Cuando estas en preparatoria y seamos honestos, a los 19 años, son pocas las personas que saben o que tienen un plan de vida bien marcado y definido a corto o a largo plazo.
Por aquellos entonces yo... pues, yo no tenía ni pizca de idea de que era lo que se suponía que quería hacer con el resto de mis años en este planeta, o al menos no profesionalmente hablando. Sin embargo tuve un excelente maestro de sociología en la preparatoria, el señor Germán García, que de una manera logró capturar toda mi atención a sus clases, con su extrema visión izquierdista y su inquebrantable opinión sobre un gobierno que prefiere hacernos NO pensar, sus clases respecto a las sociedades y lo que había más allá de las bonitas cuatro paredes en las que nos impartía clases, temas como prostitución, narcotráfico, la violencia en las calles y el porque de las cosas en este mundo me hicieron darme cuenta de que yo ¡era igual a él!
Muchas de sus opiniones e intereses me llamaban la atención y nunca realmente dije - quizá deba de estudiar sociología. Entonces decido tomarme un año y alejarme de todos, cambiar de países, de personas y de idioma, un poco de distancia para aclarar la mente y me doy cuenta de que estando yo sola seguía teniendo esos mismos intereses sin nadie que estuviera metiendo ideas a mi cabeza o llevándome por un tal o cual camino... dije: ¡Chin, no hay de otra! Acepté que quizá no lo había planeado o siquiera considerado como una opción para mí pero entonces, mas consciente que como me fui, regresé dispuesta a comprometerme con esta bonita carrera...
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