martes, 26 de noviembre de 2019

Aporofobia: El cotiano de las personas en situación de calle y el papel del estado

Consuelo Sarahí Checa Navarro [1]


Introducción

Encabeza al título de este ensayo el concepto creado por Adela Cortina, y registrado oficialmente en 2017 aporofobia, con el cual busca señalar el rechazo a los pobres, argumentando que para combatirlo primero debíamos nombrarlo. Retomamos el tema con algo más de profundidad en las páginas siguientes, partiendo con el cotidiano de los “sin techo” o personas en situación de calle y el contraste de ambientes en México y España. Buscando en el análisis de ambos contextos y de algunas teorías, la respuesta a interrogantes como ¿es considerado este sector, alguna clase social o parte de? ¿De qué manera tienden a actuar los estados capitalistas ante la pobreza? y ¿Qué hay de la libertad de estas personas? El objetivo central de este ensayo es convencer al lector de lo cortas que quedan las posturas extremistas en cuanto a la conceptualización de las personas en situación de calle, y por tanto la “ayuda”, debe brindarse considerando al individuo, que aunque dentro de un aparente hecho social, tendrá sus particularidades.


Desarrollo

Para entender el concepto de aporofobia creado por Adela Cortina,  es necesario remitirse a su etimología, del griego áporos (pobre) fóbeo (espantarse) resultando así la definición de rechazo al pobre.

Observar la cotidianidad de los otros, es decir, fuera de nuestros círculos cercanos, sin una mirada prejuiciosa, parece una labor compleja, incluso se pueden apreciar sesgos en estudios etnográficos, por lo que recurrir al análisis narrativo propio de quien o quienes viven[2] esa “realidad” parece una solución un tanto más objetiva, o por lo menos, de matices más variados. Partiendo de esta idea, interpretar las diversas fuentes se convierte en una tarea aún más consciente pero no menos complicada. Hasta este momento, nos remitimos al análisis de los medios como reportajes y documentales. Antes de comenzar tenemos la paráfrasis de una idea que en alguna ocasión señalaba en clase el Dr. Eduardo de la Vega “toda película tiene una finalidad, incluso el documental es tendencioso”. Con el conocimiento de casos particulares, podemos comprender ciertos puntos de vista que nos acercan a la idea de lo que es vivir en la calle, pero encasillar al pobre como quien busca salir[3] de esa situación para entrar a la normalidad constituida por el sistema en el que vive (hablando de la sociedad capitalista) resulta absurdo, pues implica la idea de que le desagrada su estilo de vida y anhela ser parte de una clase social de “mayor jerarquía”. Hagamos una pequeña pausa, ¿no resulta esta una limitada postura aporofóbica? En la sociedad capitalista, cada individuo es responsable de su situación económica y el objetivo que se persigue es “ascender”, el sentido materialista por lo tanto, parece un fuerte motor aporófobo. Ahora bien, expresado lo anterior, nos permitimos comparar levemente algunos rasgos del cotidiano de las personas en situación de calle, en algunos sitios de México y España. Entendemos que el estar en las calles puede tener múltiples causas y por lo tanto los prejuicios que los definen como problemáticos, delincuentes y adictos[4], son tan erróneos como los que defienden que cayeron injustamente en esa realidad y que salir de ella es su mayor anhelo. De los elementos consultados destacan la película Voces de la Guerrero y el cortometraje Vivir sin techo, de la Ciudad de México y Madrid, respectivamente. En el primer caso, como ya se mencionaba, los directores Zirión, Arce y Kohn, tuvieron en el año de 2004, la destacada idea de impartir un curso de cinematografía a personas en situación de calle de la colonia la Guerrero en CDMX. Los invitaron a grabar y tomar fotografías de su vida, y contar la realidad del grupo al que pertenecían, haciendo de esta película una muy valiosa muestra casi libre de prejuicios. Gracias al trabajo de estos cineastas principiantes, se puede observar un “hecho social” y por supuesto se incluye variedad de opiniones, con bastante tendencia a mostrar un discurso de “superación” pues se ven rodeados de un ambiente hostil, se observa la falta de servicios médicos gratuitos,educación sexual,  comedores públicos, sitios dignos para albergarse e incluso situaciones de de violencia como reacciones aporofóbicas. En el caso del cortometraje, se muestra un completo cambio de escenario. Un hombre argentino, se hace pasar por un “sin techo” durante un periodo que le permite conocer las estrategias de supervivencia para este sector en Madrid. Descubre en sus primeros días, contrario a lo que imaginaba, que desayunar, comer y cenar es algo sencillo gracias a los comedores gratuitos, y como éste admite, se le derrumbaron algunos prejuicios, lo mismo con el alojamiento y la calidez que encontró en sus compañeros de calle. Sin embargo resalta el haberse sentido en muchas ocasiones, ignorado, rechazado, por las personas “normales”. Gracias a ambas muestras, y otras pequeñas investigaciones, resulta el pensamiento de que cada persona, inmersa en este ritmo de vida, tendrá sus motivos para querer o no, estarlo. Entre tantas posturas, detectamos estas dos muy opuestas, que vale la pena señalar. El anhelo de reintegración social y la conformidad e incluso satisfacción al haber “salido del sistema”. A partir de ello surge el siguiente planteamiento. Si algunas personas en situación de calle, se sienten libres comparativamente a sus tiempos más activos en la economía, algo en los sistemas laborales, económicos y políticos está quebrando esa libertad ¿serán estos unos desafortunados que viven  tal realidad? ¿O serán valientes que se han atrevido a salir de la normalidad?

