Los
días comprendidos entre el 24 y el 29 de octubre del año 1929, se produce el
quiebre de la bolsa de valores de Nueva York. Esta crisis sin precedentes se
extendió rápidamente afectando a numerosos países de América y Europa. Este
periodo de incertidumbre, que abarca (con pequeñas diferencias) toda la década
de los años 30, ha sido examinado y estudiado por incontables expertos desde
entonces, pues resulta un evento que sentó
precedente, sirviendo como paradigma sobre hasta que punto una crisis
financiera global puede llegar a extenderse, así como de los efectos que pueda
llegar a tener sobre todos los involucrados.
CAUSAS DE LA DEPRESIÓN
Han
sido numerosas las teorías que se han postulado para querer explicar las
diferentes causas que provocaron la gran depresión, aunque hay consenso en que
se trataron de diferentes factores económicos y sociales que se afectaron unos
a los otros, provocando repercusiones cada vez mas grandes.
De
entre algunas de las teorías que se han barajado para exponer a esta serie de
sucesos, el factor de la “sobreproducción” ha estado siempre entre las más
aceptadas. Este fenómeno, el cual tuvo mayor presencia en los Estados Unidos,
sucedió debido a que los niveles de producción que manejaban las distintas
empresas estadounidenses era de tal magnitud, que ya no obedecía a las leyes de
oferta-demanda, pues esta había rebasado por completo a las necesidades reales
de consumo de su país desde hacia casi un lustro atrás. Silva señala las
diferentes causas de la sobreproducción:
·
“Distribución
desigual de las rentas, que lleva implícita la limitación del consumo a las
capas sociales más ricas, que en la mayor parte de los países no eran muy
numerosas. Galbraith señala que en los Estados Unidos el 5 por 100 de la
población recibía la tercera parte de la renta nacional.
·
Mantenimiento de precios de monopolio, tipo
cartel, que obligaba a la existencia de grandes cantidades de stocks sin
vender, al comprometerse los fabricantes a mantener unos precios pactados de
antemano.
·
Desfase
entre precios agrícolas e industriales: los primeros crecen más lentamente que
los segundos y hacen disminuir, por tanto, el poder adquisitivo de los
campesinos (importante clientela de la industria.
·
La
reconstrucción de las economías europeas, y el incremento de producción de
algunos países menos desarrollados o coloniales durante la guerra, junto con el
desenfreno productivo de los Estados Unidos.” (anónimo, 2008)
Otra
posible causa que se ha propuesto es el del desorden monetario que había durante
dicho periodo de tiempo.
Como
ya se ha dicho anteriormente, los años 20 se caracterizaron por dos factores:
la pérdida del valor oro y por una
excesiva dependencia financiera hacia los Estados Unidos por parte de numerosos
países de América, Europa y Asia, convirtiéndose Wall Street entonces, en el
centro financiero mas importante del mundo. Y al existir mas centros
financieros, como el de parís y el de Londres, se inicio así una competencia
que solo agrego mas inestabilidad al panorama.
Finalmente,
otra de las causas estudiadas ha sido la de la marcada desigualdad en la
recuperación económica. A partir de la segunda mitad de los años 20, surge una
tendencia al alza en numerosos países capitalistas, sin embargo, la
recuperación es altamente desigual, mientras que la mayoría de países que eran
capitalistas solamente habían tenido una recuperación parcial y relativa,
solamente los Estados Unidos había mejorado notablemente su situación, debido
sobre todo a que ahora expandía sus fronteras de consumo con dos nuevas
industrias: los electrodomésticos y la automotriz
CONSECUENCIAS SOCIALES Y POLÍTICAS
Las
consecuencias que esta gran crisis trajo consigo para todo el mundo fueron tales y de tal magnitud, que
no son pocos los historiadores que han llegado al consenso de culparla
directamente de la Segunda Guerra Mundial.
La
principal consecuencia que tuvo esta crisis mundial, y que fue la que más
dificulto la vida cotidiana para la clase trabajadora, fue la de los niveles
sin precedentes de paro, llegando mundialmente a alcanzar la cifra de 40
millones de personas sin empleo aproximadamente, esto durante la primera mitad
de la década de los 30.
