UNIVERSIDAD
DE GUADALAJARA
CENTRO
UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
EXPRESION ORAL Y
ESCRITA
La
identidad de la mujer Mexicana Contemporánea
¿Funciona la
publicidad mexicana aunada a la globalización como método perpetuador del
sistema de dominación masculina?
Presentado
por
Fernando José
Ayala Rodríguez
Fecha:
12 de Mayo del
2013
1.
Introducción
El interés de este tema
es debido a la polémica que representa el hablar de la diferencia de género, pareciera
generar polémica el hablar de este tema y se alcanza a percibir todavía una
especie de batalla entre los sexos. En este trabajo se propone un análisis de
la antigua percepción de la identidad femenina
y develar si han existidos posibles cambios o si como propone Bourdieu sigue
perpetuando un sistema de dominación masculina que subordina la figura de la
mujer, específicamente el caso de México. Históricamente se considera a México
como un país de sistema patriarcal, en los diferentes aspectos políticos,
sociales, culturales, laborales y
familiares. Se ha considerado por autores como Octavio Paz y Rona Lee Maughan a
la mujer mexicana, como una figura sumisa, abnegada, sin vos ni voto, que se
valora por su imagen, obteniendo el
carácter de objeto deseado por los hombres únicamente para la
procreación. Estos análisis realizados hace algunas décadas parecieran no tener
tanto sentido en la actualidad. La mujer mexicana aparenta ser otra. Sin duda
la globalización y los cambios históricos tienen impacto en las macro estructuras
al realizar ciertas rupturas de los patrones tradicionales. Esta misma
globalización ha otorgado mayor participación al sector femenino en diferentes
ámbitos creando nuevas oportunidades para las mujeres, aunque se le atribuyen
diferencias biológicas a la diferencia de género en este trabajo nos
enfocaremos en tratar a la identidad de la
mujer mexicana como un proceso de construcción social, en el cual los
cambios históricos estructurales influyen en la identidad del individuo a nivel
micro social debido a las rupturas del mismo sistema, donde se piensa el
devenir de una identidad positiva y más equitativa para las mujeres. Al igual
que los textos consultados en esta investigación se buscara realizar solo una
aproximación analítica que realice una comparación entre las antiguas
concepciones de la mujer mexicana y las concepciones modernas actuales,
pudiendo así esbozar una tendencia no de la identidad de la mujer como individuo
sino en la formas en que se generan y desarrollan las identidades en sociedades
históricas.
2.
Identidad
La
palabra identidad proviene del latín identitas, se considera a la identidad como el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad
frente a los demás. La identidad también es la conciencia que una persona tiene respecto de sí misma y que la convierte
en alguien distinto a los demás. Se dice que el entorno ejerce una gran
influencia en la conformación de la especificidad de cada sujeto.
Es peligroso generalizar cuando se habla de identidad o identidades, debido a la complejidad que representa el hablar de identidades individuales o colectivas y la infinidad de variables estructurales étnicas, culturales, políticas, que se combinan a su vez con variables micro sociales que pudieran afectar al sujeto así como la percepción del sujeto de si mismo. En esta investigación se retomara la propuesta de María Luisa Tarrés Barraza que se define en dos vertientes.
Es peligroso generalizar cuando se habla de identidad o identidades, debido a la complejidad que representa el hablar de identidades individuales o colectivas y la infinidad de variables estructurales étnicas, culturales, políticas, que se combinan a su vez con variables micro sociales que pudieran afectar al sujeto así como la percepción del sujeto de si mismo. En esta investigación se retomara la propuesta de María Luisa Tarrés Barraza que se define en dos vertientes.
“El
primero que denominamos histórico-estructural se orienta a
detectar procesos macro-sociales que
quiebran los patrones de reproducción. El segundo llamado histórico-coyuntural supone que la presencia de circunstancias
socioculturales influyen en las biografías de las mujeres desafiándolas a
redefinir sus identidades subordinadas” (Tarrés Barraza, 2007)
Este método histórico se comprenderá como un proceso de
construcción social en el cual la identidad individual y colectiva se encuentra
en constante cambio, generado por las distintas rupturas creadas en este caso
particular por la globalización y los cambios estructurales históricos,
económicos y políticos.
No se enfatizara en las
características específicas de la mujer mexicana contemporánea, sino más bien
en los posibles cambios estructurales que han orientado al sector femenino a la
creación de nuevas identidades mediante un proceso de adaptación.
