lunes, 7 de diciembre de 2015

Reseña de la novela FAHRENHEIT 451 Ray Bradbury 1953

Felicidad.
O estabilidad.
En otras palabras orden.
Eso busca la raza humana, cada individuo, toda sociedad. O casi todos según sus visiones.
Logros y preocupaciones, problemas, costumbres, hábitos, acciones, labores.
Esto es lo que se encuentra en el camino para conseguir la felicidad, donde pareciera que no lo hacen con esa intención pero, intervienen precursores que pueden llamarse como quieran por ejemplo servidores públicos colaborando y diseñando sin mucho esfuerzo la verdad, con grandes herramientas como lo es la tecnología, es que emprenden tan grande tarea. Como tan conveniente sea el beneficio, de la misma talla será la disposición.

Este libro, ofrece una trama donde se queman los libros.
Las cosas están al revés.
Situada en un tiempo en el que se prohíbe leer. Conservar libros. Hablar de lo que hablan los libros.
Es una ficción, descabellada. Una completa irrealidad…

 ¿Por qué leer?  ¿Para qué preocuparse? ¿Por qué leer a personas y sus ideas cuando éstas ya no existen?
¿Pensar? ¿Para qué?
¡No!
Eso trae problemas, obviamente el gobierno se ve amenazado. Y el gobierno después de todo no es tan soberbio, aparte de sus beneficios también tiene la intención de satisfacer nuestras necesidades y hasta cuidarnos de inquietudes y emociones “literarias” exprimiendo todo conocimiento obsoleto, pues todo ya se dio, y lo mejor llegó con la tecnología, todo más rápido, todo al instante, sin trabajo, se aportó lo que se tenía que aportar y eso lo supieron aprovechar muy bien en ese gobierno.
Los folletos o revistas son únicamente permitidos si los encuentran apropiados para el público, la sociedad, según el sistema gubernamental, absolutamente todo era apropiado o no apropiado, permitido y no permitido según lo designara los servidores públicos al fin y al cabo la vida era muy sencilla, se basaba en tener mucho tiempo libre después de las labores, en las noches no se hacía nada más que ver las pantallas donde podían interactuar con los amigos, familiares, vecinos. Pero nada de libros, la sociedad abastecida de tecnología, sin tantas obligaciones, solo una importante que era obedecer la ley, con eso era suficiente para vivir en armonía.
La única pregunta general es ¿qué tan lejos estamos de una realidad así?
¿Nos afectaría en lo emocional? ¿Nos sentiríamos afectados por dicha forma de vida? O ¿estaríamos muy tranquilos?
“Pensemos”, o “imaginemos”, (estas dos acciones dentro de FAHRENHEIT, son mal vistas, lo bueno es que solo es una novela, de lo contario ya estaríamos arrestados)
Para leer, se necesitan escritos, textos, libros; ¿de dónde pues, se consigue dichos artículos?
De las mentes, de personas pensantes, hablamos de calidad, textura de información como dijera el viejo ex profesor Faber. 
Si está prohibido leer… ¿qué pasa con las personas letradas, con el hambre de aprendizaje, el deseo de conocer, investigar, la educación?
¿Qué tipo de sociedad aceptaría tal cosa?
Un gobierno con tal sociedad tan pasiva estaría tan cómodo, sin preocupaciones, solo implementaría reglas o códigos de seguridad para que de esa forma la vida siga sin dificultades.
Entonces encontramos, educación, y sociedad, en esta novela el planteamiento de dicho regir está en la felicidad, y pensar no sirve de nada exceptuando en que trae a quien se revele, problemas y castigo.
La historia se desarrolla en un futuro donde como ya se dijo, leer libros está prohibido por la ley.
Para evitar que la gente lea libros, el gobierno ordena quemar las casas de aquellos que conserven alguno. En esta sociedad los bomberos son quienes generan los incendios.
Nuestro personaje principal, Guy Montag.
Montag era un hombre que había sido bombero desde que tenía 20 años y que tenía una vida tranquila, era parte de la sociedad idiotizada por el gobierno. La televisión tenía controlada a la gente, les impedía pensar, les había quitado toda habilidad de razonar. Montag era así, vivía creyendo que su vida era normal y que, quemar libros le daba la felicidad que necesitaba.
Un día conoció a Clarisse McClellan, una muchacha que tenía una visión diferente del mundo, ella sabía que algo no estaba bien con los demás, esto hacia que todos pensaran que de alguna forma estaba loca. A Montag también le pareció extraña aquella muchacha, nunca nadie le había hecho tantas preguntas que lo hicieran pensar en algo más que su vida rutinaria y en quemar libros, ella parecía saber tantas cosas. Poco a poco, con la ayuda de Clarisse, Montag se fue dando cuenta que su vida era una fantasía, que podían haber cosas más allá de lo que su estilo de vida le permitía imaginar, Montag empezaba a dudar.
La influencia de Clarisse duró muy poco, pues eran muchos los días en que la dejó de ver cuando se enteró por Mildred que la chica había sido arrollada por un automóvil y su familia se exilió de la presión del gobierno represor.
En una ocasión Montag se dirigió a provocar un incendio, habían encontrado un libro en la casa de la señora Blake, tenían que quemar la casa. La señora se resistía a salir de su hogar, prefería quemarse con la casa a abandonar sus libros, esto le sorprendió a Montag. ¿Qué podía haber en aquellos libros que provocaba cosas como esta? –pensaba-. Al empezar a quemar la casa de la señora Blake, accidentalmente, un libro cayó en las manos de Montag y este lo oculto adentro de su ropa, llevándoselo hasta su casa. Para él, las cosas ya no tenían tanto sentido ahora, siempre le habían dicho que los libros eran una amenaza y que provocaban guerras. Esto hizo que Montag quisiera dejar temporalmente su trabajo.
Beatty quien era su jefe fue a visitarlo para ver cómo se encontraba, parecía que sabía lo que Montag escondía. Platicaron de la salud de Montag y después Beatty se marchó.
Montag le habló a Mildred, su esposa, tenía que contarle lo que había hecho, Mildred se acercó y fueron juntos hasta donde tenía los libros, sacó uno, luego otro y otro y otro...
Mildred no quería creer lo que veía, ella estaba convencida de todo lo que le habían dicho acerca de los libros. Trató de convencer a Montag de quemarlos y éste, al mismo tiempo, la estaba convenciendo de leerlos. No puede ser tan malo lo que hay en estos libros –decía Montag-. De alguna forma convenció a Mildred de no decir nada. No había con quien recurrir y en ese momento Montag se acordó de Faber, alguien que había conocido anteriormente, era un viejo ex profesor de alguna universidad, y pensó que este podría ayudarlo a entender lo que estaba escrito en aquellos libros.
Fue a la casa de Faber, este con mucho miedo lo recibió después de algunos minutos. Le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para poder enfrentar a Beatty porque solo no sabría que decirle a su jefe. Faber le dio un radio-caracol y así se podrían comunicar entre ellos.
Montag se fue a su casa, en donde Mildred estaba cenando con la señora Phelps y la señora Bowles. La conversación de aquellas señoras iba de lo banal a lo vació, Montag escuchaba con incredulidad todo lo que se decía ahí, Montag no pudo contenerse al escuchar tantas cosas sin sentido y se dejo llevar por la ira que sentía en ese momento, saco uno de los libros que tenia escondidos y se los enseño a las señoras, tratando tal vez de demostrables lo inútil que era su existencia y que en aquellos libros podrían tener la respuesta. Las mujeres sorprendidas por lo que veían, no pudieron evitar que Montag leyera una poesía de aquel libro. Mildred tratando de encubrir a su esposo trato de hacerles creer a las mujeres que aquello fue una broma, que a los bomberos les estaba permitido llevarse alguna vez un libro para jugarle alguna broma a su familia o amigos, después de eso las mujeres se retiraron del lugar.
Montag regresó a su trabajo tratando de ocultar lo que había hecho. Llegó a la estación donde se encontraban Beatty y sus compañeros de trabajo. La alarma sonó, era hora de ir a provocar otro incendio. Llegaron al lugar. Montag estaba sorprendido, era su casa la que tenían que quemar esta vez. Mildred y las señoras a las que les leyó poesía habían delatado a Montag.

