La Agonía
La
agonía puede ser tan lenta que puede destruir más rápido a quien rodea, o tan
rápida que ni siquiera trataras de contar los segundos para tu próximo y ultimo
respiro, tan rápida que tú alrededor no sabrá si llorar o respirar.
Y
te encuentras ahí postrado a una cama, como si fueras nuevamente un bebe, sin
dientes, poco cabello, indefenso, pequeño, débil, comiendo papilla para evitar
una enfermedad, pañales odiosos, tan dependiente de manos fuertes para poderte
levantar, tan dependiente de la ayuda para poder cambiarte de pijama, para que
te entregue infinidad de pastillas, la rutina de todos los días. Y tu ahí
obedeciendo, pero sin la misma energía de cuando pequeño, sin las fuerzas de
tragarte una pastilla más.
Y
es que en la mirada de tus visitantes hay una luz de esperanza, consuelo y
deseo de alivio, sin embargo tu mirada está
perdida como si fuese un par de pozos hondos sin fin, donde la luz se
extinguió, donde solo se encuentra ansiedad de descanso, donde solo se refleja
tristeza y pidiendo a gritos silenciosos un perdón jamás antes pedido.
Que
mientras te encuentras reposando en esa cama solitaria y fría, de sabanas de
algodón con estampados de gatitos azules para mejor reposo, imágenes religiosas
colgadas en la pared o estampitas en el mueble de un costado y un rosario colgado de tu cuello ya cansado de
esa almohada y de lleno de arrugas para solo esperar y suplicar pronta paz.
Llega ese olor peculiar del mes de octubre,
ese olor a cempasúchil, ese respiro a miedo, a dolor, a ausencia, a una pronta
despedida, encerrado en esas cuatro paredes húmedas y sin una esquina para
poder encontrar refugio y así ocultar tanto dolor, huir de ese sufrimiento en
tus articulaciones, ese malestar en tus pulmones llenos de humo, de esa enfermedad
que contrajiste hace tantos años, pero que has estado bajo control con veinte
pastillas diarias, ese dolor que más que físico es el emocional el dolor de
conciencia, el dolor del pecho cada vez que miras pasar tus días detrás de esa
ventana donde solo percibes como se va un día más y miras la luz del día y como
va llegando la luz de la luna que desearías ya fuera eterna.
Hoy
todos lloran tu agonía, agonía que se está volviendo parte de la que ahora ya
nombras estilo de vida, y que injusto tu pequeño mundo, al pensar en su dolor
propio al verte ya cansado y derrotado de animó y salud, tus fuerzas se
extinguieron como tu lucha por seguir.
Fernanda
Martinez
La
duda comienza ¿Cómo es posible hablar en
un tema sociológico acerca de la agonía, si no influye en nada en debatir a la
sociedad y relacionarlo? pues al consultar varios escritos relacionados mi
opinión cambio a lo contrario, tal vez al principio no estaba tan segura de
escribir un ensayo acerca del tema pero ahora estoy convencida que es
importante hablar acerca de una situación que en algún momento de nuestra
existencia pasaremos con un familiar cercano o lejano, algún amigo querido y
otro solo un conocido o ya lo vivimos y cada uno tiene una manera diferente de
afrontar esta situación que no es muy agradable, inclusive llega el momento de
nuestra hora, llega el momento de nuestra agonía lenta o rápida y que como es
normal a casi nadie le gusta pensar en la muerte porque la melancolía se
apodera de nosotros con el hecho de pensar que ese ser cercano y querido ya no
estará más con nosotros y nos dejara para siempre tal vez influye la cuestión
del miedo o de reusarnos en atormentarse con el hecho de que llegara. Sin
embargo, pensar acerca de la muerte antes que se presente, nos da la
oportunidad de prepararnos para ella.
Una razón más para atribuir
a porque decidí este tema, en agosto del presente año se cumple un año del
fallecimiento de mi abuelo paterno, el cual sufrió mucho, no solo él sino el
resto de la familia, pues junto a él padecimos el sufrimiento doloroso no solo
físicamente sino emocionalmente como era de esperarse una agonía tan lenta, tan
larga y tan pesada, he ahí mi inspiración del fragmento de la primer página.
