Soy Alexandra Cortés Cota, y hace 5 años estaba inmersa en varias dificultades emocionales. Desde pequeña viví en un pueblo al norte de mi estado, Santa Rosalía Baja California Sur, cuando mi madre, quien me tuvo a los 17 años decidió irse a la capital (del estado) a estudiar la licenciatura, yo me quede en el pueblo al cuidado de mis abuelos.
Fui criada a su manera, mi madre no solo estudio la licenciatura si ni también la maestría.
Fue hasta entonces cuando comencé a vivir con ella, hace 6 años.
Hablando específicamente de hace 5 años, me encontraba en la secundaria, rodeada de gente que no conocía, no por el hecho de una nueva escuela, era una nueva ciudad, ahora vivía en La Paz Baja California Sur, y aunque mi estado sea pequeño (en cuanto habitantes), el cambio fue en verdad drástico.
Durante esos cinco años, entre la secundaria y la preparatoria, comencé a desarrollar varios gustos, como la música, la literatura pero sobre todo el teatro.
Actuar siempre me ayudo a representar y expresar mis problemas, así como los problemas de los demás, de esta manera logre darme cuenta que no soy la única persona con verdaderos problemas, deje atrás la rebeldía y toda esa actitud “adolescente”.
El verdadero suceso, que me abrió los ojos y me hizo preguntarme acerca de la sociedad y ese afán por “chingarnos los unos a los otros”, fue el asesinato de mi abuelo paterno.
Aquel que me había criado como su propia hija, había sido asesinado por alguien del mismo pueblo por el que trabajo toda su vida y más triste aun, el pueblo se callaba y encubría a su agresor, aun lo hace.
No fue hasta hace dos años cuando descubrí la Sociología, buscando las licenciaturas que la Universidad de Guadalajara ofrecía, y en ese plan de estudios me di cuenta que existía una carrera que me ayudaría a contestar todas esas interrogantes, aparte del notable hecho de que en mi estado no hay Sociólogos.
Hoy soy aquello que algún día, de pequeña, imagine. Soy estudiante de la Licenciatura en Sociología, en la Universidad de Guadalajara, vivo en una verdadera ciudad, sola y aprendiendo a cocinar.
Me siento parte de una gran institución y vivo una experiencia única que me ayudara a madurar y concientizarme.
En cinco años espero ser “Socióloga Cortés, a sus órdenes”, el plan es terminando la licenciatura irme a Tijuana a hacer la maestría en Demografía, en el Colegio de la Frontera Norte. No me veo casada, mucho menos con hijos. De igual forma UdG ofrece muchos posgrados así que esta especialidad no está aún decidido, la idea de obtener el grado de Maestra y de Doctor, siempre ha sido una fijación, algo tan lógico como respirar.
Lo único seguro es la firme esperanza de cambiar el mundo, o mejor dicho mi mundo, empezando al menos por mi pueblo y mi estado.
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