“La definiremos como un proceso a
través del cual los individuos se reconocen a sí mismos como parte de grupos
más amplios. Por medio de lealtades y/o confrontaciones ellos son capaces de
otorgar significados a su propia experiencia y a su desarrollo a través del
tiempo. El proceso identitario trata, en consecuencia, de una compleja relación
entre divisiones individuales y colectivas. Por un lado, gracias a la
producción, reproducción y revitalización de sus identidades los individuos
elaboran y reelaboran proyectos individuales y de este modo abren o cierran
oportunidades para la acción” (Tarrés Barraza, 2007)
2.1 La antigua identidad de la mujer
mexicana
En el México de la
época post revolucionaria el estereotipo de la mujer mexicana parecía responder
a ciertas características y patrones de conducta. Rosario Castellanos en su
libro “El eterno femenino” (1975) muestra estas aparentes normas de género
presentes en la literatura mexicana de una mujer que se percibe a sí misma como
la madre con una capacidad inagotable de sacrificio, la esposa, solida, leal;
la novia casta. La abnegación, la servidumbre, el encerramiento dentro de la
casa y la virginidad son algunas de las normas sociales asociadas a la mujer de
esa época. Se sugiere que hay una renuncia de lo femenino a favor de lo
masculino que data desde las ancestrales épocas de aztecas, el concepto de la
Malinche influye también en la idea de la mujer abnegada y declara la autora
que la cultura actual considera a todas
las mexicanas como malinches en potencia, traidores e infieles en esencia (Granillo Vásquez, 1993).
Octavio Paz sugiere que
la condición de servidumbre de la mujer mexicana tiene relación con la religión
católica pero también con la cultura árabe que es parte de la cultura española:
“La mujer latinoamericana vive en
sociedades jerárquicas, autoritarias, en las cuales la familia católica tradicional
es todavía una realidad poderosa. La mujer es depositaria de los valores
tradicionales, y asi, como guardian del hogar, su arquetipo es la madre. Pero
esta concepción católica tradicional de la mujer, se superpone a otra: la
árabe. España es un país europeo pero también es un país árabe… Estas dos ideas
la mujer, objeto de placer, determinan la pasividad de la latinoamericana, su
condición servil” (Octavio Paz, 1950)
A pesar de estas
concepciones de la identidad femenina mexicana, que defienden el sistema
patriarcal desvalorizando a la mujer, gracias a la globalización y a los
cambios históricos se han generado nuevas actitudes frente al mundo por parte
de la mujer, la creación de oportunidades en el mercado laboral es un gran
ejemplo de ello, al igual que la creciente participación en el sector académico
y político.
2.2
La publicidad como creador de identidades
Dentro de este tema de
la identidad se dice que los medios de comunicación, específicamente el caso de
la publicidad es capaz de crear realidades emitiendo mensajes subjetivos hacia
los individuos. Se realizo en 2011 un estudio por parte de la Universidad Autónoma
de Nuevo León analizando el caso práctico de la campaña publicitaria de la cerveza
mexicana Tecate, donde se concluyo que la publicidad es un orientador de
valores, actitudes, creencias, intereses y necesidades.
“Los valores más importantes de la
persona forma parte de su identidad. Orientan sus decisiones frente a sus
deseos e impulsos y fortalecen su sentido del deber ser. Están relacionados con
los intereses y necesidades de las personas a lo largo de su desarrollo.
Mientras que la publicidad refleja los cambios sociales, las nuevas
realidades y formas de ser y pensar de
los jóvenes, los adultos, las mujeres, los gobiernos, credos, etc. Lógicamente,
en la medida que anticipa, reinterpreta valores y actitudes y difunde ciertas
tendencias sociales, la publicidad acelera potencia y refuerza los mismos”
(González López, 2011)
De esto podemos deducir
que la publicidad mexicana definitivamente tiene cierta influencia sobre la
identidad de las personas, en nuestro caso las mujeres. En esta investigación
realizada en Monterrey sobre el caso práctico de la cerveza Tecate, se
determino que la tendencia patriarcal en este tipo de publicidad mexicana sigue
perpetuando el sistema de dominación masculina, dando un mensaje donde se
celebra con un brindis el hecho de ser hombre por simplemente hecho de serlo.
En la mayoría de estos spots televisivos el hombre sale victorioso y la mujer
queda en segundo plano. Cabe destacar que a pesar de que este tipo de
publicidad se volvió muy popular a nivel nacional por la creatividad de la
misma, también fue criticada por el sector femenino debido a las connotaciones
machistas.