El momento de escuchar la
palabra agonía fácilmente deducimos
que son los últimos días de su vida en
lo primero que pensamos es; “está en su lecho de muerte” “ya está en fase
terminal” “está por colgar los tenis” y cada quien puede sobrellevar un momento
tan difícil como mejor le parezca o como mejor sienta comodidad emocional de
vivir un momento que es inevitable. Y no solo hablamos de la persona en lecho
de muerte que es la que se encuentra postrado en la cama sino de su alrededor que
nunca estará preparado para asimilar el caso, pues no hay un instructivo, pero
con las nuevas aportaciones tanto el internet como cientos de libros donde
hablan de cómo vivir esta etapa, de superación, de perdidas, de despedidas, y
tal vez necesario para las personas que no lo superan tienden a empezar a
asistir a terapias, y como resultado puede que ayude un poco a cómo afrontar la
situación. Pero no el resultado no siempre es favorable, nos podemos afrontar,
que como seres humanos que somos la realidad es que no todos sabemos manejar la
situación de llevar día con día la rutina de un enfermo en casa u hospitalizado.
Algunas de las
características de la persona en fase terminal son:
-
Aumento de la sensación de cansancio,
debilidad y somnolencia.
-
Menor interés por levantarse de la cama o de
recibir visitas.
-
Menos interés por lo que sucede a su
alrededor.
-
Mayor frecuencia de confusión, ocasionalmente
acompañada de angustia y agitación.
Aunque
si ya estamos mencionando cuales son las características de la fase es obvio y
es normal que todas las personas padecen de los mismos síntomas de muerte:
-
La respiración se detiene.
-
Los
intestinos o la vejiga puede desocuparse cuando su cuerpo se relaja.
-
Los ojos pueden abrirse completamente y mirar
fijamente.
-
El
corazón deja de latir.
-
La
boca puede estar en varias posiciones, desde cerrada a completamente abierta.
-
Incapacidad para despertarse, ni con
sacudidas o gritos.
Al
conocer el diagnostico, o con el simple hecho de observar que nuestro ser
querido tiene estos síntomas las reacciones pueden variar alternamente, pero al
estar investigando me encontré con esta información, a continuación se presenta
un par de cuadros donde se especifica cuáles son las reacciones del familiar
frente al enfermo, no siempre es caso como ya he estado mencionando que cada
individuo reaccione de la misma manera.
Barreras para diagnosticar la fase terminal
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1.
Esperanza de que el paciente pueda mejorar
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2.
Ausencia de un diagnóstico definitivo
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3.
Conformidad con intervenciones poco realistas o fútiles
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4.
Desacuerdo acerca de la situación del paciente
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5.
Falta de reconocimiento de los signos y síntomas clave
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6.
Desconocimiento sobre pautas de prescripción
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7.
Dificultades en la comunicación con el enfermo y su familia
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8.
Dudas acerca de retirar o mantener los tratamientos
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9.
Miedo a acortar la vida
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10.
Dudas acerca de la resucitación cardiopulmonar
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11.
Barreras culturales y espirituales
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12.
Aspectos médico-legales
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Efectos sobre el enfermo y su familia si el
diagnóstico no se realiza
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1.
El paciente y la familia no son conscientes de que la muerte es inminente.
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2.
El paciente pierde la confianza en los médicos en la medida en que parecen
ignorar que su condición se deteriora.
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3.
El paciente y sus familiares reciben mensajes contradictorios del equipo.
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4.
El paciente muere sin un adecuado control de síntomas, lo que produce
sufrimiento e imposibilita una muerte digna.
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5.
El paciente y su familia se sienten insatisfechos.
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6.
Existe la posibilidad de iniciar de forma inapropiada la RCP en el momento de
la muerte.
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7.
Las necesidades culturales y espirituales no se cubren.
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8.
Se corre el riesgo de que aparezcan complicaciones durante el duelo y de
quejas formales sobre los cuidados.
|
Objetivos educativos para superar las barreras al
diagnóstico de la fase terminal
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1.
Informar de forma sensible acerca de la muerte y la agonía.
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2.
Trabajar en equipo multidisciplinar.
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3.
Prescribir de forma adecuada: suspender tratamientos inapropiados, transición
de la vía oral, prescribir fármacos apropiados para los síntomas en la agonía,
utilizar bombas de infusión.
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4.
Reconocer los signos y síntomas claves en la agonía.
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5.
Describir un marco ético coherente con el paciente, en aspectos como la
resucitación, la retirada o el mantenimiento de tratamientos, terapias que
pueden acortar la vida o terapias fútiles.
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6.
