miércoles, 27 de noviembre de 2019

Ensayo: Imperialismo Estadounidense en Latinoamérica (Jonathan Graciano Padilla)


26 de Noviembre del 2019, Guadalajara, Jal.
Jonathan Graciano Padilla
Expresión oral y escrita
Mtro. Luis Rodolfo Moran Quiroz


Imperialismo Estadounidense en Latinoamérica
(Venezuela, Cuba, Guatemala, Chile y Bolivia)


El imperialismo norteamericano, es utilizado para hacer informe al expansionismo histórico que constituye parte de la historia contemporánea y actual influencia política, cultural, militar y económica de los estados unidos a nivel mundial. La noción moderna del imperialismo es la práctica de denominación llevada a cabo por naciones con mayor poder económico, potencial y militar, con el objetivo de ampliar sus influencias sobre naciones menos desarrolladas. EL termino es discutido, ya que algunos opinan que no hay tal imperialismo, otros que existe, pero de forma benévola, y otros que vive en deterioro de los países dominados. El concepto de imperialismo estadounidense es aceptado por la mayor parte de la comunidad internacional, tanto por políticos como por historiadores. Es un hecho indiscutible que Estados Unidos ha tenido un comportamiento imperialista desde la apertura de su formación como nación, y fundamentalmente a lo largo del siglo XX. Así pues, cuando Estados Unidos intercedió en Afganistán o en Iraq es una forma de imperialismo, o cuando estriba dictaduras militares en ciertos países, o lanza guerras de prevención (por si acaso) sobre otras naciones, es imperialismo también. Su imperialismo también llega por potencia militar, Aunque también se podría aludir el imperialismo político (como cuando EEUU obliga a otras naciones a adoptar disposiciones políticas por medio de presiones) o el imperialismo económico (cuando decide poner en marcha el bloqueo a Cuba, por ejemplo).
En este ensayo voy a centrarme únicamente en el imperialismo militar (que se traduce en guerras y conflictos militares) y al imperialismo económico que Estados unidos ha estado ejerciendo en algunos países de Latinoamérica; Venezuela, Cuba, Guatemala, Chile y Bolivia.


Venezuela

EEUU posee una larga lista de injerencias en Venezuela, primariamente para la obtención del control de sus riquezas petroleras, durante la período de 1950, Washington apoyo una dictadura militar, regida por Pérez Jiménez, hasta que fue derrocada por una alianza fuerte de partidos socialistas revolucionarios, nacionalistas y socialdemócratas. Washington no logró tener éxito y no intervino; en cambio, se alió con los partidos Acción Demócrata (Ad) de centro-izquierda y COPEI de centro-derecha, que descendieron a declarar la guerra contra la izquierda-radical. Con el tiempo, los EEUU recobraron la hegemonía hasta que la economía entro en crisis en la década de 1990, lo que llevó a levantamientos populares y masacres estatales.

Los EEUU no intervinieron inicialmente ya que pensaban que podían cooptar a Hugo Chávez porque no estaba afiliado a la izquierda. Además, los EEUU estaban militarmente liados con los Balcanes (Yugoslavia) y el medio orientes y se preparaban para las guerras contra Irak y otros países nacionalistas que se enfrentaban a Israel y apoyaban a Palestina. Usando el pretexto de una amenaza terrorista global, Washington reclamó la subordinación a su declaración de una “guerra mundial contra el terrorismo”. El presidente Chávez no se sometió. Declaro que “uno lucha contra el terrorismo con el terrorismo”. Los EEUU resolvieron que la declaración de independencia de Chávez era una amenaza para la hegemonía estadounidense en América Latina y más allá. Washington decidió derrocar el presidente electo Chávez, inclusive antes de nacionalizar la industria petrolera de propiedad estadounidense.