En el mundo actual, los
avances tecnológicos han ayudado a la creación de medios masivos de
comunicación que han dado un fuerte impulso a la industria de la publicidad en
sus distintas presentaciones: televisión, radio, imprenta, internet, que
aglomeran a los distintos sectores de la sociedad con la finalidad de vender
productos o servicios que al transcurrir ese camino impregna a la sociedad con
las subjetividades que ofrece.
“La publicidad juega un papel
decisivo como instrumento de comunicación social, siendo capaz,
independientemente de los contenidos intrínsecos de cada mensaje publicitario,
de conformar valores y comportamientos, ofreciendo al público, no solo
productos, sino también actitudes, modelos de comportamiento y estilos de vida
que definen las necesidades y los deseos de la persona” (Cervera Fantoni, 2008)
Este medio de
comunicación social llamado publicidad sigue ciertos patrones y estrategias desarrolladas
para la persuasión de los posibles perceptores a través de mensajes mas
inconscientes que conscientes donde se le da gran relevancia a la estimulación
de ciertas emociones para obtener el resultado deseado, siendo un método de
influencia social peligroso si no se le
canaliza correctamente, llegando a ser considerado por Filosofo estadounidense Chomsky como un
proceso de manipulación mediática.
3.
Globalización
La globalización es un
fenómeno que surge a partir de la revolución industrial a raíz del capitalismo
y el mercado mundial, este proceso se ha
encargado de estandarizar el contexto global, donde se unifican
internacionalmente las diferentes estructuras sociales a través de normas y
reglamentos mundiales.
“En este contexto multinacional se
estandariza el tiempo, el dinero, la tecnología, el conocimiento. Se observa
cada día y en todos los lugares un intercambio global de gente, bienes,
servicios e imágenes que circulan gracias a las telecomunicaciones y al
transporte. Los estilos de vida, los patrones de consumo y otras formas de
expresión cultural se intercambian rápidamente entre mas y mas espacios
locales” (Wallerstein, 2005).
A pesar de esta
uniformidad de las estructuras y normas, el mismo sistema de la globalización produce
rupturas que promueven y generan la creación de particularidades sociales,
siendo esto a través de un proceso de estratificación y fragmentación de la
sociedad que trae como consecuencia la aparición de individuos y grupos que al
sentirse excluidos siente a la vez una necesidad de reinventar sus identidades
ya sea de manera individual o colectiva (Tarrés Barraza, 2007).
Podemos inferir de esto
que la identidad de la mujer mexicana ha sido influenciada por la globalización
la cual si bien proviene del sistema occidental del capitalismo con una
tendencia patriarcal donde prevalece el hombre, también ha fomentado rasgos de
identificación más equitativos para la mujer a lo largo del planeta. Sin
embargo a pesar de que el sistema capitalista tiene características de
dominación masculina, la misma estratificación de las masas ha provocado esa
reinvención de los individuos. Las mujeres se adaptan constantemente a estos
cambios estructurales históricos, que aunque sigue desempeñando un papel
reproductivo en la estructura familiar occidental, desempeña un papel más
equitativo y autónomo que en las épocas anteriores.
4.
Bourdieu y su concepto de dominación masculina
En esta investigación
se retoma la teoría de “la construcción social de los cuerpos “(Bourdieu, 2000).
En el cual define la construcción de la sexualidad debido a características
antropológicas y cosmológicas. Considera el autor que hay una oposición entre
los sexos determinada por una topología sexual
la cual se basa en las diferencias biologías del ser humano, específicamente
relacionada con los aparatos de reproducción masculinos (pene) y femeninos
(vagina), donde el hombre es el que penetra y la mujer es la penetrada. Desde
ahí dice Bourdieu que comienza la aceptación de un orden natural que es impuesto
arbitrariamente, otorgando al hombre un carácter activo y a la mujer un
carácter pasivo. Estos esquemas de pensamiento registran y perpetuán estas
diferencias objetivizando la supuesta normalidad de la diferencia de los sexos.
Bourdieu dice que en la antigua sociedad cabileña las diferencias
sexuales se organizan por el cosmos y en la actualidad son organizadas por el
sistema jurídico, dando la ilusión de que las diferencias sexuales se
encuentran en el orden de las cosas.
“la división entre los sexos parece
estar en el orden de las cosas, como se dice a veces para referirse a lo que es
normal y natural, hasta el punto de ser inevitable: se presenta a un tiempo, en
su estado objetivo, tanto en las cosas, como en el mundo social y, en estado
incorporado, en los cuerpos y en los hábitos de sus agentes, que funcionan como
sistemas de esquemas de percepciones, tanto de pensamiento como de acción” (Bourdieu, 2000)
Se puede correlacionar
la diferencia biológica que aparece justificada por el orden natural de las
cosas socialmente establecidas con la división sexual del trabajo por ejemplo.
