La escuela ha representado para mí la fuente principal de mis experiencias de vida.
En la primaria viví una infancia bastante agradable, aunque solo por jugar ya que era el clásico niño desordenado que no le gusta la escuela.
En la secundaria me lleve un muy desagradable sabor de boca, por un lado, ya que desde otro tengo muy gratos recuerdos. Para comenzar la escuela tenía un excelente nivel pero el costo era una disciplina exageradamente estricta lo cual a nadie que haya estudiado ahí y que les haya preguntado me han respondido de manera positiva, y todos salimos de ahí deseando no regresar debido a eso. Otro aspecto negativo fue el ambiente de los compañeros, ya que encontrar amigos ahí era muy difícil debido a la diferencia de estratos de los que procedía la gente de ahí pues al ser una escuela de gobierno asistíamos muchas personas de no muy buen acomode económico, pero al tener buen nivel también algunas personas adineradas mandaban ahí a sus hijos, esto nos ocasiono bastantes encontronazos con este tipo de gente a mí y a mis amigos. El único aspecto positivo que encuentro fue el de los amigos, ya que si fue difícil encontrarlos, si valían la pena al grado de que a mi mejor amigo lo conocí en la secundaria.
Al entrar a la preparatoria las cosas cambiaron rotundamente. Se podría decir que era el exacto opuesto de la secundaria: un pésimo nivel académico pero un ambiente que no encontrare en otro lado.
Mis expectativas de la universidad son grandes, pues espero encontrar cosas diferentes a lo que he visto antes (de manera positiva), así como también espero bastante de mi.
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