Toda mi vida he intentando entender cómo funciona la vida
humana. ¿Por qué el mundo es como es? ¿Es posible que las personas se organicen de forma funcional o pacífica, siendo que todos somos tan distintos? Si es
así, ¿cómo lo hacen? ¿Por qué?
Siempre me ha intrigado la forma en que nuestro contexto nos
delimita: ¿En qué medida, lo que somos se define en base al exterior? Realmente,
¿qué tan libres somos? Estas preguntas me siguen a donde quiera que vaya, pero nunca esperé conocer una carrera universitaria que las englobara a casi todas.
Al encontrar la opción de la carrera de Sociología y leer
los perfiles de ingreso y egreso, me sentí totalmente identificada. ¡Al fin
algo que me llamara la atención realmente! Después de pensar vagamente en
algunas carreras para las que era apta, sin sentirme realmente atraída; pude
sentir al fin emoción por la universidad, y fue ahí cuando comencé a delimitar
el rumbo que quería para mí en mi vida.
De alguna manera, siento que he sido algo así como una socióloga fanática desde que tengo memoria.
De alguna manera, siento que he sido algo así como una socióloga fanática desde que tengo memoria.
Tuve un momento complicado cuando comencé a mencionar “Sociología” como mi opción de estudio y sólo recibí
gestos de incomprensión. Solía pensar que todos nos hacíamos preguntas
similares a las mías en algún momento. No entendía como la mayoría de las
personas podían no estar ocupadas en resolver cuestiones que para mí son
indispensables.
Entonces, sabía qué quería saber, pero no qué quería hacer. ¿Por qué sociología era una carrera con baja popularidad? No podía decidir si la “certidumbre futura” era más importante que mis preguntas, no podía decidir si realmente existían respuestas, o si valdría la pena obtenerlas.
Entonces, sabía qué quería saber, pero no qué quería hacer. ¿Por qué sociología era una carrera con baja popularidad? No podía decidir si la “certidumbre futura” era más importante que mis preguntas, no podía decidir si realmente existían respuestas, o si valdría la pena obtenerlas.
Dudé mucho, pero al final elegí.
Y bueno, el resto es historia: Estar aquí para mí es una
búsqueda personal que deseo convertir más tarde en éxito para mí en otros
aspectos. ¡Me siento orgullosa del camino que tomé!
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