Tener en cuenta los ritos o tradiciones culturales y religiosas.
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7.
Tener en cuenta aspectos médico-legales.
|
8.
Derivar de forma apropiada a equipos especializados.
|
Podemos percatar que a pesar
de que solo hemos estado hablando del enfermo y a la vez del ser cercano que
vive este duelo, los médicos son piezas claves para este proceso, pues ellos
son los primeros transmisores al enterarse de la enfermedad y dar a conocer el
estado en el que se encuentra nuestro paciente, y aunque no siempre nos
encontramos con el médico adecuado para dar una noticia de esta relevancia,
puesto que no todos tienen el tacto
adecuado para dar la noticia, y llegar percutir a los familiares un mayor
impacto de la no aceptación.
Ahora bien como ya lo he
estado mencionando anteriormente, sabemos que cualquiera que esté pasando por
este proceso o haya pasado, no solo afecta de manera fisiológica, sino también
el aspecto emocional y la disposición directamente al afectado.
Esto nos lleva a que
expertos en el tema y a veces simplemente la lógica de tal acontecimiento, nos
cegamos ante la realidad del suceso y sabemos y al mismo tiempo nos dan a
conocer que hay cinco factores de suma importancia al enterarnos de tal noticia
y que podemos pasar al mismo tiempo por todas ellas o solo por una, es lógico
que no todos respondemos de la misma manera y que a pesar de todo no siempre es
el caso de que pasemos por este proceso, habrá un cambio en nuestras vidas
diarias de hoy en adelante con el conocimiento de que un integrante de nuestro
hogar se está debatiendo su existencia en sus últimos días u horas a nuestro
lado.
Negación:
Nos resistimos a creer que
esto nos esté pasando.
El momento de la agonía,
negamos con nuestros ojos lo que se ve a la simple vista, nos mentimos a
nosotros mismos creyendo que las cosas cambiaran que en algún momento nos darán
una buen anoticia y todo mejorara, que la realidad y el dolor simplemente son
espejismos. Negamos la realidad, inventado una vaga historia, nos segamos ante
el dolor, ante el sufrimiento… encontramos excusa a lo imposible, a su final
próximo, creemos en que reaccionara, en que escucharemos sus últimas palabras
de amor. Negaremos el final, porque descubriremos que negarlo, quita por
instantes el desconsuelo, el sentimiento de un ¿Por qué a mí?...
Negación
y asilamiento: La negación nos permite amortiguar el dolor ante una noticia
inesperada e impresionante; permite recobrarse. Es una defensa provisora y
pronto será sustituida por una aceptación parcial. DRA Elisabeth Kubler-Ross
Agresividad:
Las razones sobran para
sentir rabia cuando nos estamos preparados para recibir una noticia no muy
alentadora. Con frecuencia, este sentimiento domina el resto porque somos probablemente
incapaces de controlar lo que le está sucediendo.
La agresividad no es más que
encontrar culpables, esa frustración que sale por los poros, por todo el cuerpo,
esa agresividad que empapa el alma de vacíos, de preguntas sin respuestas, de
silencios tardíos, de palabras hirientes. En esta etapa el alma se encuentra
sin salida, como si estuviéramos en el suelo sin ánimos de querer levantarse, es
aquí cuando nos damos cuenta que estamos “condenados”. Aquellos que quisieran rescatarte en esta
etapa, solo le provocamos daño, estamos tan cegados, que aquellos que extienda
la mano no lo vemos, solo nos refugiamos con nuestros demonios internos para así
llorar y ahogarnos con nuestro propio dolor sin pensar en el sentir del que
esta aun costado o del mismo que esta postrado en cama.
Ira:
La negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen
todos los por qué. Es una fase difícil de afrontar para los padres y todos los
que lo rodean; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, aun
injustamente. Suelen quejarse por todo; todo les viene mal y es criticable.
Luego pueden responder con dolor y lágrimas, culpa o vergüenza. La familia y
quienes lo rodean no deben tomar esta ira como algo personal para no reaccionar
en consecuencia con más ira, lo que fomentara la conducta hostil del doliente.
Dra Elisabeth Kubler-Ross
Temor:
El final se acerca y los
días suelen pasar rápidos y los minuto cada vez más lentos al ver el
sufrimiento, el sentir de la soledad se apresura, ese dolor que cala hondo, que
carcome los sentidos. En esta etapa de temor, solo se vive de recuerdos,
recuerdos que trataras de guardarlos de experiencias y aferrarte a ellas, que
los pensaras por las noche, unos con bendiciones otros con maldiciones, unos
con engaños otros con felicidad, el temor por recordarlos, pero sentir que es
tu morfina para el dolor, y la respiración es cada vez mas lenta.
