sábado, 23 de mayo de 2015

LA AGONÍA

La Agonía
La agonía puede ser tan lenta que puede destruir más rápido a quien rodea, o tan rápida que ni siquiera trataras de contar los segundos para tu próximo y ultimo respiro, tan rápida que tú alrededor no sabrá si llorar o respirar.
Y te encuentras ahí postrado a una cama, como si fueras nuevamente un bebe, sin dientes, poco cabello, indefenso, pequeño, débil, comiendo papilla para evitar una enfermedad, pañales odiosos, tan dependiente de manos fuertes para poderte levantar, tan dependiente de la ayuda para poder cambiarte de pijama, para que te entregue infinidad de pastillas, la rutina de todos los días. Y tu ahí obedeciendo, pero sin la misma energía de cuando pequeño, sin las fuerzas de tragarte una pastilla más.
Y es que en la mirada de tus visitantes hay una luz de esperanza, consuelo y deseo de alivio, sin embargo tu  mirada está perdida como si fuese un par de pozos hondos sin fin, donde la luz se extinguió, donde solo se encuentra ansiedad de descanso, donde solo se refleja tristeza y pidiendo a gritos silenciosos un perdón jamás antes pedido.
Que mientras te encuentras reposando en esa cama solitaria y fría, de sabanas de algodón con estampados de gatitos azules para mejor reposo, imágenes religiosas colgadas en la pared o estampitas en el mueble de un costado y  un rosario colgado de tu cuello ya cansado de esa almohada y de lleno de arrugas para solo esperar y suplicar pronta paz.
 Llega ese olor peculiar del mes de octubre, ese olor a cempasúchil, ese respiro a miedo, a dolor, a ausencia, a una pronta despedida, encerrado en esas cuatro paredes húmedas y sin una esquina para poder encontrar refugio y así ocultar tanto dolor, huir de ese sufrimiento en tus articulaciones, ese malestar en tus pulmones llenos de humo, de esa enfermedad que contrajiste hace tantos años, pero que has estado bajo control con veinte pastillas diarias, ese dolor que más que físico es el emocional el dolor de conciencia, el dolor del pecho cada vez que miras pasar tus días detrás de esa ventana donde solo percibes como se va un día más y miras la luz del día y como va llegando la luz de la luna que desearías ya fuera eterna.
Hoy todos lloran tu agonía, agonía que se está volviendo parte de la que ahora ya nombras estilo de vida, y que injusto tu pequeño mundo, al pensar en su dolor propio al verte ya cansado y derrotado de animó y salud, tus fuerzas se extinguieron como tu lucha por seguir.
                                                    Fernanda Martinez
                                                             
La duda comienza  ¿Cómo es posible hablar en un tema sociológico acerca de la agonía, si no influye en nada en debatir a la sociedad y relacionarlo? pues al consultar varios escritos relacionados mi opinión cambio a lo contrario, tal vez al principio no estaba tan segura de escribir un ensayo acerca del tema pero ahora estoy convencida que es importante hablar acerca de una situación que en algún momento de nuestra existencia pasaremos con un familiar cercano o lejano, algún amigo querido y otro solo un conocido o ya lo vivimos y cada uno tiene una manera diferente de afrontar esta situación que no es muy agradable, inclusive llega el momento de nuestra hora, llega el momento de nuestra agonía lenta o rápida y que como es normal a casi nadie le gusta pensar en la muerte porque la melancolía se apodera de nosotros con el hecho de pensar que ese ser cercano y querido ya no estará más con nosotros y nos dejara para siempre tal vez influye la cuestión del miedo o de reusarnos en atormentarse con el hecho de que llegara. Sin embargo, pensar acerca de la muerte antes que se presente, nos da la oportunidad de prepararnos para ella.
Una razón más para atribuir a porque decidí este tema, en agosto del presente año se cumple un año del fallecimiento de mi abuelo paterno, el cual sufrió mucho, no solo él sino el resto de la familia, pues junto a él padecimos el sufrimiento doloroso no solo físicamente sino emocionalmente como era de esperarse una agonía tan lenta, tan larga y tan pesada, he ahí mi inspiración del fragmento de la primer página.