Beatty con una cara de satisfacción le ordenó a Montag que quemara la casa, quería disfrutar cómo Montag quemaba su propia casa. Entonces Beatty apretó el encendedor y miro fascinado la llama que quemaba la casa. Todo esto provocó que Montag en un descuido de Beatty le prendiera fuego. Montag era ahora un fugitivo, había matado a Beatty.
Faber le dijo que podía escaparse por el río y luego por las vías del tren y que ahí podía encontrar a otros como él. Así lo hizo Montag, emprendió la huida, mientras tanto los helicópteros rondaban la ciudad, buscándolo. Montag pudo llegar hasta el río, siguió las vías del tren y se encontró a las personas que le había comentado Faber, algunos eran ex profesores de Harvard, otros de Cambridge y unos más al igual que el eran ex bomberos.
Lo recibieron como si lo estuvieran esperando, le dijeron que estaba a salvo ahora, ellos también habían seguido toda la persecución, la cual había televisado el gobierno, Montag se les había escapado, pero estos al no querer reconocerlo, le hicieron creer al publico que lo habían encontrado y tomaron como víctima a alguien que había salido a caminar en la noche, tal vez producto de insomnio o solo diversión, esto le costó la vida.
Montag ya en las colinas, podía al fin platicar con otros como él, personas que eran como bibliotecas andantes, se habían aprendido libros completos, y después los habían desechado, todo esto para que no tuvieran de qué culparlos.
Mientras tanto la guerra comenzó y terminó en un instante en la ciudad….
O ¿no?






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