Evitar la muerte, es una
reacción natural pues inconscientemente o muy conscientemente nos pactamos en a
no asimilar la situación y mentirnos en que vivirá un poco más.
Negociación:
ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, más el enojo con la gente y
con Dios, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar superar
la traumática vivencia. Dra. Elisabeth Kubler-Ross
Suplica:
Se le suplica a la vida en
forma de reclamo no sentir lo que ahora sientes que esa persona no lo merece, suplicaras
por encontrarle un valor y un sentido a todo lo que siempre cuidaste y ahora
solo tienes poco para demostrar todo aquello que callaste. Las ganas de suplicar, de rogar para que el destino
y la vida no venga a detener los días aquí en la tierra, la tristeza más
grande, el error más eterno se apodera y la súplica aumenta.
Pero esta fase es cuando
verdaderamente se comprende que la muerte se aproxima. Y comienza la depresión
donde la melancolía se apodera y no sabemos cómo ocultarlo para no demostrarlo.
Depresión:
cuando no se puede seguir negando la persona se debilita, adelgaza, aparecen
otros síntomas y se verá invadida por una profunda tristeza. Es un estado, en
general, temporario y preparatorio para la aceptación de la vida realidad en el
que es contraproducente intentar animar al doliente y sugerirle mirar las cosas
por el lado positivo: esto es, a menudo, una expresión de las propias necesidades,
que son ajenas al doliente. Esto significa que no debería pensar en su duelo y
sería absurdo decirle que no este triste. Si se le permite expresar su dolor,
le será más fácil la aceptación final y estará agradecido de que se lo acepte
sin decirle constantemente que no este triste. Es una etapa en la se necesite
mucha comunicación verbal, se tiene mucho para compartir. Tal vez se transmite más
acariciando la mano o simplemente permaneciendo en silencio a su lado. Son
momentos en los que la excesiva intervención de los que lo rodean para
animarlo, le dificultaran su proceso de duelo. Una de las cosas que causan
mayor turbación en los padres es la discrepancia entre los deseos y disposición
y lo que esperan de ellos quienes lo rodean.Dra. Elisabeth Kubler-Ross
Aceptación:
Se siente esa paz, esos
olores, esas sensaciones de que pronto llega el fin, la muerte de una historia
un tanto bella, un tanto horrible, un tanto eterna un tanto instantánea, se
quiere asimilar que no acabara, que alguien regalara unos días más a su lado,
se quiere poder retroceder el tiempo,. Pero el silencio que se produce en un
segundo, simplemente asimilamos que pronto dentro de ti si mismo habrá un poco de calma, que se grita para que todo
concluya lo más rápido posible, que no va haber vuelta atrás, que la muerte no
tiene piedad, que los milagros no entran en esta absurda historia.
Ahora ya se es consciente
que quedan pocos días y noches por llorar, por recordar, por extrañar, por
arrepentirse y pedir las disculpas que durante años jamás se mencionaron, pero
la agonía hace madurar a quien lo vive físicamente tanto para su alrededor
emocionalmente, porque te recordara con cada lagrima, que la historia pronto
terminara. Esto puede suceder si se está abierto a los sentimientos, frustraciones
y asuntos que suceden cuando usted enfrenta a la muerte. Es una sensación de
paz y tranquilidad. Es la aceptación de lo que está sucediendo en su vida.
Aceptación no significa rendición.
Aceptación:
quien ha pasado por las etapas anteriores en la que pudo expresar sus
sentimientos –su envidia por los que no sufren este dolor, la ira, la bronca
por la pérdida del ser cercano y la depresión- contemplará el próximo devenir
con más tranquilidad. No hay que confundirse y creer que la aceptación es una
etapa feliz: en un principio está casi desprovista de sentimientos. Comienza a
sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene
tanta necesidad del propio dolor… la vida se va imponiendo. Dra. Elisabeth Kubler-Ross
Como ya estuvimos viendo
cada paso en este duelo tormentoso, sin esperanzas, sin el ánimo de levantarse
cada día para dar un paso a seguir con el cuidado de alguien que ya no sabemos
en que momento se despedirá, y que ni siquiera contamos firmemente que habrá
una despedida. La doctora Elisabeth Kubler-Ross nos indica que cada una de
estas etapas es una parte importante de la transición durante el proceso de
sufrimiento. Y con palabras propias de la misma doctora, menciona que las
etapas le ocurren a cada individuo y pueden presentarse en distinto orden en
cada persona.
