domingo, 18 de mayo de 2014

desencanto: origen de la sociologia

Introducción
El desencanto es un fenómeno complejo, que tiene entrelazados a todos los elementos de la realidad social. Que se deja ver  con toda su fuerza en  una sociedad o que  puede ser una ligera niebla que se extiende a través del tiempo. Es un fenómeno que salta de lugar a lugar, período en período.  Pueden tener secuelas que podrían causar de nuevo  su crecimiento, uno espontaneo,  o guardar silencio, acechando. Alcanza a ser engañosa prometiéndonos cambios a bien, pero al final, su verdadero rostro se muestra; la perdida de las bases en la que esta asentada la sociedad, la sensación de que se pierde el sentido de la moral,  que se sigue un camino que  esta destinado a un acantilado de destrucción e ignorancia. No hay sentido y el hombre se  a convertido en animal o en  producto de consumo, todo es corrupto, podrido o esta por ahogarse  en la obscuridad.   Todo se ha hecho mal y solamente queda la decadencia como mansión en la que todos perecernos.   Percepción de generaciones pasadas, presentes y nuevas, percepción que puede ser arrojada como pesimista y falsa o  como una alarmante verdad que nos deja horribles sueños
Todo esto es la descripción del desencanto que se dio en el arte que engendró tal fenómeno. El malestar de poetas, escritores, pintores, escultores, músicos, cineastas. Su herencia fue la destrucción de las bases del arte, representado un verdadero espejo de la realidad, en la que se iniciaba nuevos estilos con el propósito de ya no expresar ideas, para ahora, expresar emociones; emociones llenas de confusión, de ira, decepción, de búsqueda de una nuevo lenguaje y una nueva realidad. El arte es le mejor forma de ver la enfermedad, de ver el  psique  y comprender a toda una sociedad.
Pero el presente ensayo  no se intimara con la  destrucción, la pérdida  ni el quebranto que  ha causado el desencanto.   Va ser una firme interpretación de la expresión: no hay báculo que tenga un sólo extremo. En la que se mirara al desencanto como arma de doble filo, que su fin no se delimita en la corrupción de bases, sino, en revoluciones que busca el fin del mal en la sociedad. Que incluso en el se puede ver la prosperidad de nuevas creaciones y descubrimientos.  Y ver  como el desencanto logró, de  forma indirecta o no,  la creación de una nueva rama de las ciencias: la  Sociología.
Se trata de un intento de una reinterpretación del desencanto desde una perspectiva histórico-social, en la que enlaza su origen con la creación de la sociología  a través de Auguste Comte. Para dar a demostrar que el desencanto puede actuar indirectamente para el bien de la sociedad, siempre y cuando el individuo tenga la conciencia de que a pesar de todo la podredumbre se puede lograr un cambio y una regeneración.
Primera definición.
Max Weber, a través de su pensamiento, logra dar el primer paso para la definición del desencanto.  El consigue observar que la modernización occidental  se  estaba basando en un proceso de desaliento  que afectaba a las organizaciones religiosas. La modernidad exigía al individuo el sacrificio de la fe, el hombre tenia que ser profano, antirreligioso y desvincularse de lo sagrado. En cambio tenía que inclinarse por la razón, la lógica y el progreso de la ciencia.   Se trataba de una renovación, una ruptura con el pasado o, lo que podría llamarse,  una brecha generacional,  lo que proporcionaba  esa noción de crisis. Llegando hacer  nuevas generaciones se sentían totalmente apartadas por una gran grieta  en el suelo,   desechando como inconveniente o  anacrónico todo lo que venia del otro lado,  de sus antepasados.
El desencanto, según la definición de Weber,  pudo haber provocado el nacimiento de la sociología a través de Auguste Comte, pues en su personalidad se presentaba un claro rechazo a la religión, una inclinación a  una actitud científica, su disgusto por el orden social establecido y, con ello, el deseo de una reorganización intelectual, moral y religiosa. Ellos eran claros síntomas de un desencanto, de esa noción de crisis.
De hecho, se puede reforzar  este pensamiento con la idea de que el desencanto pudo haber actuado mucho antes del año de nacimiento de Comte, digamos entre los siglos XVII y XVIII, específicamente en Europa.  En los siglos que siete pensadores: Diderot, Kant, Locke, Descartes, Newton, Thomas Jefferson y Voltaire,  representaron los líderes en las tendencias de pensamiento  que serian   embanderadas con el nombre de la Ilustración o Siglo de las Luces. Ellos estaban convencidos  que la ignorancia, representada como  la obscuridad,  serian iluminadas por la razón, la ciencia y el respeto a la humanidad. Se buscaba el fin del pensamiento romántico y el triunfo de lo científico y  la razón práctica. Además, el hecho de que en éste  mismo  periodo se estaba acrecentando la tendencia a un rechazo a las religiones, principalmente la católica,  ya que las situaban como  la esclavizadoras de la inteligencia en el pasado, aunque algunos de ellos no rechazó en su totalidad a la religión. Estos últimos decidieron formarse en una la línea  llamada deísmo, una filosofía religiosa basada en lo racional, que a través del tiempo se desplego en dos ramas: el modernismo y el unitarismo.  La primera, consideraba algunos dogmas religiosos más bien como simbolismos, el segundo,   negaban la divinidad de la Santa Trinidad y la de Jesús.