En abril de 2002, los EEUU organizaron un golpe militar-corporativo, que fue derrocado en 48 horas por un levantamiento popular respaldado por sectores militares. Un segundo intento de derrocar a Chávez fue puesto en marcha por los ejecutivos del petróleo a través de un cierro patronal. Fue derrocado por los trabajadores petroleros y los exportadores de petróleo de ultramar. La revolución nacional-populista de Chávez vino a nacionalizar las corporaciones petroleras de apoyaron el “cierre patronal”. Los malogrados golpes de estados llevaron a Washington a acoger temporalmente una estrategia electoral fuertemente costeada a través de fundaciones y ONG controladas por Washington. Las repetidas derrotas electorales llevaron a Washington a cambiar boicots electorales y campañas de propaganda diseñadas para deslegitimizar el triunfo electoral del presidente Chávez.

Los fallidos esfuerzos de Washington por restaurar el poder imperialista en Venezuela de desbordaron. Chávez aumento su apoyo electoral, difundió el control estatal sobre el petróleo y otros recursos y radicalizo su base popular. Además, Chávez aseguro cada vez más respaldo de sus políticas antimperialistas entre el gobierno y los movimientos en toda América Latina y aumento su influencia y vínculos en todo el Caribe al facilitar petróleo subsidiado. Si bien los comentarios atribuyeron el apoyo e influencia masiva del presidente Chávez a su carisma, las circunstancias objetivas propias de América Latina fueron decisivas.


Cuba

Cuba cayó en las garras del imperialismo durante de la guerra de Estados Unidos y España de 1898. Los cubanos estaban luchando por la independencia y Estados Unidos aprovechó la situación para tomar a Cuba como neocolonial. Cuba se independizó en 1898, pero en 1901 el Congreso de Estados Unidos aprobó la Enmienda Platt. Esa enmienda, que se unió en la Constitución de Cuba hasta 1934, constituyó las condiciones para la intervención en los asuntos internos de Cuba. Estados Unidos mandó marines a Cuba en 1906, 1912, 1917 y 1920. La Enmienda Platt también instituyó una colonia militar estadounidense: Guantánamo, la misma base que hoy es un campo de detención y una cámara de tortura de la guerra de Estados Unidos contra el mundo. En la década del 50, Estados Unidos controlaba el 80% de las empresas de servicios públicos; el 90% de las minas; casi el 100% de las refinerías de petróleo; 90% de la ganadería y el 40% de la industria azucarera. Cuba era un edén para inversionistas de los sindicatos de apuestas, agentes de bienes raíces, dueños de hoteles y mafiosos. Estados Unidos mantenía en el poder al represivo y intensamente odiado gobierno de Fulgencio Bautista. Ese fue el telón de fondo de la revolución de 1959.

La revolución cubana fue una insurrección popular contra el imperialismo estadounidense. Estados Unidos no admitió su derrota. Quería recuperar sus propiedades y, más aun, detener el mal ejemplo de Cuba para el resto de América Latina. A comienzos de los años 60 Estados Unidos procedió por dos caminos: aplastar a Cuba y a los movimientos revolucionarios del continente; y lanzar la Alianza para el Progreso, presentada como una medida de libre comercio para curar la miseria, pero que utilizó para que Estados Unidos clavara más profundamente sus garras económicas.
En 1961 Estados Unidos invadió Playa Girón, pero el pueblo cubano lo derrotó. La CIA trató de asesinar a Castro varias veces. Estados Unidos bloqueó las relaciones de Cuba con los países occidentales.


Guatemala    

Durante el administración de Jacobo Arbenz, se impulsó la Ley de Reforma Agraria en beneficio de su pueblo, acción que indujo que EE.UU. orquestara un golpe de Estado en su contra. La invasión de Estados Unidos Guatemala se comienza a organizar luego de que el presidente Juan José Arévalo comenzará un proceso de reformas económicas y sociales las cuales profundizaría su sucesor Jacobo Arbenz, un militar retirado decidido a optimar las condiciones de vida de los campesinos de ese país y buscar la libertad económica de su nación. Arbenz estaba a favor de la inversión extranjera siempre y cuando los inversionistas se ajustarán a las condiciones locales, acataran a las leyes guatemaltecas, cooperarán con el desarrollo del país y se abstuvieran de intervenir en su vida social y política.
Para ese entonces la compañía bananera estadounidense United Fruit Company era dueña del 70 por ciento de las tierras cultivables, por lo que el Gobierno de Arbenz se negó a extender las concesiones. Como parte de la reforma agraria el Gobierno estaría liquidando los latifundios. La United Fruit Company era respaldada por fuertes intereses, el abogado de la compañía era el Secretario de Estado John Foster Dulles y su hermano Allen Dulles era el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), por lo que las reformas fueron calificadas por el gobierno norteamericano como una amenaza a sus intereses. Así comenzó la campaña de desprestigio anticomunista, presentándolos como una feroz amenaza para la tranquilidad del hemisferio y la cual concluyó en una invasión desde Honduras en junio de 1954 y el destitución del gobierno constitucional. Esta fue la primera interposición directa de la CIA en América Latina.

