Homofobia:
El término homofobia hace referencia a la aversión (fobia, del griego antiguo Φόϐος,fobos, ‘pánico’) obsesiva1 contra hombres o mujeres homosexuales, aunque generalmente también se incluye a las demás personas que integran a la diversidad sexual, como es el caso de las personas bisexuales o transexuales, y las que mantienen actitudes o hábitos comúnmente asociados al otro sexo, como los metrosexuales y los hombres con ademanes tenidos por femeniles o las mujeres con ademanes tenidos por varoniles. El adjetivo es «homófobo» u «homofóbico».
Existe cierto relativismo sobre lo que abarca el concepto de homofobia. Así por ejemplo, los que rechazan las políticas de igualdad (entre personas de diferente orientación sexual) consideran que ese rechazo no es homofobia,2 3 sino simplemente una opinión igualmente respetable como la aprobación.
Homofobia no es un término estrictamente psicológico. Se calcula que en el año 2000 cada dos días una persona homosexual era asesinada en el mundo debido a actos violentos vinculados a la homofobia.4 Amnistía Internacional denuncia que más de 70 países persiguen aún a los homosexuales y 8 los condenan a muerte.5
No debe confundirse con el prefijo en latín, homo, que significa ‘hombre’. Este neologismo combina las palabras griegas fobia (‘miedo’), con homo, apócope de «homosexual» (‘sexo con lo igual’), formado por el prefijo griego homo (‘igual’) y sexual.
El significado corriente es ‘fobia a la homosexualidad’.
En el sentido de fobia a la homosexualidad, la palabra fue utilizada por vez primera, en inglés, en 1971 por el psicólogo estadounidense George Weinberg.6 7Weinberg afirma haberla pensado por primera vez en una charla que dio a un grupo homófilo y se popularizó gracias a su libro Society and the healthy homosexual(‘la sociedad y el homosexual sano’) de 1971. En una entrevista en 2002 comentó sobre el significado
La homofobia en algunas culturas:
Algunas identidades religiosas y culturales mantienen una postura moral de rechazo hacia la homosexualidad. Es el caso de la ortodoxia cristiana, judía e islámica. Esto implica que la homosexualidad no es aceptada como condición sexual natural de una persona, sino que se observa como anomalía a ser combatida y «reparada». Según sus creencias, consentir en los actos sexuales propios de esta orientación sexual se considera un pecado, aunque la clasificación o gravedad del mismo ha variado a lo largo de la historia.
En muchas regiones del mundo con este tipo de raíces religiosas se persigue o discrimina la orientación homosexual, bien en forma de prohibición de actos afectivos o sexuales concretos (como ocurre en la mayoría de países islámicos y en Estados Unidos) o bien como rechazo hacia la homosexualidad como identidad vital. Éste es el caso de países como China o Japón, una región cuya tradición sincrética (mayoritariamente budista y sintoísta) la aleja de las culturas monoteístas occidentales.
La Iglesia católica condenaba a los homosexuales durante la Edad Media, y en la actualidad sigue rechazando la homosexualidad[25] y además ha vetado el sacerdocio a los homosexuales.[26] Esa misma tradición ha seguido también la Iglesia Ortodoxa y las demás religiones que se escindieron la Iglesia Cristiana primitiva, como los protestantes; hasta el día de hoy mantienen estos prejuicios. En el caso del islamismo, en países donde se profesa esta religión se han aplicado legislaciones para penalizar la homosexualidad, y son pocos los países islámicos que no la penalizan. Los pertenecientes a estas religiones alegan que esta actitud no puede considerarse homofobia, en el sentido de que no se origina por un prejuicio, sino que es una postura razonada, basada en sus creencias y a partir de sus textos sagrados.
En la mayor parte de las culturas precolombinas los homosexuales eran respetados o al menos no reprimidos antes de la llegada de los europeos al continente americano.[27] No obstante, en otras culturas existía la homofobia como prejuicio, como es el caso de los aymaras donde se habla muy poco de este tema y se equipara con la infidelidad. Ciertas comunidades igualan los homosexuales a los infieles, que son castigados con penas severas y expulsados de los rituales.
También en algunos grupos subétnicos de los incas, parece que en general, la homosexualidad en el incanato (especialmente en la sierra) no era bien vista,[cita requerida] ya que entre las máximas de la moral inca (generalmente tres conocidas: «ama sua, ama llulla, ama qella»), se incluía dos más: «ama waqlla» (‘no seas afeminado’),[cita requerida] y «ama sipish» (‘no mates’).
También se dice que los mexicas o aztecas aunque no comprobada, eran extremadamente intolerantes con la homosexualidad, a pesar de que algunos de sus rituales públicos tenían tintes homoeróticos. Así, por ejemplo, adoraban a la diosa Xochiquétzal, que bajo su aspecto masculino, con el nombre de Xochipilli, protegía la prostitución masculina y la homosexualidad. La ley mexica castigaba la sodomía con la horca, cuya palabra náhuatl corresponde a cuilontli; el empalamiento para el homosexual activo, la extracción de las entrañas por el orificio anal para el homosexual pasivo y la muerte por garrote para las lesbianas.[28] Algunos autores afirman que estas estrictas leyes no eran empleadas en la práctica y que los homosexuales eran relativamente libres. Por ejemplo, citan crónicas españolas que hablan de sodomía generalizada que incluía a niños de hasta 6 años o de niños que se vestían como mujeres para ejercer la prostitución.[cita requerida] Las crónicas también hablan de actos religiosos en los que se practicaba la sodomía.
El fenómeno de la homofobia es estudiado por psicólogos y psiquiatras. Existen estudios que han relacionado el odio hacia la homosexualidad con sentimientos transexuales reprimidos, esto es explicado en la formación reactiva del psicoanalista Sigmund Freud, también Henry E Adams de la Universidad de Georgia[22] explica la teoría que comprueba la directa relación en todos o gran parte de los casos que homofobia es igual a deseos o sentimientos transexuales. Mientras que expertos en teoría de género ligan a la homofobia con la cultura patriarcal dominante, que además discrimina a las mujeres.[23] Otros expertos han puesto su atención en la relación que tiene la homofobia con determinadas estructuras mentales de la personalidad, y más específicamente con la personalidad autoritaria.[24]
Sexismo y homofobia correlacionan; una plausible interpretación de ello, con una amplia evidencia teórica y de metodología correlacional, es que la heteronormalidad puede ser concebida como una ideología, de donde emanan tanto el sexismo como la homofobia. De hecho, las ideas asociadas al género pueden ser concebidas también como una ideología.
Conclusión:
En lo personal escogí este tema ya que se me hizo muy interesante y sobre todo lo expuse para así crear una conciencia diferente a mis compañeros y que el hecho que una persona le guste su mismo genero no es peor que nada ni nada. debemos de estar conscientes que estamos en un mundo muy rápido que nos esta ganando la tecnología y por que no ser un poco mas liberal en cuanto ideologías. no siempre es la misma forma de pensar retrograda que ah existido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario