propio, tiene
mayor relevancia la forma que el fondo. Un claro ejemplo de esta situación es
que en la actualidad damos más valor a una publicación con motivo de una fecha
especial (cumpleaños, aniversario, graduación, etc.) en nuestro perfil
cibernético que una felicitación de manera directa (visita, llamada, cita,
etc.) y como en más de una ocasión he llegado a escuchar “si no está en la red,
no cuenta”. Los ritmos de vida tan acelerados que tenemos hoy en día no se
prestan para la convivencia de persona a persona, por lo que las herramientas
electrónicas son el nuevo sistema de comunicación. Es un hecho real que el
ejemplo es la mejor manera de enseñar a otros y más a aquellos que vienen
detrás nuestro, por lo que debemos ser coherentes en lo que decimos y hacemos. Nuestros
niños son esponjas que absorben toda la información que nosotros les
transmitimos de manera directa o indirecta porque como la misma naturaleza del
hombre lo dicta, están sedientos de aprendizaje. Estamos expuestos a peligros
en todo momento y lugar, son cosas que dependen de miles de factores que no
podemos controlar. Sin embargo, nosotros tenemos la capacidad de analizar cada
una de las posibilidades y cambiar o prevenir algunas situaciones de riesgo
(extorsiones, acoso, etc.). Debemos inculcar el buen uso de los instrumentos,
unas tijeras pueden ser de mucha utilidad en diversas actividades cotidianas o
convertirse en un arma para asesinar a alguien.
Actualmente las comunicaciones se han abierto en
gran medida lo que permite que podamos entablar relaciones con personas a
kilómetros de distancia de manera instantánea, accesible y muy poco costosa. Poniendo
sobre una balanza las cuestiones positivas y negativas que se abordan acerca
del uso de las redes es importante aclarar que no se trata de caer en una
contradicción, sino puntualizar la responsabilidad moral que tiene un individuo
dentro de un espacio virtual por su naturaleza complejo. Los puntos benéficos
que la tecnología aporta a la sociedad son bastantes, provocando en la mayor
parte de los casos la disminución de esfuerzo. Por ejemplo, en la actualidad,
se está fabricando un traductor universal, el cual facilitaría muchísimo la
comunicación entre las personas de diferentes partes del mundo, disminuyendo la
necesidad de aprender una lengua extranjera.
Su uso es muy sencillo porque sólo necesita
elegir los idiomas que debe traducir, se mantiene presionado un botón mientras
se habla e inmediatamente hace la traducción, permitiendo que dos o más
personas se entiendan. (Excélsior, 2016).
Sin embargo, los idiomas son identidad y
como decía Lev Vygotsky: “cada idioma es una concepción distinta del mundo”,
por lo que al tener a nuestro alcance un aparato tan maravilloso como este, nos
privamos de la maravilla de enriquecernos y ampliar nuestra concepción del
mundo. Preferimos cambiar el conocimiento por la comodidad. Durante el último
tiempo se nos ha vendido la idea de que los medios (redes sociales) son malos,
haciéndonos creer que ellos son los responsables de las acciones malas
realizadas en su espacio (contenido), creado en la población una antipatía por
los mismos, sin embargo, esto es completamente erróneo puesto que son solo un
transmisor, lo malo es el mensaje que se transmite a través de ellos. La
sociedad misma se encarga de generar este contenido, pero siempre será mucho
más fácil y cómodo buscar un culpable y salir por la tangente, dejando de lado
nuestra responsabilidad moral.
A partir de lo anterior mencionado, puedo
concluir que aún queda mucho trabajo por hacer para realmente convertirnos en
una sociedad verdaderamente consciente de nuestras acciones y las repercusiones
que ellas traen consigo. Es un trabajo complejo, ya que implica cambiar malos
hábitos que tenemos enraizados, pero como bien dice una canción de la
agrupación chilena Santa Feria: "Si yo quiero un cambio no puedo esperar
acostado en la cama o tiradito en el sofá, tengo que empezar por mi debilidad,
saber lo malo y bueno y el efecto que tendrá..."
Referencias:
-
Hernández, A. (2016) Rompe barrera de los idiomas con nuevo traductor portátil.
Las Vegas. Recuperado el 20/10/17 de: http://www.excelsior.com.mx/hacker/2016/01/16/1069184
-
N/E, ITAM. (1993) La responsabilidad. N/E. Recuperado el 21/10/17 de: http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras31/texto04/sec_4.html
-
Rivas, H., Martínez, R., Cruz, M. & Armenta, G. (N/E) Tipos de
socialización. Formación ciudadana. Novaars Editores. Págs. 16-19.
-
Santa Feria, Lo que va a pasar, Lo que va a pasar, 2013, CD.
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