El momento de escuchar la palabra agonía fácilmente deducimos que son los últimos días de su vida en lo primero que pensamos es; “está en su lecho de muerte” “ya está en fase terminal” “está por colgar los tenis” y cada quien puede sobrellevar un momento tan difícil como mejor le parezca o como mejor sienta comodidad emocional de vivir un momento que es inevitable. Y no solo hablamos de la persona en lecho de muerte que es la que se encuentra postrado en la cama sino de su alrededor que nunca estará preparado para asimilar el caso, pues no hay un instructivo, pero con las nuevas aportaciones tanto el internet como cientos de libros donde hablan de cómo vivir esta etapa, de superación, de perdidas, de despedidas, y tal vez necesario para las personas que no lo superan tienden a empezar a asistir a terapias, y como resultado puede que ayude un poco a cómo afrontar la situación. Pero no el resultado no siempre es favorable, nos podemos afrontar, que como seres humanos que somos la realidad es que no todos sabemos manejar la situación de llevar día con día la rutina de un enfermo en casa u hospitalizado.
Algunas de las características de la persona en fase terminal son:
-          Aumento de la sensación de cansancio, debilidad y somnolencia.
-          Menor interés por levantarse de la cama o de recibir visitas.
-          Menos interés por lo que sucede a su alrededor.
-          Mayor frecuencia de confusión, ocasionalmente acompañada de angustia y agitación.
Aunque si ya estamos mencionando cuales son las características de la fase es obvio y es normal que todas las personas padecen de los mismos síntomas de muerte:
-          La respiración se detiene.
-           Los intestinos o la vejiga puede desocuparse cuando su cuerpo se relaja.
-          Los ojos pueden abrirse completamente y mirar fijamente.
-           El corazón deja de latir.
-           La boca puede estar en varias posiciones, desde cerrada a completamente abierta.
-          Incapacidad para despertarse, ni con sacudidas o gritos.
Al conocer el diagnostico, o con el simple hecho de observar que nuestro ser querido tiene estos síntomas las reacciones pueden variar alternamente, pero al estar investigando me encontré con esta información, a continuación se presenta un par de cuadros donde se especifica cuáles son las reacciones del familiar frente al enfermo, no siempre es caso como ya he estado mencionando que cada individuo reaccione de la misma manera.
Barreras para diagnosticar la fase terminal
1. Esperanza de que el paciente pueda mejorar
2. Ausencia de un diagnóstico definitivo
3. Conformidad con intervenciones poco realistas o fútiles
4. Desacuerdo acerca de la situación del paciente
5. Falta de reconocimiento de los signos y síntomas clave
6. Desconocimiento sobre pautas de prescripción
7. Dificultades en la comunicación con el enfermo y su familia
8. Dudas acerca de retirar o mantener los tratamientos
9. Miedo a acortar la vida
10. Dudas acerca de la resucitación cardiopulmonar
11. Barreras culturales y espirituales
12. Aspectos médico-legales
Efectos sobre el enfermo y su familia si el diagnóstico no se realiza
1. El paciente y la familia no son conscientes de que la muerte es inminente.
2. El paciente pierde la confianza en los médicos en la medida en que parecen ignorar que su condición se deteriora.
3. El paciente y sus familiares reciben mensajes contradictorios del equipo.
4. El paciente muere sin un adecuado control de síntomas, lo que produce sufrimiento e imposibilita una muerte digna.
5. El paciente y su familia se sienten insatisfechos.
6. Existe la posibilidad de iniciar de forma inapropiada la RCP en el momento de la muerte.
7. Las necesidades culturales y espirituales no se cubren.
8. Se corre el riesgo de que aparezcan complicaciones durante el duelo y de quejas formales sobre los cuidados.
Objetivos educativos para superar las barreras al diagnóstico de la fase terminal
1. Informar de forma sensible acerca de la muerte y la agonía.
2. Trabajar en equipo multidisciplinar.
3. Prescribir de forma adecuada: suspender tratamientos inapropiados, transición de la vía oral, prescribir fármacos apropiados para los síntomas en la agonía, utilizar bombas de infusión.
4. Reconocer los signos y síntomas claves en la agonía.
5. Describir un marco ético coherente con el paciente, en aspectos como la resucitación, la retirada o el mantenimiento de tratamientos, terapias que pueden acortar la vida o terapias fútiles.
