Una ley polémica: homosexualidad y estado civil.
Universidad de Guadalajara
División de estudios políticos y sociales
Lic. En Sociología
Nombre: Martín Iván Murillo Cendejas
Materia:Expresión oral y escrita
Introducción:
A pesar de que en México y América Latina se sustentan pactos constitucionales en materia de derechos humanos, estos no son sustentados ni considerados positivamente en el reconocer los derechos civiles de las personas homosexuales. Esto es así porque aún existen grandes prejuicios con respecto a las personas homosexuales, sólo por desear a personas de su mismo sexo, sólo por llevar muchas veces sus relaciones y su sentir lejos de las miradas colectivas, sólo por cargar el estigma social de ser homosexual en una sociedad excluyente y poco tolerante a las minorías sexuales y lo diferente.
Desarrollo:
Históricamente se han tenido registros de relaciones afectivas y encuentros sexuales entre varones y mujeres desde la época de los grandes imperios, como en la antigua Grecia, esta civilización no valoraban a la homosexualidad como tal sino la identidad de género, la cual era un privilegio para los hombres de un nivel jerárquico superior y tenía que llevar siempre un rol activo/dominante, estos eran llamados “erastas”. A los hombres de menor jerarquía socioeconómica, jóvenes, bellos, y lo más aproximado a lo andrógino; estos debían ser sumisos, comprensivos, atentos y en general llevar un rol femenino tradicional, a estos se les conocía con el nombre de “erómenos”. En el erotismo lésbico podemos señalar de la poetisa griega Safo de Lesbos, de la cual se le conocen todos los poemas en los que hace mención al amor entre mujeres, de ahí se origina el término moderno de “lesbiana” o de la isla de Lesbos. Pero a partir de que la religión cristiana se comienza a distribuir por el mundo, la homosexualidad (masculina y femenina) comienza a tomar un significado peyorativo, idealizando así el sexo heterosexual, dentro del matrimonio, y con fines reproductivos como el ideal y legítimo.
A partir del siglo XX, tras la Revolución sexual, la ya tradicional definición de matrimonio empieza a ser cambiada por algunos grupos sociales que propiciaban a la libertad sexual como la suscripción a un contrato jurídico representante de la relación y la convivencia de pareja basada en el afecto y un proyecto de vida en común. Cuando la pareja desea comunicar su realidad ante el resto de los miembros de su comunidad, adquiriendo los derechos y deberes pertinentes a la formulación jurídica vigente. Bajo esa condición nueva del matrimonio, las uniones homosexuales son muy antiguas, pero los intentos en introducirlas en el concepto universal jurídico del matrimonio surgen a finales del siglo XX.
Uno de los progresos significativos que tuvo de la constante lucha por conseguir la tolerancia y la igualdad en materia política, social, y cultural de las minorías sexuales fue el gran paso que se dio al legalizar las uniones de parejas del mismo sexo, primero con la aprobación de la Asamblea Legislativa del DF de la “Ley de convivencia”.
En una página del periódico el universal, editado el viernes 10 de noviembre del 2006, en la ciudad de México nos revela la siguiente noticia que dio hincapié a las uniones legales de parejas del mismo sexo en nuestro país, dice:
(…) El jueves 9 de noviembre del 2006 se aprueba en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal la polémica Ley de Sociedad de Convivencia, lo cual es un avance significativo para así comenzar la lucha por introducir el matrimonio homosexual como un derecho para todos, aunque mucho se dijo y se aclaró en el sentido de que nuestra figura jurídica “La sociedad de convivencia” (…) (Periódico virtual “El universal.com.mx” 10 de noviembre del 2006).
Tres años después de lo ya acontecido y con la continua lucha de las instituciones a favor de que el heterosexual y el no heterosexual sean considerados como un igual ante la ley y la sociedad, se da como resultado la legalización del matrimonio y el derecho a la adopción entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal; tal como es redactada la polémica noticia en una página de internet, dice:
(…) El 21 de diciembre de 2009, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en la Ciudad de México, aprobó por mayoría de 39 votos a favor, 20 en contra y cinco abstenciones, el establecimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, incluyendo su derecho a la adopción, a partir de la iniciativa presentada por el partido gobernante de la ciudad capital, Partido de la Revolución Democrática. Esto convertía la Ciudad de México en la única entidad de México y la primera de América Latina que aprueba este tipo de uniones (…) (CNNExpansión. Com21 de diciembre del 2009).
Algunos estados con gobiernos de tendencia conservadora (Morelos, Tlaxcala, Sonora, Guanajuato, Jalisco y Baja California) promovieron un juicio ante la Suprema Corte de Justicia de México, para no reconocer los matrimonios entre homosexuales, en el que argumentaban que los residentes de los estados en donde el matrimonio entre personas del mismo sexo no esta permitido irían a la Ciudad de México a contraer nupcias y luego regresar a su estado exigiendo los derechos que ese estado consagra para los matrimonios. Al respecto, la Suprema Corte resolvió que las demandas de dichos estados eran "notoriamente improcedentes
Conclusiones:
Pero todos estos movimientos y luchas sociales para igualar el derecho al matrimonio por homosexuales, pesó mucho más el estigma de ser homosexual y lo ha tenido por mucho tiempo, inclusive más que los valores de la democracia. Pero para que todo esto dejara de suceder, las normas morales y las instituciones públicas han tenido que dejar de ver a la homosexualidad como un pecado, como un delito, como una enfermedad y también como un motivo de exclusión social, para de esta forma poder verla, simple y sencillamente, como una autodeterminación de identidad, una opción más de vida, una orientación sexo-afectiva o una preferencia legítima. Dentro de un régimen de libertades, los cuerpos sexuados pueden asumir identidades diversas. Las prácticas y las ideas en torno al cuerpo sexuado, en tanto al potencial erótico y convivencial, son en la democracia, un derecho de las personas, no un Patrimonio de los Estados y, menos aún, un monopolio de las asociaciones religiosas.
Bibliografía:
http://www.eluniversal.com.mx/notas/386883.html
http://www.cnnexpansion.com/actualidad/2009/12/21/aldf-aprueba-matrimonio-de-homosexuales
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