LA NARANJA MECÁNICA
“Yo, yo, yo.
¿Qué hay de mí?
¿Dónde entro en
todo esto?
¿Soy un animal, o un perro?
[...] ¿No soy más que una naranja mecánica?”
Cuatro
chicos vestidos de blanco aparentemente pacíficos y meditabundos fijando sus
miradas hacia distintos ángulos; sus mentes no están ahí, piensan –quizá- en
algún sitio donde puedan generar algo de “ultra
violencia” ,eso le
provoca a Alex (Malcom McDowell) una media sonrisa de esas que aparentan
inocencia pero esconden ligeros tintes de maldad ;Los otros jóvenes son sus drugos George, Pete y Dim , quienes por medio
de la agresión física y verbal hacia otros ciudadanos intentan manifestar su
descontento ante una sociedad que intenta reprimir su sexualidad, la manera de
pensar y la posibilidad de progresar dentro de un sistema que
intenta convertirlos en algo moldeable y mecanizado.La
naranja mecánica de la autoría de Anthony Burgess fue escrita en
1962, clasificada en el género de la literatura distópica; el
escritor trata de narrar la situación que se vivía en aquel momento en
Inglaterra.
La historia cuenta la vida de Alex y sus amigos quienes
buscan corromper las reglas establecidas dentro de la nación ;claramente nos
damos cuenta de que poderes tienen mayor influencia:Religión y gobierno.En
1978 Kubrick adapta la novela a una versión cinematográfica y esto causa polémica en diversos estados, se le consideraba una oda al libre albedrío, se
censuró en algunos países y en otros llego hasta 5 años después. Estas
reacciones del público generaron conflictos entre autor y director ;Burgess
decía que la edición que Kubrick leyó era la norteamericana donde se suprimía
el capitulo 21 de la historia, en el cual se podía apreciar la transformación
moral del personaje, además el director hizo modificaciones en cuanto a la edad
de los protagonistas y el arreglo de las escenas sexuales. A pesar de ello el director hace un buen manejo de la cámara y los arreglos musicales fueron el complemento perfecto ,;el filme es un deleite tanto visual como auditivo.Una película que genera diversas emociones pasando de lo trágico hasta lo absurdo y paradójico que puede ser la vida ; te lleva a pensar –sin
método Ludovico- si en este momento no eres también naranja mecánica.
Y después te preguntarás… ¿Y ahora que pasa, eh? .
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