¿Estudiar o no estudiar?
Esa era mi pregunta cuándo salí de preparatoria, allá por el año del
2007. Si, hace diez hermosas primavera, con el resto de sus estaciones, que yo me
gradué de la prepa. Me gustaría decir que fue con cuadro de honor y que mi
familia estaba orgullosa de mi, pero la verdad es que, se aliviaron de que la
terminara, pues me tarde un año más de lo que se supone debía haberme tomado
terminar mis estudios de media superior.
Realmente no sabía que estudiar. Si bien desde finales
del 2004 casi hasta mediados del 2005 me estuve planteando que debía estudiar,
nunca di realmente con una carrera que sintiera era la correcta. Nunca sentí “el
llamado” de ninguna, no hasta que conoci
la filosofía a finales de ese 2005 y fue cuando opte por aquella carrera.
Desgraciadamente en mi familia, la filosofía es sinónimo de “morirse de hambre”
así que, para no discutir con ellos ni tener problemas, opte por dejar Sofia de
lado, con todo el dolor del mundo, y verla solo de vez en cuando mientras elegía
alguien mas con quien casarme para mi vida profesional futura.
El siguiente año, en la primavera del 2006, conocí la
danza, específicamente la danza folklórica, de la cual me enamore, aunque era
una relación en la cual sufri físicamente, la danza y yo simplemente eramos
felices, o al menos yo lo era con ella,
pese a lo que significaba para mis rodillas esguinzadas el bailar y
ensayar. Aun asi, la danza y yo terminamos igual que mi anterior decisión con
la filosofía…y me quede sin ninguna opción mas de estudio.
La vida pasaba, yo iniciaba una relación, mi segundo noviazgo
y con ello una nueva etapa de mi vida. Mientras seguía estudiándola preparatoria,
atendiendo mi relación y las cuestiones familiares, seguía sin saber que quería
estudiar o que quería para mi vida futura en el ámbito profesional, y era mas difícil
porque desde niña yo me había visualizado como ama de casa, no como
profesionista, porque lo mio son las labores del hogar, la cocina, la costura,
la familia, o al menos hasta donde yo pensaba.
Mi novio, en aquel entonces, trabajaba en la secretaria
de desarrollo social, mejor conocida como SEDESOL, yo logre tener mi primer
trabajo formal ahí, como capturista y meses después como auxiliar de promotor
social, entregando apoyos del programa OPORTUNIDADES para familias de bajos
recursos. Fue ahí donde entendí que lo
que me gustaba era ayudar, o ser un medio por el cual las personas recibieran
ayuda, pero aún seguía sin saber que carrera podría realmente. El tiempo paso,
me gradue de la preparatoria, se termino mi contrato en SEDESOL y me tome un
año sabático, al final del cual, volvi a la secretaria de desarrollo social,
pero ahora en un programa llamado 70 Y MAS que era un programa de ayuda a
grupos prioritarios, en este caso, mayores de 70 años, el cual actualmente es
65 Y MAS.
Mi contrato termino aproximadamente en el 2012, y
pareciera que con el, mi elección de estudios volvia a atosigarme, atacándome y
presionándome para decidir que estudiar, al punto que me molestaba mucho el que
me preguntaran sobre ese tema. Pero
dicen que “uno pone y Dios dispone” y
asi fue, pues con la enfermedad que en ese entonces adquirio mi madre, yo tuve
que ir a ayudarla en el hospital donde trabaja, para alijerar su carga debido a
que no le autorizaron la incapacidad por ser por tiempo indefinido mientras se
atendia y los médicos descubrían realmente que enfermedad padecia. Fue ahí donde,
enfermería me llamo la atención y opte por estudiarla, eso y la insistencia
constante de mi amada progenitora de que ya estudiara algo. Pero como toda
historia tiene que tener una tragedia, pues de lo contrario, el protagonista no
seria protagonista, todo en mi vida se vino abajo. Con la ruptura de mi relación
de casi 8 años, sumado a los problemas económicos de casa y a lo que vivi en
mis últimos dos campos clínicos, una depresión muy fuerte me ataco, no pude mas
con la carrera y no podia mas con la vida y esto se veria reflejado en mis
habitos alimenticios y rutinas sedentarias y solitarias.
Los años pasaron nuevamente, pero con ellos vino el
consuelo, el aprendizaje de mis experiencias vividas y sobretodo, la superación
de mi etapa depresiva. Decidi estudiar
de nuevo, pero seguía con la incertidumbre sobre que carrera elegir…
Fue entonces, que de repente, mientras hacia la solicitud
a la carrera, sin siquiera saber cual tomar, encontré trabajo social en la
lista de carreras de CUCHS. Ahí fue donde sentí esa chispa, ese “plus” ese algo
que necesitaba para elegir una carrera.
Despues de dos días de meditarlo y poner pros y contras en la balanza, decidí
que era la carrera para mi, podría ser útil a la sociedad, ayudar en el proceso
y sentir que era la decisión correcta, una que tome sin presiones de ningún tipo
y porque yo de verdad deseaba seguir estudiando.
Aplique el examen para el calendario 2016B.
Afortunadamente para mi propio jubilo, quede aceptada en la carrera al primer
intento, pero como la vida no seria vida si no te cobra las facturas de tus
actos y negligencias, muy a mi pesar, deje el primer semestre justo a dos mese
de terminarlo, debido a que, enferme, causa de los pocos cuidados a mi persona
durante mi periodo “de oscuridad” como suelo llamar al tiempo donde padeci depresión.
Afortunadamente, todo en cuestión de mi salud mejoro en
menos tiempo del que esperaba, si bien actualmente tengo algunos problemas, no son
impedimento para renunciar a mis estudios, por lo que puedo seguir en mi
carrera, deseosa de seguir adelante y asi terminar el camino que he decidido
recorrer, todo, un paso a la vez.
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