Ahora podemos agregarle a la definición de  Weber un fuerte vínculo con la Ilustración, es decir, se trataba desde un principio de  una búsqueda del progreso, asentado en la ciencia y la razón, que llevo a rechazar o modificar las creencias religiosas. Se trataba del sacrificio o, mejor dicho, de un intercambio  de la fe en la religión  por la fe en la ciencia. 
Ahora, al  observar con cuidado la personalidad de Comte, se puede llegar a concluir que el fue realmente un ilustrado, pues compartía  los mismos ideales  de éste periodo. Pero hay otros elementos que formaron las características esenciales de su pensamiento, elementos de desencanto que actuaron directa o indirectamente, consiente o inconscientemente.
La esencia que se percibía de la Ilustración era de anhelo  en el perfeccionamiento de la ciencia y  visión de conseguir la  utopía,  objetivos que dieron  dirección hacia  un nuevo cambio,  la Revolución industrial.  Revolución  que es considerada como uno de los fenómenos económicos más importantes de la civilización. Sus consecuencias fueron cambios  radicales para  la vida laboral y  familiar.  En ella se notó un  gran incremento en el poder del Estado, esencialmente en lo militar. Las economías  aun basadas en la agricultura fueron consumidas por una explotación creciente de un capitalismo codicioso, creando una desigualdad que todavía persiste en nuestro tiempo.  Empezaban a sobresalir las imágenes  de niños explotados laboralmente, menores que trabajaban hasta más de 16 horas diarias y bajo condiciones peligrosas.  Mientras las maquinas  compartían el paisaje con los hombres y  la recién inventada locomotora de  Richard Trevithick se transformaba en  el icono de progreso.   Los individuos empezaban a percibir un  ambiente nuevo, totalmente desconocido hasta entonces.  
Esencialmente el nacimiento de las grandes ciudades, causadas por la prosperidad que ofrecía las industrias,  el cambio social, de la vida  íntima del individuo,  fue  suficiente   para tener sospechas del verdadero  beneficio de la civilización, hija de la modernización occidental. Estas sospechas también fueron parte de las bases para la creación de la sociología, ya que ante tales cambios era inevitable pensar en la sociedad  como un tema  polémico de conversación,  para después convertirla en foco de atención   para el estudio.
 Pero también  las estimulaciones para estimular a Comte a fundar la física social, como fue llamada en un principio  a la sociología,   tenían que ver con otro hecho que también fue consecuencia directa o indirectamente del  desencanto. Estamos hablando de  La Revolución Francesa.
 A pesar de que  logró  triunfar  con la “Declaración de los Derechos del Hombre”; (que al final no fueron tan completos, igualitarios y democráticos como se piensa en realidad) que había dejado  un aire  de  sentido  liberal y progresista que había de impulsar a Comte  a pensar que regresar a un pasado nostálgico no debía y ni podía  suceder. En cambio de todo ello  había dejado un sabor de boca de crisis,   sabor de destrucción de las bases  y las estructuras  en las que antes estaba edificada la existencia colectiva, en resumen,  no existía una unidad social como tal.