6. Tener en cuenta los ritos o tradiciones culturales y religiosas.
7. Tener en cuenta aspectos médico-legales.
8. Derivar de forma apropiada a equipos especializados.
Podemos percatar que a pesar de que solo hemos estado hablando del enfermo y a la vez del ser cercano que vive este duelo, los médicos son piezas claves para este proceso, pues ellos son los primeros transmisores al enterarse de la enfermedad y dar a conocer el estado en el que se encuentra nuestro paciente, y aunque no siempre nos encontramos con el médico adecuado para dar una noticia de esta relevancia, puesto que no todos tienen  el tacto adecuado para dar la noticia, y llegar percutir a los familiares un mayor impacto de la no aceptación.
Ahora bien como ya lo he estado mencionando anteriormente, sabemos que cualquiera que esté pasando por este proceso o haya pasado, no solo afecta de manera fisiológica, sino también el aspecto emocional y la disposición directamente al afectado.
Esto nos lleva a que expertos en el tema y a veces simplemente la lógica de tal acontecimiento, nos cegamos ante la realidad del suceso y sabemos y al mismo tiempo nos dan a conocer que hay cinco factores de suma importancia al enterarnos de tal noticia y que podemos pasar al mismo tiempo por todas ellas o solo por una, es lógico que no todos respondemos de la misma manera y que a pesar de todo no siempre es el caso de que pasemos por este proceso, habrá un cambio en nuestras vidas diarias de hoy en adelante con el conocimiento de que un integrante de nuestro hogar se está debatiendo su existencia en sus últimos días u horas a nuestro lado.
Negación:
Nos resistimos a creer que esto nos esté pasando.
El momento de la agonía, negamos con nuestros ojos lo que se ve a la simple vista, nos mentimos a nosotros mismos creyendo que las cosas cambiaran que en algún momento nos darán una buen anoticia y todo mejorara, que la realidad y el dolor simplemente son espejismos. Negamos la realidad, inventado una vaga historia, nos segamos ante el dolor, ante el sufrimiento… encontramos excusa a lo imposible, a su final próximo, creemos en que reaccionara, en que escucharemos sus últimas palabras de amor. Negaremos el final, porque descubriremos que negarlo, quita por instantes el desconsuelo, el sentimiento de un ¿Por qué a mí?...
Negación y asilamiento: La negación nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante; permite recobrarse. Es una defensa provisora y pronto será sustituida por una aceptación parcial. DRA Elisabeth Kubler-Ross
Agresividad:
Las razones sobran para sentir rabia cuando nos estamos preparados para recibir una noticia no muy alentadora. Con frecuencia, este sentimiento domina el resto porque somos probablemente incapaces de controlar lo que le está sucediendo.
La agresividad no es más que encontrar culpables, esa frustración que sale por los poros, por todo el cuerpo, esa agresividad que empapa el alma de vacíos, de preguntas sin respuestas, de silencios tardíos, de palabras hirientes. En esta etapa el alma se encuentra sin salida, como si estuviéramos en el suelo sin ánimos de querer levantarse, es aquí cuando nos damos cuenta que estamos “condenados”.  Aquellos que quisieran rescatarte en esta etapa, solo le provocamos daño, estamos tan cegados, que aquellos que extienda la mano no lo vemos, solo nos refugiamos con nuestros demonios internos para así llorar y ahogarnos con nuestro propio dolor sin pensar en el sentir del que esta aun costado o del mismo que esta postrado en cama.
Ira: La negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los por qué. Es una fase difícil de afrontar para los padres y todos los que lo rodean; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, aun injustamente. Suelen quejarse por todo; todo les viene mal y es criticable. Luego pueden responder con dolor y lágrimas, culpa o vergüenza. La familia y quienes lo rodean no deben tomar esta ira como algo personal para no reaccionar en consecuencia con más ira, lo que fomentara la conducta hostil del doliente. Dra Elisabeth Kubler-Ross
Temor:
El final se acerca y los días suelen pasar rápidos y los minuto cada vez más lentos al ver el sufrimiento, el sentir de la soledad se apresura, ese dolor que cala hondo, que carcome los sentidos. En esta etapa de temor, solo se vive de recuerdos, recuerdos que trataras de guardarlos de experiencias y aferrarte a ellas, que los pensaras por las noche, unos con bendiciones otros con maldiciones, unos con engaños otros con felicidad, el temor por recordarlos, pero sentir que es tu morfina para el dolor, y la respiración es cada vez mas lenta.
