RESEÑA
A
orillas del Río Piedra me senté y lloré
El nombre del
escritor de este libro es Paulo Cohelo, él nació en Río de Janeiro en Brasil,
en el año de 1947.
Fue consagrado como uno de los grandes escritores de
nuestros tiempos, a causa de un camino de éxitos que obtuvo por medio de los
libros “El Alquimista” y “El peregrino”.
La historia se desarrolla en varios lugares de España;
Madrid, San Martín de Unx, Soria y Zaragoza. Y también en Francia; Saint-Savin,
Lourdes y los Pirineos.
Como verán en el título del libro se menciona un río, el
cual tiene por nombre Río Piedra y se encuentra situado junto al Monasterio de
Piedra en España. Cuenta la leyenda que las aguas de dicho río son tan heladas
que todo lo que llega a caer en él ya sean hojas, insectos etc.; inmediatamente
se convierte en piedra.
La historia se basa en dos amigos que vivieron juntos en
Soria, España durante su infancia y adolescencia, los cuales estaban enamorados
en secreto uno del otro, pero al ser niños les ganaba el temor de ser
rechazados y por dicha razón los dos prefirieron ocultarlo. Aunque un día él había
tratado de decirle a ella que la quería pero pasaron ciertas cosas que le
impidieron decirle “te quiero” una frase que había ensayado por mucho tiempo
pero que no pudo llevar a cabo y prefirió dejarlo para otro momento.
Pero al crecer él se va a recorrer el mundo en busca de
su destino, mientras que ella al terminar la escuela se muda a Zaragoza en
donde continúa con sus estudios para conseguir un buen empleo, también busca un
esposo estable con el cual pueda casarse y tener hijos. Simplemente lo que ella
está buscando y lucha por conseguir es en una vida rutinaria, pero segura y sin
complicaciones.
Otro de los puntos que me gustaría mencionar es que la
historia tiene un enfoque religioso pero principalmente se inclina hacia el
rostro femenino de Dios.
Cuando cada quien ya está viviendo en diferentes, sitios
ella en Zaragoza y el visitando varias partes, se envían continuamente cartas
describiendo lo que hacen en sus vidas y los hechos más importantes que les han
ocurrido a ambos. Cuando en una de las cartas que recibe ella, él le dice que había
entrado a un seminario aunque cuando fueron pasando los días ya no le volvió a
mencionar eso y esto le hizo creer a ella que se había salido del seminario.
Unos días después ella recibió una carta en la que él le mencionaba que iba a
dar una conferencia y que a él le gustaría mucho que ella pudiera asistir. Y es
de esta manera en la que se reencuentran.
De aquí viajan juntos y visitan varios lugares los cuales
ya eh mencionado anteriormente, y es en esos viajes en donde descubren muchas
cosas uno del otro. Y aquí es donde su amor crece con mucha más intensidad pues
la llama de ese amor nunca se había extinto.
En mi opinión personal está historia me pareció muy
interesante, ya que al leerla me hizo reflexionar sobre varios aspectos de mi
vida. También puedo decir que me gustó mucho ya que me hizo suspirar al ver el
amor que se tenía esa pareja de jóvenes, enojarme al ver que ella se negaba
tanto el sentir amor hacia aquel hombre, aunque debo mencionar que en algunas
partes de la historia me costaba un poco
de trabajo entender lo que quería decir el autor, como por ejemplo en las partes
en las que se mencionaba el rostro femenino de Dios ya que yo nunca había
contemplado eso como una posible realidad para mí.
Yo recomendaría este libro a todas aquellas personas a
las que les gusten las historias de amor, y también a las que tengan una mente
abierta, ya que muchas personas no consideran al rostro femenino de Dios pues
siempre se ha inculcado su imagen con un rostro masculino.
También me gustaría recomendarlo a todas las personas en
general, a los que no les guste leer para que descubran que los libros pueden
ser muy interesantes y entretenidos y a los que no estén de acuerdo con el
rostro femenino de Dios para que puedan hacer una crítica constructiva y que
formen sus propios criterios.
Para finalizar con la reseña me gustaría citar una parte
del libro la cual se encuentra entre sus primeras páginas, que fue la que hizo
que siguiera leyendo el libro pues me pareció muy interesante.
“A orillas del río Piedra me senté y lloré. El frío del invierno me
hacía sentir las lágrimas en el rostro, que se mezclaban con las aguas heladas
que pasaban por delante de mí. En algún lugar ese río se junta con otro,
después con otro, hasta que –lejos de mis ojos y de mi corazón- todas esas aguas
se confunden con el mar.
Que mis lágrimas corran así bien lejos, para que mi amor nunca sepa que
un día lloré por él. Que mis lágrimas corran bien lejos, así olvidaré el río
Piedra, el monasterio, la iglesia en los Pirineos, la bruma, los caminos que
recorrimos juntos.
Olvidaré los caminos, las montañas y los campos de mis sueños, sueños
que eran míos y que yo no conocía.” (Coelho: 2003).
No hay comentarios:
Publicar un comentario