Para enfrentarse a ello  se tenía que preparar una reorganización basada en los conocimientos  de la sociología positiva, para instalar nuevas bases y formas de vida social, para lograr de esta forma insertar un pensamiento que llevaría  a una unidad social.  Se tenía que conocer las leyes, leyes fijas como las de la  ciencia, que establecían el comportamiento de la sociedad, para lograr una intervención en la realidad colectiva y así lograr una reorganización intelectual.  Se necesitaba una religión positiva, pues la religión tenía el poder de unir y regular las voluntades.  Comte imaginó una religión en la que Dios era suplantado por La Humanidad, “El Gran Ser”, donde habría santos positivos que demostraban sus servicios a la humanidad, una religión basada en la ética, el altruismo y la solidaridad. 
A pesar de su excentricidad  de su pensamiento,  se trataba de un claro intento de  poder sofocar el desencanto que invadía el pensamiento de sus contemporáneos, el pensamiento que venia desde muy atrás y  que se habían desarrollado  en una consumación: la razón frente a la fe. Pensamientos que llevo a Comte a establecer la Ley de los Tres Estados, a proclamarse  padre de la sociología  y filosofía positiva, a reivindicar un cambio político, intelectual y religioso. Comte simbolizó, de cierta manera,   la  suma  de la primera fase del desencanto social, el desencanto religioso.
Pueda que al encontrarnos con la idea de que el progreso, basada en la Ley de los Tres Estados,  en la que  llegaría como destino de la humanidad ,de innegable e irrefutable   manera, no podría tener lugar   el desencanto y sus síntomas sobre lo decepcionante que es la realidad. Pero para Aguaste Comte, que estaba rodeado de este ambiente y que de manera inconsciente lo estaba asfixiando, la solución era meramente una resolución total, de todo aquellos que ya no serbia y realzar todo lo que un sigue vivo.
Aun el desencanto siguió su camino y se detuvo a esperar. El malestar del padre de la sociología es un síntoma que se repite en individuos o en sociedades y en filosofías. Nos deja es mal sabor de luchar con  una bestia que solamente ven unos pocos, una que se  torna a diferentes formas y se vuelve inmune a cada intento de defendernos de ella. Pero al final es derrotada con las a sañas  del hombre por encontrar un mundo mejor, no es enemigo invencible, solamente lo parece porque su vida es mas larga que la del hombre, su debilidad se encuentra en la cooperación de las generaciones. En ellas esta la voluntad de aferrarse o de rendirse, de encontrar respuestas y soluciones o estar afligidos en su dolor.  Este es el mensaje que deja Auguste Comte al no aceptar su alrededor melancólico, resultado de una revolución, nos dice en sus actos que no hay camino de regreso, no  hay descenso a los orígenes, hay búsqueda de la mejora, de ir  siempre hacia adelante, en acenso.

Bibliografía

Berlin, I. (1983). Contra la corriente, ensayos sobre la historia de las ideas. Alemania : Fondo de Ciltura Económica .
Muñozledo, B. A. (1976). Historia Moderna Contemporánea. México, D.F.: Porrua .
Rosas, A. (2011). Un mundo próspero . Quo, historia mundial , 112.
Siches, L. R. (2002). Tratado general de sociología . México : Porrúa .


 



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