United Fruit Company: Mayor poder económico y político en los años 50 tras la fusión de 21 compañías de bananas que poseían el 70 por ciento de la tierra cultivable.
Fue la primera intervención directa de la CIA en América Latina. El golpe de estado contra Arbenz y el pueblo trabajador guatemalteco conservó intactos los intereses del imperialismo y de la oligarquía. Inauguró un prolongado periodo de décadas de terror sangriento contra trabajadores, campesinos pobres, estudiantes, entre otros. Dejó un saldo de al menos 200 mil asesinatos y desaparecidos políticos. Washington impuso un nuevo gobierno militar, lo armó y le señaló una lista de personas que debían ser eliminadas de inmediato.

Desde la invasión estadounidense en 1954 la clase dominante, el ejército y sucesivos presidentes de facto o electos, han sido fieles estrictos de una política de sumisión y entreguismo hacia el imperio estadounidense. La presencia intacta o eventual de un ejército extranjero en Guatemala los ha convertido en un país ocupado, debatiendo su soberanía y dignidad nacional.


Chile

Después del triunfo de la Revolución Cubana, América Latina y el Caribe se convirtieron en campo de batalla política (y a veces militar) entre el imperialismo yanqui, aliado a las derechas locales, y las fuerzas populares. Chile fue un caso simbólico. Allí la izquierda tenía una rica tradición de lucha, contaba con un combativo movimiento obrero y había tenido éxitos electorales. Tenía, además, un candidato, Salvador Allende, que aunque no gozaba del respaldo de sectores de su propio Partido Socialista(PS), tenía un gran arrastre electoral, el sostén del Partido Comunista de Chile y la amistad y respaldo de Fidel Castro. En el PS  muchos no creían en la llamada vía chilena al socialismo defendida por Allende, quien consideraba que en las singulares condiciones de Chile era posible transitar al socialismo por vía electoral. En efecto, el gran líder popular resultó ganador de la presidencia en las elecciones de 1970 e hizo cuanto pudo por ese objetivo.