Evitar la muerte, es una reacción natural pues inconscientemente o muy conscientemente nos pactamos en a no asimilar la situación y mentirnos en que vivirá un poco más. 
Negociación: ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, más el enojo con la gente y con Dios, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar superar la traumática vivencia. Dra. Elisabeth Kubler-Ross
Suplica:
Se le suplica a la vida en forma de reclamo no sentir lo que ahora sientes que esa persona no lo merece, suplicaras por encontrarle un valor y un sentido a todo lo que siempre cuidaste y ahora solo tienes poco para demostrar todo aquello que callaste. Las  ganas de suplicar, de rogar para que el destino y la vida no venga a detener los días aquí en la tierra, la tristeza más grande, el error más eterno se apodera y la súplica aumenta.
Pero esta fase es cuando verdaderamente se comprende que la muerte se aproxima. Y comienza la depresión donde la melancolía se apodera y no sabemos cómo ocultarlo para no demostrarlo.
Depresión: cuando no se puede seguir negando la persona se debilita, adelgaza, aparecen otros síntomas y se verá invadida por una profunda tristeza. Es un estado, en general, temporario y preparatorio para la aceptación de la vida realidad en el que es contraproducente intentar animar al doliente y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo: esto es, a menudo, una expresión de las propias necesidades, que son ajenas al doliente. Esto significa que no debería pensar en su duelo y sería absurdo decirle que no este triste. Si se le permite expresar su dolor, le será más fácil la aceptación final y estará agradecido de que se lo acepte sin decirle constantemente que no este triste. Es una etapa en la se necesite mucha comunicación verbal, se tiene mucho para compartir. Tal vez se transmite más acariciando la mano o simplemente permaneciendo en silencio a su lado. Son momentos en los que la excesiva intervención de los que lo rodean para animarlo, le dificultaran su proceso de duelo. Una de las cosas que causan mayor turbación en los padres es la discrepancia entre los deseos y disposición y lo que esperan de ellos quienes lo rodean.Dra. Elisabeth Kubler-Ross
Aceptación:
Se siente esa paz, esos olores, esas sensaciones de que pronto llega el fin, la muerte de una historia un tanto bella, un tanto horrible, un tanto eterna un tanto instantánea, se quiere asimilar que no acabara, que alguien regalara unos días más a su lado, se quiere poder retroceder el tiempo,. Pero el silencio que se produce en un segundo, simplemente asimilamos que pronto dentro de ti si mismo habrá  un poco de calma, que se grita para que todo concluya lo más rápido posible, que no va haber vuelta atrás, que la muerte no tiene piedad, que los milagros no entran en esta absurda historia.
Ahora ya se es consciente que quedan pocos días y noches por llorar, por recordar, por extrañar, por arrepentirse y pedir las disculpas que durante años jamás se mencionaron, pero la agonía hace madurar a quien lo vive físicamente tanto para su alrededor emocionalmente, porque te recordara con cada lagrima, que la historia pronto terminara. Esto puede suceder si se está abierto a los sentimientos, frustraciones y asuntos que suceden cuando usted enfrenta a la muerte. Es una sensación de paz y tranquilidad. Es la aceptación de lo que está sucediendo en su vida. Aceptación no significa rendición.
Aceptación: quien ha pasado por las etapas anteriores en la que pudo expresar sus sentimientos –su envidia por los que no sufren este dolor, la ira, la bronca por la pérdida del ser cercano y la depresión- contemplará el próximo devenir con más tranquilidad. No hay que confundirse y creer que la aceptación es una etapa feliz: en un principio está casi desprovista de sentimientos. Comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad del propio dolor… la vida se va imponiendo.       Dra. Elisabeth Kubler-Ross
Como ya estuvimos viendo cada paso en este duelo tormentoso, sin esperanzas, sin el ánimo de levantarse cada día para dar un paso a seguir con el cuidado de alguien que ya no sabemos en que momento se despedirá, y que ni siquiera contamos firmemente que habrá una despedida. La doctora Elisabeth Kubler-Ross nos indica que cada una de estas etapas es una parte importante de la transición durante el proceso de sufrimiento. Y con palabras propias de la misma doctora, menciona que las etapas le ocurren a cada individuo y pueden presentarse en distinto orden en cada persona.