No podemos evitar
cuestionarnos todo el tiempo, de todo acontecimiento, durante esta etapa y como
ejemplo estas preguntas suelen ser comunes, cuando se está tratando con la
muerte y con el proceso que lo lleva a ella.
¿Puedo cuidar de mi ser
querido o de mí mismo en la casa cuando esté muriendo?
¿Cómo enfrentaré mi muerte o
la de ellos?
¿Hay algo más que yo pudiera hacer para
sentirme cómodo o para hacer que mi ser querido esté cómodo en el momento de
morir?
¿Cuánto le costará esto a mi
familia y a mí?
¿Cómo puedo conseguir ayuda
para pagar las cuentas?
El duelo se encuentra entre
el paciente en agonía, sus amigos y familiares, atraviesan como ya vimos de
manera repetitiva en mis propias palabras y palabra de la Dra. Elisabeth
Kubler-Ross que la conclusión llega siempre a que todos los que pasamos por
este duelo atravesamos por estas etapas ya mencionadas y bien aclarecidas al
igual que el desconsuelo después de, pues suele ser más difícil de soportar,
según esto y como es de esperarse se llora, tiende a ser difícil conciliar el
sueño y a perder el apetito, y los sentimiento suelen ser más expresivos como
sentirse asustados, enojados, o agraviados al ser abandonados.
“Tanatología:
ciencia que estudia la muerte y agonía y los fenómenos asociado a ellas. A
pesar de que todas las sociedades han especulado sobre la muerte, su estudio sistemático
es reciente. Los tanatólogos consideran que su trabajo puede beneficiar a
todos, ya que la compresión del proceso de la muerte puede hacer que esta
experiencia sea menos alienante y temida.
En
la décadas de 1950 y 1960 diferente sociólogos iniciaron el estudio de la
psicología de la muerte y potenciaron la aparición de programas de
asesoramiento y terapias para tratar los profundos problemas emocionales
asociados a la muerte que existen en la sociedad”.
El momento en que llega el
fin, no sabemos cómo, cuándo, y donde llegara, fácilmente podemos planificarlo
y difícilmente se puede asegurar, sabemos que la vida nadie la tiene comprada,
no sabemos cual tal será el dolor, la enfermedad la cual tarde que temprano ara
que llegue ese momento que nadie espera pasar por este momento que nadie se
salva de pasar; se pueden leer y escuchar múltiples consejos, se pueden hacer
cientos de estudios de cuales son las diferentes etapas de reacción frente al
dolor, pero considero que nadie lo suficientemente preparado emocionalmente
para escuchar y seguir tal consejo, se puede juzgar de afuera hacia dentro y
escuchar infinidad de veces de como se debe actuar, de como sobrellevar el
duelo, nadie lo vivirá como los involucrados, nadie sentirá ni el dolor físico;
como es el cansancio, como el dolor dela enfermedad detectada o el dolo
emocional de como saber decir adiós, de como pedir perdón y perdonar.
Arrieta Ayestarán, Mila
“Guía de Práctica Clínica sobre Cuidados Paliativos”. Superación de las
barreras para el cuidado de los últimos días u horas. <http://www.guiasalud.es/egpc/cuidadospaliativos/completa/apartado09/atencion_ultimos_dias.html#irarriba>
[última actualización: 27 de noviembre de 2008]
Buena Salud, muerte y agonía,
Psicología de la agonía… que piensa una
persona que va a morir y sus cercanos. < http://hablemosdemisterio.com/misterio/psicologia-de-la-agonia-que-piensa-una-persona-que-va-a-morir-y-sus-cercanos
>
Ruidiaz, Jessica. “Las 5 etapas del Duelo según la Dra Elisabeth Kubler-Ross”. Fundación era de abril. <http://www.eraenabril.org/2013/05/las-5-etapas-del-duelo-segun-la-dra-elisabeth-kubler-ross> [25 de mayo del 2013]
Nowak-akey, Dolores, “Etapas de la muerte y la agonía” <http://www.ehowenespanol.com/etapas-muerte-agonia-sobre_457428/ >
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