viernes, 27 de octubre de 2017

Responsabilidad moral en el uso de redes sociales

Abstract
Como individuos pertenecientes a una sociedad moderna, estamos inmersos constantemente en el uso de redes sociales, son parte de nuestro día a día, por lo que es importante señalar la relevancia que tiene nuestra responsabilidad moral  en el uso de las mismas. A través de una serie de comparaciones entre los distintos beneficios y perjuicios con los que podemos encontrarnos al utilizar las redes, pude darme cuenta que nuestra sociedad tiene una concepción errónea acerca del papel que estas juegan en nuestras vidas, otorgándoles un valor creciente, elevándolas o satanizándolas en gran manera sin darse cuenta que no dejan de ser una herramienta y que funcionan conforme nosotros queramos, puesto que somos los encargados de darles vida. Después de este análisis puedo concluir que  necesitamos realizar una serie de cambios, principalmente  haciéndonos responsables de nuestras actitudes, no saliendo por la tangente culpando a otros.
Conceptos clave a desarrollar: Responsabilidad moral - Redes sociales – Comunicación - Socialización.
En este ensayo se abordará la importancia de la responsabilidad moral de los individuos en el uso de las redes sociales, tratando de responder la incógnita planteada que hace referencia a los alcances de la responsabilidad moral en el uso de las mismas, defendiendo la tesis de que las redes sociales no son malas sino que lo realmente malo es el uso que nosotros les damos, lo cual nos lleva a hacer un análisis de los beneficios que podemos obtener de ellas y algunos perjuicios con los que podemos encontrarnos. Para dar inicio me gustaría definir la responsabilidad moral como la capacidad que tenemos como individuos para responder por acciones realizadas. Nuestra moralidad está basada en consecuencias.
La responsabilidad moral posee dos sentidos o dos momentos distintos. Actuar de forma éticamente responsable significa, en primer lugar, considerar, averiguar y asumir a priori las consecuencias de una norma ética. En segundo lugar, actuar responsablemente significa asumir el carácter "ideal" del principio ético, y por tanto, su diferencia o contradicción con las estructuras, procedimientos y normas de los consensos efectivos de la comunidad real. (ITAM, 1993).
Dentro de las redes sociales se pierde esta responsabilidad ya que no se tiene un control completo de las interacciones realizadas dentro de ellas, por lo tanto es imposible implementar consecuencias a cada acción mala llevada a cabo ahí. Un claro ejemplo entre las diferencias del mundo virtual y el mundo real es la agresión hacía un individuo. Dentro del mundo virtual es muy común encontrarnos con comentarios ofensivos o amenazantes dirigidos a una persona, los cuales nos parecen insignificantes y hasta divertidos en algunos casos sin darnos cuenta de los alcances que estos puedan llegar a tener. Nosotros, creyéndonos por alguna razón superiores, continuamos perpetrando esta situación, además sabemos que no obtendremos una consecuencia grave por nuestras acciones, la máxima consecuencia a la que aspiramos es que nuestra cuenta sea dada de baja, pero teniendo la alternativa de crear otra. Sin embargo, esto no es producto de la red social en sí, sino del uso que nosotros le damos. En cambio, en el mundo real la situación es completamente diferente, puesto que si llegamos a realizar una acción similar como sería ofender verbalmente o agredir de forma física a una persona, nuestras consecuencias serán completamente distintas, por ejemplo, esa persona tiene la capacidad de defenderse y devolvernos de inmediato la ofensa o el golpe. Es por eso que considero que se tiene una mayor responsabilidad moral en el mundo real que en el mundo virtual.
Los procesos de socialización se han ido modificando con el paso de los años, lo que ha traído la evolución de las sociedades y la aparición de distintas tecnologías. A las generaciones de los años 2000 nos ha tocado crecer con la tecnología al alcance de nuestras manos, por lo que no tenemos un punto vivencial de comparación en cuanto a la manera de socializar antigua y la actual, sin embargo, podemos darnos cuenta de esto a través de las anécdotas que nuestros padres y nuestros abuelos comparten con nosotros. Es mucho más sencillo entablar relaciones a través de dispositivos que de una manera directa (frente a frente). Detrás de un monitor adquirimos una gran confianza que con el contacto personal no se tiene, pues ahí podemos ser quienes nosotros queremos ser y no se nos juzgará por alguna cuestión física, es ahí donde podemos mostrar el intelecto y la esencia, sin embargo, no se tienen certezas. ¿Qué tan real o significativa puede ser una interacción entre dos personas reales frente a un dispositivo conectadas en un espacio virtual? Nuestra