WALTZ WHIT
BASCHIR
Dirección: Ari Folman.
Países: Israel
Año: 2008
Género: Animación
2008: Nominada al Oscar como mejor película de habla no
inglesa
2008: Globos de Oro: Mejor película de habla no inglesa
2008: 2 nominaciones a los BAFTA: Mejor película de habla no
inglesa y Animación
2008: nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes
Documental animado
sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) en
1982.
Todo se convierte en metáfora, tanto la historia como los elementos que componen
las imágenes y la música. Que el
documental se convirtiera en esencia del
anime no fue coincidencia, no se trato
de un intento de dar una perspectiva
diferente para llamar la atención publicitaria, fue con todo la intención
de un símbolo para otorgar un mensaje
que solamente se descifra al acabar de ver toda la obra.
Los personajes envueltos en
sueños, alucinaciones, recuerdos que se quieren olvidar; personajes que ignoran la guerra que se
encuentra enfrente de ellos, que la temen y
que prefieren no estar allí, con ella. Es el conflicto entre aceptar la
realidad o desvincularse totalmente con
la creación de un mundo que solamente ven nuestros ojos. Estas son las opciones
que deciden tomar los que sufrieron la guerra del Líbano, para sobrevivir ante un hecho fuera
de la realidad cotidiana, al surrealismo
de la guerra. Pero el verdadero
conflicto, la verdadera guerra presentada en Vals con Baschir no es la de
musulmanes contra cristianos, es el da ese surrealismo
contra el realismo. Y esta se
convierte en la metáfora completa de todo el documental. De allí que se decida ser animada, el género
que siempre va acompañada de la ficción, para hacer contra al género que
representa a la realidad: el documental.
La historia, por tanto, se
desarrolla en un una balanza ambivalente, segada entre la realidad y la
ficción, ambiente constante que invita adentrar al espectador a ese mundo
bello, que nos deja el sabor de una
hermosa historia con tonos de realismo mágico, pero que en la realidad fue un desastre doloroso y cruel.
Ari Folman, a través de sus
entrevistas intenta recordar su participación en la guerra, su negación a su
realidad de que había cooperado en la
masacre de Sabra y Chatila le impide aceptar tales recuerdos, algunos de ellos
disfrazados de alucinaciones que los hacen conceder como mentiras. Con esas entrevistas se da cuenta de algo,
que la mayoría tendía a disociar la realidad, al igual que él, y que narraban la misma historia
del choque repentino con aquella realidad seca, rifa y cruel de la guerra. El choque repentino de todos los
entrevistados es también el preparado
para la audiencia, las escenas finales, importantes para entender toda le
escancia del documental, son
elementos que hacen posible que la
historia contada no solo sean percepciones imaginadas sino también
sentidas. Haciendo que todos entremos en
la metáfora, formar parte de la historia de aquellos que zigzagueantes
entre la realidad y la ficción.
Por lo tanto el mundo que nos
presenta WALTZ WHIT BASCHIR es uno
poético e hipnótico, es la seducción presentada para caer en la trampa,
siempre la cruel trampa que nos deja
perplejos y confundidos ante tal
engaño impensado. Es el final
inesperado que siempre nos asalta,
un final que se repite a lo largo
del documental, que se trasfiere a la audiencia y que deja su mensaje, no en
una frase, en una imagen o en un sonido,
sino en una sensación que sacude.
En ella se entiende: esta guerra sucedió, murió gente inocente, perdimos
a seres queridos, fue cruel y devastadoramente innecesaria, por lo que no se
tratara de olvidar y no trataremos de ignorarla.
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