Se
reconocían dos tipos de paro:
·
el parcial: contaba con sectores de la
población que en realidad no eran desempleados, sin embargo trabajaban medios turnos por lo que sus
salarios se vieron reducidos a la mitad no importando que tan bajos fuesen
desde un principio.
·
el total: eran aquellos que habían quedado
literalmente en la calle, acompañados de enfermedades, expuesto a la violencia,
mendicidad y al hacinamiento, viviendo en los barrios bajos de distintas
ciudades como ciudadanos de tercera.
El
descenso demográfico fue otra consecuencia muy importante, las tasa de
mortandad entre niños pequeños así como de adultos seniles aumentaron de manera
considerable, la falta de recursos económicos obligaron a miles a suspender
nupcias, disminuyendo con esto los niveles de natalidad, la gente no quería
tener hijos que no podrían mantener; además, en esta situación tan desesperante
obligo a miles de personas a emigrar hacia otros países con la esperanza de
mejorar su situación.
La
consecuencia política más importante que tuvo la gran depresión, es sin lugar a
dudas el auge que alcanzaron los movimientos fascistas, así como la ascensión
del nacional-socialismo en Alemania.
REPERCUSIONES EN LATINOAMÉRICA.
Latinoamérica
ha sido durante muchos años y hasta hoy día, altamente dependiente en materia
económica de los Estados Unidos; por lo que es de esperar que cuando la
estabilidad financiera del país del norte se ve desestabilizada o mermada,
llegue a repercutir necesariamente en el resto de países mas al sur, y de gran
manera. La importación de productos acabados (en su mayoría), fue durante
décadas de extrema importancia para lograr satisfacer las diferentes
necesidades de los mercados dentro de sus fronteras.
Sin
embargo, con la serie de acontecimientos que sucedieron al crack en Nueva York,
así como la subsecuente depresión financiera, numerosas compañías extranjeras
que mantenían sus operaciones dentro de los confines de varios países
latinoamericanos tuvieron que cerrar sus puertas, dejando en el desamparo a
muchos todos los involucrados nativos.
Esta
situación fue en verdad tortuosa, pero con todo y esto, logro generar ideas nuevas acerca de la expansión de sus
diferentes niveles de mercado, con la idea en mente de poder llegar a producir
por ellos mismos todos (o la mayoría) de productos que en otras circunstancias
habrían tenido que importar, y de esta manera lograr un avance hacia un estado
mas autosuficiente con respecto a los Estados Unidos.
Varias
naciones europeas influyeron en gran medida a la evolución financiera de
América latina, entre ellos se encontraron Alemania, Francia e Inglaterra.
Sirvieron como importantes prestamistas y la mayoría de sus inversiones fueron
directo hacia la energía y las materias primas.
Una
vez que la crisis había surgido, Latinoamérica resintió este suceso debido,
entre otras razones, a que a lo largo de la década de los años 20, había
pactado una serie de préstamos solicitados principalmente a los Estados Unidos.
“…la confianza que gozaban las clases
dominantes latinoamericanas inspiradas por una filosofía positivista de
progreso; las esperanzas puestas en un desarrollo del continente; la
explotación de grandes cantidades de tierras para la exportación principalmente
de productos alimenticios; el desarrollo de una infraestructura significativa
en el ámbito de los puertos, de trenes, de producción de energía eléctrica, los
progresos de los transportes intercontinentales permitiendo una mejor
integración al mercado mundial. En los tres países más desarrollados del
continente -Brasil, Argentina, México -, la inversión presentó un gran
dinamismo en la década de los 20, y estaba financiada por emisiones de títulos
bien cotizados en los Estados Unidos y en Europa. Estos países acumulaban
enormes deudas pero todos, ya sean acreedores, deudores o operadores de los
mercados financieros, estaban convencidos que las exportaciones crecerían de
manera permanente asegurando el pago del servicio de la deuda”. (Tossaint, 2003
p.2)
En
todo el continente la pobreza fue aumentando cada vez mas, agravando la situación
de países en los cuales esa condición ya era (y sigue siendo) un problema.
Estas condiciones, sumadas al desempleo y bajo nivel adquisitivo, encendió en
buena manera un claro repudio hacia lo que llamaban “el imperialismo
estadounidense”, lo que fue causante de que a lo largo del siglo XX surgieran
en distintos puntos del continente corrientes del tipo socialista.