De modo que Estados Unidos hizo de Chile una batalla decisiva del enfrentamiento en marcha. Acuñó con Eduardo Frei, abanderado de la Democracia Cristiana (DC) el demagógico lema de revolución “en libertad” para comparar a la experiencia cubana y su gran repercusión en nuestra América, donde liberó un ciclo de luchas populares que aún continúa.
A 45 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, resulta instructivo volver sobre la intervención de Estados Unidos. El vasto conjunto de pruebas sobre su ilegal e inmoral acción en ese acontecimiento corrobora su tradicional brutalidad contra los gobiernos que no le agradan, con más empeño si tienen realizaciones y gran apoyo popular. Como se ha demostrado por los propios documentos desclasificados de la CIA, ya desde las elecciones presidenciales de 1964, en que Allende se desafiaba como candidato a Frei, la agencia operó a favor de este, a cuya campaña suministró 2.6 millones de dólares. A la vez, invirtió 3 millones de dólares en propaganda contra Allende.   Consecutivamente la central de inteligencia alardeó de que su apoyo financiero y otras maniobras contra la candidatura de Allende “fueron ingredientes precisos para el éxito de Frei”. En las elecciones del 4 de septiembre de 1970, la CIA canalizó 350 mil dólares a la campaña del derechista Jorge Alessandri a través de la transnacional ITT e invirtió entre 800 mil y un millón de dólares para manipular el resultado electoral, consignó después el informe del Comité Church del Senado estadounidense. Nuevamente competía Allende, en esta ocasión con la bandera de la Unidad Popular (UP), coalición de izquierda reconfigurada. El resultado de los comicios en por cientos: Allende, 36.6; Alessandri, 34.9 y el contrincante por la DC Radomiro Tomic  27.8. El 24 de octubre el pleno del Congreso, de acuerdo con la Constitución, debía elegir entre las dos mayorías más altas. En la Casa Blanca,  el presidente Richard Nixon ordenó evitar que Allende asumiera la presidencia, para lo que la CIA concibió dos planes. El primero consistía en que el Congreso eligiera a Alessandri y este renunciara para convocar a nuevas elecciones en que toda la derecha apoyaría a Eduardo Frei, hombre de confianza del imperio. Pero el plan fracasó porque Allende y Tomic (aunque democristiano, de orientación constitucionalista y progresista) habían acordado previamente que  uno reconocería la victoria del otro si la diferencia superaba los 5 mil sufragios. Tomic y la DC cumplieron.  Solo le quedaba a la CIA el otro plan, que contemplaba crear un clima de inestabilidad política para propiciar la intervención militar y la anulación de las elecciones. Encargado por la CIA, el general Roberto Viaux planificó secuestrar y ocultar a René Schneider, general constitucionalista y jefe del ejército. Pero este se defendió, fue herido y falleció dos días después, el 25 de octubre, lo que hizo fracasar el plan. El día antes, finalmente Allende fue electo por el Congreso con 195 votos a favor, 35 por Alessandri y 7 en blanco.

La historia posterior hasta el día del golpe frente a una ejecutoria ejemplar del presidente Allende, fue una sucesión de hechos violentos de la derecha y acoso político y económico por Estados Unidos, que, con la supervisión de Henry Kissinger, logró dejar virtualmente sin créditos al gobierno de la UP y entronizar el caos y el desabastecimiento. Fogoneados por una campaña mediática alimentada por abundantes dólares de la CIA al periódico El Mercurio, del clan Edwards y a toda la prensa de derecha. Es asombroso cómo la historia se repite con la actual ofensiva de Estados Unidos y la derecha contra los gobiernos independientes de nuestra América que trabajan por el bienestar de sus pueblos. Allende cayó heroicamente en el Palacio de La Moneda y asentó un ejemplo para las futuras generaciones de combatientes por la libertad, la soberanía y la unidad de nuestra América.


Bolivia

El dominio norteamericano sobre Bolivia se ha dirigido esencialmente a la extracción de recursos naturales, básicamente minería y petróleo, sobre la base del control riguroso del sistema financiero estatal. Sobre eso giran las otras inversiones en manufactura, en construcciones de obras públicas con empresas norteamericanas o gira en torno al comercio de las importaciones. Pero si hay algo que caracteriza a esa relación Bolivia/Estados Unidos es el proceso de intervención con capitales norteamericanos en el campo de la minería, pero al mismo tiempo de la banca norteamericana en el sistema de créditos a Bolivia durante los 50 primeros años. Ya después viene a fines de los 50 todo el sistema financiero internacional con el Banco Mundial, el Fondo Monetario y el BID. El segundo campo de intervención es el hidra carbonífero desde 1918, usualmente la Richmond Levering, tiene presencia en Bolivia que es luego absorbida por la Standard Oil en 1926. Los 50 primeros años de la actividad hidra carbonífera está básicamente en manos de empresas norteamericanas violando los códigos petroleros de la década de los 20 al reunir excesivamente las concesiones petroleras, pero además empresas petroleras que evaden impuestos que, como la Standard, que además hace contrabando de petróleo en plena Guerra del Chaco. Por lo tanto, gobierno norteamericano en la estructura financiera, gobierno norteamericano en el campo la minería, gobierno norteamericano en el campo de los hidrocarburos. Hay una estructura de dominio sobre los sectores estratégicos de la República. En muchos casos esta intervención no solamente es grosera, abusiva, es una intervención inclusive humillante, como por ejemplo el crédito Nicolaous, como por ejemplo la obtención de concesiones hidra carbonífera para el Standard que llega a tener siete millones de hectáreas de las cien mil que permitía la ley de hidrocarburos de los 20. En la minería la exacerbación de la reacción norteamericana cuando Busch y Villarroel deciden revertir el 100% de las regalías a favor del estado termina con la muerte de Busch y es conocido el colgamiento de Villarroel. Todo eso se muestra con documentos desclasificados, informes, entre otros.