A estos valientes o desafortunados ¿se les cataloga en alguna clase social? Según la Medición Multidimensional de la pobreza en México, realizada por el CONEVAL[5] la población se divide como; no pobre y no vulnerable, vulnerables por carencia social y por ingreso, pobreza moderada y pobreza extrema. El grado de pobreza se determina al no contar con cierto número de servicios o un ingreso mínimo. Siguiendo esa lógica, las personas en situación de calle, se encuentran en pobreza extrema, sin embargo no se especifica y en tal caso, la misión que plantea el CONEVAL[6] , requiere echar un vistazo nuevamente a sus planteamientos y a este sector. Nombrar a las personas en situación de calle como una clase social, implica responsabilidad de los gobiernos no solamente en asistencialismo, porque puede resultar poco rentable y en la medida que estos sean capaces de generar algo, se tomará seguramente como retribución. Ejemplo de ello es una idea poco fundamentada pero muy lógica, comentada el cortometraje analizado “la pobreza es un negocio en Madrid” en relación con las empresas transnacionales y el lavado de dinero. Queda fuera de los alcances de este ensayo, pero como un interesante punto para reflexionar, está la manera en la que los países socialistas y aún más, los comunistas, enfrentan la pobreza pues suponen abolición de las clases.


Conclusiones

Adela Cortina argumenta que para combatir un problema como la aporofobia, primero debía nombrarla. Dándole vueltas a esta idea caemos en la cuenta de las muchas otras fobias, algunas quizá aún no se han nombrado. Pero indiscutiblemente, el rechazo existe y en distintas formas, darle nombre no las potenciará, simplemente las hará visibles para precisamente, combatirlas. Este pensamiento desencadena otros como, si existe el problema y se nombra con el fin de resaltarlo ¿por qué no buscamos una solución y también la nombramos?  

   



[1] Primer semestre, sociología, checasarahi@gmail.com
[2] Voces de la guerrero es una película documental sobre jóvenes de la Ciudad de México que viven en precarias circunstancias. Los directores de este filme optaron por la lúcida idea de impartirles cursos de video a los jóvenes y permitir que grabaran de su vida, lo que quisieran.    
[3]  Noticieros Televisa, El infierno de la indigencia en la CDMX, recuperado el día 24 de Noviembre, se desconoce su fecha de transmisión.
[4] Como dato curioso, este tipo de pensamiento caracterizó a las Poor Laws instituidas en Inglaterra para solucionar los problemas de pauperismo que trajo la revolución industrial.
[5] Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
[6] “[...] la generación de estrategias que promuevan y garanticen el cumplimiento de los derechos sociales e impulsen la inclusión social de toda la población”

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