Hubo
varios tipos de reacciones latinas hacia lo que estaba sucediendo, Ramírez
Necochea (1966) distingue tres que sobresalen de entre todas:
“a) Los avanzados elementos populares –
especialmente la clase obrera e intelectuales de las capas medias- preconizaban
cambios revolucionarios tales como la reforma agraria, la realización de
medidas antiimperialistas, el acelerado desarrollo industrial y el ascenso del
pueblo al poder político.
b) Los elementos tradicionales… se
aferraban al orden vigente y trataban de mantenerlo a través de inauditos
esfuerzos…
c) Ciertos sectores de las clases
dirigentes, apoyándose en las capas medias y poniendo en actividad a miembros
de las fuerzas armadas, se orientaron a promover y a implantar regímenes
dictatoriales que… aplacaran el creciente malestar social.”
(Ramírez, 1967, p. 14)
Los
Estados Unidos apoyaron sobre todo esta ultima afirmación, ya fuese de manera
directa o indirecta y variando de lugar en lugar, ya que de esta manera, podía
mantener su influencia sobre los distintos territorios de Latinoamérica e
inclusive, protegerse de posibles revoluciones antiimperialistas.
REPERCUSIONES EN MÉXICO
México,
al igual que la gran mayoría de las naciones de América latina, dependía
enormemente de la estabilidad económica de los estados unidos, por lo que
cuando esta sufría de alteraciones, las consecuencias que traían consigo
repercutían necesariamente en nuestro país.
En Latinoamérica,
la crisis provocada por el Crack del 29
causo, entre otras cosas, el cierre de numerosas empresas estadounidenses que
laboraban en dichos territorios. En un
principio, esto provocaría un rezago en el crecimiento económico de los países
involucrados; sin embargo, esta situación sirvió para que los gobiernos de las
naciones afectadas buscaran la manera de poder producir por cuenta propia aquellos
productos y materias primas que de otra manera, habrían tenido que importar
desde el extranjero.
Visto
desde ese punto de vista, esa inversión a largo plazo efectuada por varios
países latinoamericanos, sirvió como un impulso que ayudo a lograr un avance
importante para estos lugares (México incluido).
Ahora,
debido a esta situación tan delicada, el pueblo mexicano busco acercarse mas y
de manera mas activa a las tomas de decisiones que concernían a la situación
financiera del país. Tanto así que mientras que en 1910 hubo aproximadamente 20
mil votantes, para el año 1934 ya se contabilizaban alrededor de 2 millones de
participantes.
Habían
especialistas que consideraban que una mayor participación por parte del estado
ayudaría a estabilizar la situación económica del país, pero acciones que
tomaban gobiernos extranjeros, como el de apoyar a defender los intereses de
los centenares de empresas provocaron problemas para los gobiernos que
intentaban recuperarse a duras penas.
Llegados
a este puto, México optó por seguir con una política de corte nacionalista, el
gobierno buscaba mostrar al pueblo la importancia que tenia el tener la
capacidad de ser autónomos y eficientes, mostrando con esto, los primeros
vestigios de populismo post-revolucionario.
REFERENCIAS
Anónimo (2008). "La Crisis de 1929". [En
línea]Dirección URL: http://www.zonaeconomica.com/crisis-1929 (Consultado el 05
de Mayo de 2016)
Morales A. (s/f). ¿De que manera la Gran Depresión afecto la
política mexicana? 1929-1934. mayo 5, 2016, de Gaceta de ciencia política
Sitio web:
https://www.academia.edu/2606906/_De_qué_manera_la_Gran_Depresión_afectó_la_política_mexicana_1929-1934
Ramírez, H. (1966) Los Estados Unidos y América Latina
(1930-1965) Editorial Palestra. Buenos Aires
Toussaint, E. (2003) La Crisis de la Deuda Externa de América
Latina en los siglos XIX y XX. [Documento en Línea] Ramírez, H. (1966) Los
Estados Unidos y América Latina (1930-1965) Editorial Palestra. Buenos Aires consultado
en http://users.skynet.be/cadtm/pages/espanol/toussaint01.pdf [05/05/2006]
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