Bolivia es que esta es una edificación lenta, sostenida, con una visión estratégica, regida a convertir a cada uno de los países de América Latina, en una semi-colonia al servicio de su expansión y de su estructura de poder global. Es una lógica de control geopolítico sobre la base de la intervención en cada uno de los países y del vaciamiento de cada uno de ellos de sus excedentes en favor del capitalismo concentrado. Desde esa perspectiva Bolivia es un país casi raro, subdesarrollado, con una población diversa y con estructuras de poder racistas y excluyentes, y con un método económico casi de tipo pre capitalista, a discrepancia de otras naciones en América Latina con las que se puede acordar finalmente el propio dominio norteamericano con una relación mucho más unida. En cambio, en el caso de Bolivia esa posibilidad de armonizar la alianza entre elites económicas nacionales y/e imperio pasa por una disposición socioeconómica muy asimétrica y por lo tanto el mayor esfuerzo del imperio sobre Bolivia está concentrado fundamentalmente en las mediaciones de la intervención.    
En las campañas electorales del 2002 el entonces embajador de Estados Unidos en Bolivia, Manuel Rocha, de pronunció pública y abiertamente en contra de la candidatura de Evo Morales e inclusive amenazó a Bolivia si éste era elegido presidente y luego, en el primer gobierno de Morales, el embajador Golberg impulsó, junto a cabecillas de las regiones del oriente boliviano, el federalismo y el separatismo de estas regiones, como antes lo hizo en la región de los Balcanes. Por esta razón fue expulsado del país.

Posteriormente el gobierno boliviano determinó la salida de la Drug Enforcement Administración (DEA), USAID y la Misión Militar Norteamericana que, junto a varias Fundaciones, medios de comunicación nacionales y extranjeros, redes de internet y ONGs, desarrollaron y aún desarrollan millonarias campañas de desprestigio del gobierno y el presidente bolivianos, incluidas las guerras de rumores y noticias falsas con el objetivo de intervenir en la votación. En los medios adyacentes al gobierno, a la Central Obrera Boliviana (COB) y a los movimientos sociales no se descarta que en las semanas previas a las elecciones se muestren denuncias escandalosas o se generen rumores en contra de los candidatos del Movimiento Al Socialismo (MAS) Evo Morales y Álvaro García Linera, como ocurrió en las elecciones en otros países de la región.

En la actualidad se ha creado una dura situación en cuanto al ex mandatario Evo Morales, ya que sé que su renuncia fue debido a que se esperaba un golpe de estado, EE.UU  presiono a las fuerzas armadas de Bolivia para ejercer presiones sobre Morales para que este diera su renuncia.


Conclusiones

Como nos hemos dado cuenta aquí, Estados unidos pasó de ser un país colonizado a ser colonizador. A estas instancias el imperialismo es un aspecto central del capitalismo global estadounidense. Pero no puede lograr sus objetivos y medios cuándo y cómo lo desee. Los cambios globales y de régimen en la correlación de fuerzas pueden frustrar y retrasar el éxito imperial. Los golpes pueden ser derrotados y convertidos en reformas radicales. Las ambiciones imperialistas de EE.UU pueden ser contrarrestadas por políticas económicas exitosas y una alianza estratégica. América Latina ha sido propensa a los golpes de Estado y las intervenciones militares. Pero también es capaz de construir alianzas regionales, de clase e internacionales. A diferencia de otras regiones y objetivos imperiales, América Latina es terreno para las luchas de clase y anti-imperialistas. Los ciclos económicos acompañan el ascenso y la caída de las clases y, como resultado, el poder imperial prospera y se retira.

Fuentes:

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