No podemos evitar cuestionarnos todo el tiempo, de todo acontecimiento, durante esta etapa y como ejemplo estas preguntas suelen ser comunes, cuando se está tratando con la muerte y con el proceso que lo lleva a ella.
¿Puedo cuidar de mi ser querido o de mí mismo en la casa cuando esté muriendo?
¿Cómo enfrentaré mi muerte o la de ellos?
 ¿Hay algo más que yo pudiera hacer para sentirme cómodo o para hacer que mi ser querido esté cómodo en el momento de morir?
¿Cuánto le costará esto a mi familia y a mí?
¿Cómo puedo conseguir ayuda para pagar las cuentas?
El duelo se encuentra entre el paciente en agonía, sus amigos y familiares, atraviesan como ya vimos de manera repetitiva en mis propias palabras y palabra de la Dra. Elisabeth Kubler-Ross que la conclusión llega siempre a que todos los que pasamos por este duelo atravesamos por estas etapas ya mencionadas y bien aclarecidas al igual que el desconsuelo después de, pues suele ser más difícil de soportar, según esto y como es de esperarse se llora, tiende a ser difícil conciliar el sueño y a perder el apetito, y los sentimiento suelen ser más expresivos como sentirse asustados, enojados, o agraviados al ser abandonados.
“Tanatología: ciencia que estudia la muerte y agonía y los fenómenos asociado a ellas. A pesar de que todas las sociedades han especulado sobre la muerte, su estudio sistemático es reciente. Los tanatólogos consideran que su trabajo puede beneficiar a todos, ya que la compresión del proceso de la muerte puede hacer que esta experiencia sea menos alienante y temida.                                                                                                                                               
En la décadas de 1950 y 1960 diferente sociólogos iniciaron el estudio de la psicología de la muerte y potenciaron la aparición de programas de asesoramiento y terapias para tratar los profundos problemas emocionales asociados a la muerte que existen en la sociedad”.
El momento en que llega el fin, no sabemos cómo, cuándo, y donde llegara, fácilmente podemos planificarlo y difícilmente se puede asegurar, sabemos que la vida nadie la tiene comprada, no sabemos cual tal será el dolor, la enfermedad la cual tarde que temprano ara que llegue ese momento que nadie espera pasar por este momento que nadie se salva de pasar; se pueden leer y escuchar múltiples consejos, se pueden hacer cientos de estudios de cuales son las diferentes etapas de reacción frente al dolor, pero considero que nadie lo suficientemente preparado emocionalmente para escuchar y seguir tal consejo, se puede juzgar de afuera hacia dentro y escuchar infinidad de veces de como se debe actuar, de como sobrellevar el duelo, nadie lo vivirá como los involucrados, nadie sentirá ni el dolor físico; como es el cansancio, como el dolor dela enfermedad detectada o el dolo emocional de como saber decir adiós, de como pedir perdón y perdonar.
Arrieta Ayestarán, Mila “Guía de Práctica Clínica sobre Cuidados Paliativos”. Superación de las barreras para el cuidado de los últimos días u horas. <http://www.guiasalud.es/egpc/cuidadospaliativos/completa/apartado09/atencion_ultimos_dias.html#irarriba> [última actualización: 27 de noviembre de 2008]

Buena Salud, muerte y agonía,   
  Psicología de la agonía… que piensa una persona que va a morir y sus cercanos. < http://hablemosdemisterio.com/misterio/psicologia-de-la-agonia-que-piensa-una-persona-que-va-a-morir-y-sus-cercanos >

Ruidiaz, Jessica. “Las 5 etapas del Duelo según la Dra Elisabeth Kubler-Ross”. Fundación era de abril. <http://www.eraenabril.org/2013/05/las-5-etapas-del-duelo-segun-la-dra-elisabeth-kubler-ross> [25 de mayo del 2013]

 Nowak-akey, Dolores, “Etapas de la muerte y la agonía” <http://www.ehowenespanol.com/etapas-muerte-agonia-sobre_457428/ >

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