No
obstante, el orden masculino no requiere justificación ni legitimación. Aparece
como neutro, tiene una inmensa máquina que lo ratifica llamada orden social. A
través de ella se asignan tareas, espacios, momentos específicos a cada sexo;
incluso la casa se convierte en un lugar de espacios femeninos y masculinos.
Las cosas en general adquieren esa connotación. Literalmente: "El mundo
social construye el cuerpo como realidad sexuada y como depositario de
principios de visión y división sexuantes... ".
"El programa social de percepción incorporado"
como denomina Bourdieu a la relación entre esquemas objetivos y cognitivos, se
aplica, según el autor, a todas las cosas del mundo. Pero en primer lugar al
cuerpo en sí, como realidad biológica, en correspondencia con la visión mítica
del mundo de la dominación de los hombres sobre las mujeres.
Semejante
a Marx, para quien la dominación de la mujer en la comunidad doméstica es el
principio de toda dominación, para Bourdieu, es así pero llevado, por supuesto,
a todas las instancias de lo cultural-simbólico, y del mundo en general. Es
decir, dicho principio se aplica a todas las formas de dominación entre los
seres humanos, y en todos los campos constitutivos de la lucha social.
5. Conclusión
Se
concluye de esta investigación un esbozo
en el cual se puede inferir que gracias a la globalización y los cambios
estructurales que esta misma provoca, ha
creado la necesidad de que los individuos y grupos sociales en nuestro caso las
mujeres se re adapten a los cambios generando nuevas identidades individuales y
colectivas fuera del sistema tradicional. Ejemplos de esto es el incremento de
la participación de la mujer en los sectores políticos, laborales y educativos.
Sin embargo el papel reproductivo sigue estando presente en la mujer mexicana. La globalización que sigue las normas del
capitalismo moderno desarrolla también, la estratificación y división de la
sociedad creando espacios conflictivos para algunos sectores de la población.
Pareciera existir una dualidad o un doble camino, en este proceso de
globalización estandariza normas y leyes mundiales que siguen reforzando el
sistema patriarcal de dominación masculina, donde el hombre sigue teniendo
mayor participación, pero también crea rupturas dando espacio a la creación
nuevos grupos como el feminista que dentro de sus ideales busca aparte del papel
reproductivo la adquisición de nuevos papeles. Los medios de comunicación
juegan un papel importante en la transmisión de subjetividades o realidades, donde
la tendencia de la publicidad mexicana favorece en gran medida a perpetuar ese
carácter tradicional de la mujer en segundo plano. Dependerá del sujeto como
tal el interiorizar nuevas actitudes y comportamientos que le favorezcan dentro
del ambiente en que se desenvuelve, donde por supuesto influyen factores
étnicos, culturales, económicos, políticos, religiosos. Es muy incierto el
camino que pueda tomar la mujer dentro de estas situaciones. Los que si podemos
concluir es que aunque algunas de las características de la mujer de antaño
mexicana siguen presentes en la actualidad la nuevas generaciones tanto de hombres como
mujeres han sufrido cambios identitarios
a lo largo de la historia. Seria utópico decir que la mujer mexicana es
la misma mujer de hace algunas décadas donde su papel era el de madre y esposa
sumisa. Resumiendo entonces la
publicidad y la globalización favorecen el sistema de dominación masculina
propuesto por Bordieu, aunque este tema podrá ser muy debatido y sin duda no
determina la identidad del sector femenino, existen simbolismos aceptados
mundialmente a través de la aceptación de una diferencia natural de los sexos,
donde la mujer sigue teniendo un carácter pasivo.
Bibliografía
Bourdieu, P. (2000) La dominación masculina. Barcelona: Anagrama.
González López, A. (2011). La dominación masculina en la publicidad mexicana. El caso práctico de la cerveza Tecate. Prisma Social , 7, 1-22.
Lee Maughan, Rona. (1999,01,01). Cómplice de su verdugo: La representación de la mujer mexicana en El eterno femenino, 16-20. Recuperado el 10 de abril de 2013 de la base de datos Dialnet.
Paz, Octavio (1999) El
laberinto de la Soledad (3ª Ed.). México, D.F.: FCE
Tarrés Barraza, M.L. (2007). Las identidades de género como
proceso social: rupturas, campos de acción y construcción de sujetos. En
Anthropos (Ed.). Los significados del
trabajo femenino en el mundo global: estereotipos, transacciones y rupturas (pp. 25-40). México, D.F.
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