Psicooncología
Social infantil
Por Humberto Ortiz
Introducción.
Sufrir una enfermedad es siempre una complicación para las
personas, tienen que soportar los sintomatología en su cuerpo, se debe invertir
tiempo, dinero y mucho esfuerzo para recibir el diagnostico y conseguir
curarse.
Una situación peor es cuando el papel del enfermo lo desempeña un
niño, dependiendo de la edad, les es más difícil descifrar lo que sienten y
expresarlo a los médicos, es difícil también que permitan que los doctores los
examinen y no poseen una disciplina como la mayoría de los adultos para llevar
su tratamiento como el doctor lo indica.
Ahora imaginemos la situación de un hijo enfermo, pero
supongamos que el niño no está enfermo de un catarro o gripe. El niño tiene una
enfermedad de esas que los doctores antes de emitir un juicio definitivo,
necesitan una segunda opinión o bien una serie de misteriosas pruebas.
“El niño tiene una enfermedad terminal”; Esta frase es como una
bomba a los oídos de unos padres llenos de sueños, ilusiones y amor con
respecto a su hijo, por supuesto que a nadie le gusta saber que sus hijos están
enfermos y menos aún cuando tienen una enfermedad como el “cáncer”, del cual se
tiene mucha información circulando en las conversaciones y medios de
comunicación pero esta información es nunca o casi nunca positiva.
Los padres inmediatamente comienzan a pensar de una manera
fatalista, comienzan a imaginar a su hijo sin futuro, postrado en una cama o
bien piensan en comprar el ataúd mucho antes que pensar en las opciones de
tratamiento o en a quien acudir para saber sobrellevar la situación.
Pensar en lo peor cuando uno se entera de que su hijo padece este
tipo de enfermedades es muy lógico y es un proceso natural de las personas, se
ciegan y sienten que el mundo se les viene encima.
Si bien los padres con su madurez y experiencia en la vida,
sucumben como ovejas ante la bestia que representa una enfermedad como el
cáncer, que podemos esperar del niño que está padeciendo en carne propia los
síntomas de la enfermedad, está asustado al acudir a una clínica fría, donde
todo está extremadamente limpio, el señor a quien le dicen doctor le habla como
si lo conociera de toda la vida y lo toca o mira su cuerpo sin ninguna
discreción. La burbuja personal de intimidad, seguridad y confianza del niño ha
sido violada.
El niño está en un terreno hostil, desconcertado por que no
entiende del todo sobre que están hablando el doctor y sus padres. A esto le
sumamos la reacción de los padres que en lugar de darle una seguridad al
pequeño, el logre percibirlos tristes, enojados y preocupados. Automáticamente
el niño enfermo adopta la postura de los padres. Después, durante el proceso de
la enfermedad, se va dando cuenta que tendrá un tratamiento doloroso e incluso
va teniendo experiencias cada vez más dolorosas con este. Se da cuenta que
corre el riesgo de morir, su cuerpo ya no es tan fuerte como antes y tiene más
cansancio, deja de ir a la escuela, su cabello comienza a caerse, sigue viendo
como sus padres se preocupan más por que deben trabajar porque necesitan el
dinero pero al mismo tiempo se da cuenta que por dedicarle tiempo a él y su
tratamiento los ideales económicos y las necesidades primarias de su familia se
están viendo afectados, las personas que lo conocen lo miran de manera muy
distinta, como con lastima. Todo esto sucede mayormente mientras el principal
afectado no tiene una información clara de lo que le está sucediendo, pero si
está percibiendo que las cosas no están bien o toma como una realidad las
preocupaciones de los padres que alcanza a escuchar en sus conversaciones.
Sobre la enfermedad.
El cáncer es una de las principales causas de muerte infantil,
además constituye una situación grave y estresante que provoca en el niño
estados emocionales que a su vez generan malestares psicológicos como son
ansiedad y depresión.
La palabra Neoplasia Proviene del griego y significa “Nuevo
crecimiento. Es el proceso de proliferación descontrolada de células en un
tejido u órgano que desemboca en la formación de un neoplasma, Tumor.
En Latinoamérica el cáncer se ha adjudicado un lugar significativo
en la mortalidad infantil, llegando a ser una de las principales causas de
muerte infantil, según la sociedad Latinoamericana de Oncología Pediátrica
(SLAOP).
Las cifras de las neoplasias en Latinoamérica son aproximadas ya
que en algunos países no se tienen registros estadísticos rigurosos.
Del total de afectados por cáncer en la poblacióDiapositivas! n
mundial, el 3 o 4% corresponde a neoplasias pediátricas, también se ha podido
demostrar que los niños tienen un mejor nivel de supervivencia que los
adultos.
La incidencia de cáncer infantil es mayor en varones.
El cáncer infantil se caracteriza por ser altamente invasivo,
tiene un rápido crecimiento y desarrolla metástasis de manera temprana; la
invasión de tejidos sanos es extremadamente rápida, lo que deriva en una
sintomatología sistémica como decaimiento y pérdida de peso.
También se caracteriza por poseer una alta sensibilidad a la
quimioterapia y radioterapia, por lo tanto existirían buenas posibilidades de
mejora y/o cura de realizar a tiempo un tratamiento curativo o paliativo.
El tratamiento actual se basa en dos niveles, uno local y uno
sistémico. El local se trata con cirugía y radioterapia y el sistémico con
quimioterapia.
