Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde 1854-1900,(Oscar Wilde)
Escrito en 1897
Publicado por primera vez 1905
ISBN 8478445137
Es una extensa carta que Oscar Wilde envió desde la cárcel de Reading a su amante lord Alfred Douglas (Bossie) hijo del marqués de Queensberry
Oscar Wilde escribe sin hacer uso de esa estética verbal y poética que existe en el resto de sus obras, es más bien un texto simple pero lleno de emociones, como si desnudara sus sentimientos sin esperar que esos textos fueran publicados en algún momento, o como si no le eso no le preocupara.
Entre una serie de reclamos e ira es posible percibir a un Oscar cansado, deprimido y decepcionado. Ese mismo Oscar que había probado las mieles del éxito y la adoración de las masas, con su fijación por las cosas bellas nos confiesa que el objeto más bello que pudo poseer es también la persona que tal vez sin intención pero lo hizo caer de ese pedestal donde estaba acostumbrado a vivir. Se menciona que fue el mismo Bossie quien le inculco la idea de denunciar al marqués de Queensberry por difamación, ya que este estaba enterado y poco engraciado de la relación sentimental que sostenían Bossie y Oscar, consiguiendo que Oscar fuera preso por poco más de dos años. A su vez esos dos años en prisión, representaron en la vida de Oscar los peores, enfermándolo, deprimiéndolo y llevándolo a la muerte 2 años después. O quizá desde antes mas Wilde no fue capaz de percibirlo hasta su tiempo en prisión, se puede entender en otras partes del texto que Bossie fue durante el tiempo que duro su relación, un joven si bien educado, atractivo y culto. También muy egocéntrico, caprichoso y malcriado, cosa que a Wilde le fue quitando paciencia, poder económico y al final la libertad.
Un libro fascinante que logra de alguna extraña forma hacernos dar un vistazo a nuestro interior y nos permite sentir a ese Wilde emocional que todos llevamos dentro, si bien es una lectura exigente que requiere un poco de conocimiento sobre la vida del autor y su carrera es también un excelente cumulo de frases hermosas y expresiones liricas en su más pura esencia. Como un ferviente seguidor de Oscar Wilde me es bastante complicado ser objetivo y no sobrevalorar el trabajo del señorón ya muy mencionado pero si vale la pena hacer una invitación a cualquier persona que no conozca al autor o sus obras, que se interese por esta lectura que es más que original, muy especial y única en su estilo.
Humberto Ortiz C.
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