vida gira en torno a la tecnología y estamos dando valores enormes a cosas que realmente no son importantes, nos estamos dejando dominar por las nuevas tendencias en las que la esencia no tiene sentido propio, tiene mayor relevancia la forma que el fondo. Un claro ejemplo de esta situación es que en la actualidad damos más valor a una publicación con motivo de una fecha especial (cumpleaños, aniversario, graduación, etc.) en nuestro perfil cibernético que una felicitación de manera directa (visita, llamada, cita, etc.) y como en más de una ocasión he llegado a escuchar “si no está en la red, no cuenta”. Los ritmos de vida tan acelerados que tenemos hoy en día no se prestan para la convivencia de persona a persona, por lo que las herramientas electrónicas son el nuevo sistema de comunicación. Es un hecho real que el ejemplo es la mejor manera de enseñar a otros y más a aquellos que vienen detrás nuestro, por lo que debemos ser coherentes en lo que decimos y hacemos. Nuestros niños son esponjas que absorben toda la información que nosotros les transmitimos de manera directa o indirecta porque como la misma naturaleza del hombre lo dicta, están sedientos de aprendizaje. Estamos expuestos a peligros en todo momento y lugar, son cosas que dependen de miles de factores que no podemos controlar. Sin embargo, nosotros tenemos la capacidad de analizar cada una de las posibilidades y cambiar o prevenir algunas situaciones de riesgo (extorsiones, acoso, etc.). Debemos inculcar el buen uso de los instrumentos, unas tijeras pueden ser de mucha utilidad en diversas actividades cotidianas o convertirse en un arma para asesinar a alguien. 
Actualmente las comunicaciones se han abierto en gran medida lo que permite que podamos entablar relaciones con personas a kilómetros de distancia de manera instantánea, accesible y muy poco costosa. Poniendo sobre una balanza las cuestiones positivas y negativas que se abordan acerca del uso de las redes es importante aclarar que no se trata de caer en una contradicción, sino puntualizar la responsabilidad moral que tiene un individuo dentro de un espacio virtual por su naturaleza complejo. Los puntos benéficos que la tecnología aporta a la sociedad son bastantes, provocando en la mayor parte de los casos la disminución de esfuerzo. Por ejemplo, en la actualidad, se está fabricando un traductor universal, el cual facilitaría muchísimo la comunicación entre las personas de diferentes partes del mundo, disminuyendo la necesidad de aprender una lengua extranjera.
Su uso es muy sencillo porque sólo necesita elegir los idiomas que debe traducir, se mantiene presionado un botón mientras se habla e inmediatamente hace la traducción, permitiendo que dos o más personas se entiendan. (Excélsior, 2016).
Sin embargo, los idiomas son identidad y como decía Lev Vygotsky: “cada idioma es una concepción distinta del mundo”, por lo que al tener a nuestro alcance un aparato tan maravilloso como este, nos privamos de la maravilla de enriquecernos y ampliar nuestra concepción del mundo. Preferimos cambiar el conocimiento por la comodidad. Durante el último tiempo se nos ha vendido la idea de que los medios (redes sociales) son malos, haciéndonos creer que ellos son los responsables de las acciones malas realizadas en su espacio (contenido), creado en la población una antipatía por los mismos, sin embargo, esto es completamente erróneo puesto que son solo un transmisor, lo malo es el mensaje que se transmite a través de ellos. La sociedad misma se encarga de generar este contenido, pero siempre será mucho más fácil y cómodo buscar un culpable y salir por la tangente, dejando de lado nuestra responsabilidad moral.
A partir de lo anterior mencionado, puedo concluir que aún queda mucho trabajo por hacer para realmente convertirnos en una sociedad verdaderamente consciente de nuestras acciones y las repercusiones que ellas traen consigo. Es un trabajo complejo, ya que implica cambiar malos hábitos que tenemos enraizados, pero como bien dice una canción de la agrupación chilena Santa Feria: "Si yo quiero un cambio no puedo esperar acostado en la cama o tiradito en el sofá, tengo que empezar por mi debilidad, saber lo malo y bueno y el efecto que tendrá..."
Referencias:
- Hernández, A. (2016) Rompe barrera de los idiomas con nuevo traductor portátil. Las Vegas. Recuperado el 20/10/17 de: http://www.excelsior.com.mx/hacker/2016/01/16/1069184
- N/E, ITAM. (1993) La responsabilidad. N/E. Recuperado el 21/10/17 de: http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras31/texto04/sec_4.html
- Rivas, H., Martínez, R., Cruz, M. & Armenta, G. (N/E) Tipos de socialización. Formación ciudadana. Novaars Editores. Págs. 16-19.

- Santa Feria, Lo que va a pasar, Lo que va a pasar, 2013, CD.

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