Con este enfoque multinivel se ha conseguido disminuir la mortalidad
de cáncer pediátrico considerablemente.
Repercusiones psicológicas y emocionales.
Sufrir una enfermedad es una situación estresante y más cuando se
trata de enfermedades crónicas como el cáncer, puesto que amenaza directamente
la supervivencia, el curso y pronostico de la enfermedad son inciertos ya que
el padecimiento puede suponer mutilaciones en el afectado, los tratamientos
interrumpen la vida cotidiana produciendo cambios importantes en los hábitos de
los pacientes y sus familiares.
En el caso de los niños, la experiencia de sufrir cáncer y estar
sometido al tratamiento es altamente traumática, más aun cuando el niño tiene
un exacto conocimiento de lo que sucede. El menor debe enfrentarse a
situaciones estresantes como los procedimientos médicos invasivos y dolorosos,
periodos de hospitalización, interrupción de la asistencia a la escuela,
perdida de la intimidad e inclusive periodos de aislamiento.
Sentimientos de temor, angustia, ira, culpa y pánico se produce en
el niño. También suelen surgir fantasías relacionadas principalmente con daño
corporal, temor a morir o quedar con algún defecto.
Muchas veces se ven obligados a faltar por periodos a la escuela o
bien llegan a abandonarla, perdiendo así el contacto con personas de su edad
que es vkital para el desarrollo del individuo.
Distintos autores e investigadores señalan que luego de realizado
el diagnostico de cáncer, es predecible que se produzca una reacción emocional
aguda, caracterizada por la aparición de síntomas ansiosos y depresivos,
también plantean que las fuentes de ansiedad varían dependiendo de la etapa de
desarrollo en la que se encuentre el niño. Así los menores de 6 años
presentarían ansiedad frente a la separación de sus figuras significativas, los
de entre 6 y 10 años manifestarían respuestas ansiosas ante los
procedimientos médicos.
Los mayores de 10 años presentarían reacciones ansiosas frente la
perdida de funciones corporales y/o de la vida.
Las reacciones emocionales pueden varias dependiendo del avance
del tiempo con la enfermedad.
En diversos estudios no se ha encontrado una diferencia
significativa en las reacciones emocionales entre niños y niñas.
Al parecer esta enfermedad en periodos críticos del desarrollo
ocasiona que este tenga algunas características distintas a los niños que no
padecen una enfermedad crónica, principalmente en lo que representa a sus experiencias
entre pares y en la interacción con los adultos.
Este comprobado que a más tiempo de padecer la enfermedad, menos
ansiedad es presentada, quizá sea porque con el transcurso del tiempo los niños
se van habituando a las características de la enfermedad, así como también a
las exigencias del tratamiento.
Fuentes
*Revista de psicología y psicología clínica 2005.
Volumen 10, Numero 2, pp 115-124.
Asociación española de psicología clínica y psicopatología (AEPCP)
Ansiedad y depresión en niños diagnosticados con cáncer.
Pamela Cabrera, Beatriz Urrutia, Verónica Vera, Mónica Alvarado y
Pablo Vera-Villarroel.
*Actualidades en psicología vol 20, núm 107, 2006, pp. 22-44
ISSN:0258-6444
Depresión en niños y niñas con cáncer.
Yolanda del Refugio Gonzales Hernández
Costa rica.
*Impacto psicosocial del cáncer en niños y adolecentes
Claudia Marcela Saucedo Melo
Residente psiquiatría, Universidad militar nueva granada, Bogotá
Roberto Chaskel
Coordinador psiquiatría infantil y adolescencia, Hospital Militar
Central, Bogotá
Conclusión.
Las enfermedades terminales como el cáncer son uno de los más
grandes temores de la mayoría de las personas, este miedo esta principalmente
fundado en el desconocimiento de los procedimientos y las posibilidades de
superar dicha enfermedad.
En esta investigación específicamente es muy notorio que los
mayores problemas vienen por la falta de comunicación entre los familiares y el
niño enfermo.
Los daños psicológicos son fuertes ya que el afectado cambia
drásticamente su estilo de vida, se enfrenta a temores propios e inducidos por
las personas que conforman su entorno, sin embargo está demostrado que los
seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptación y aceptación de los
procesos a los que nos vamos enfrentando durante nuestra vida; si bien los
procesos son difíciles, también representan experiencias muy valiosas para la
vida de las personas que padecen la enfermedad y sus familiares.
Los sobrevivientes a una enfermedad terminal pasan por todos los
procesos traumáticos casi forzosamente y al recuperarse de la enfermedad llegan
a un punto de valoración de la vida mucho mayor del que tenían antes de
enfermarse.
Los niños sobrevivientes al cáncer comúnmente guardan un gran
aprecio a sus familiares, doctores y todos los involucrados en su proceso,
también mayormente buscan la trascendencia de sus conocimientos al compartir su
experiencia con otras personas que están viviendo esas situaciones.
Creo personalmente que la debería existir en cada hospital, un
centro de información y apoyo psicológico social, que brinde apoyo a las
personas que cruzan esta penosa situación. También sería importante difundir
mas información en las escuelas y medios de comunicación sobre los avances
médicos y quirúrgicos, así como también cifras de supervivencia para abolir los
temores por desconocimiento que hay sobre esta enfermedad.
Aquí las diapositivas ---> http://www.slideshare.net/slideshow/embed_code/15127034
No hay comentarios:
Publicar un comentario